Se inaugura en Tokio una muestra del pintor
Inducir al disfrute estético, apuesta de Rodríguez
Döring
Made in Japan incluye 14 obras de reciente creación
MERRY MAC MASTERS
Provocar es una constante en la pintura de Arturo Rodríguez
Döring (DF, 1965). Por tanto, el artista espera que el público
reaccione de manera reflexiva y apunte hacia un disfrute estético.
Diversas reacciones expresaron las personas que vieron
todavía en el estudio su más reciente producción pictórica
-dos acuarelas de gran formato y 12 pinturas hechas con tinta serigráfica
sobre vinil, en algunos casos blanco con estampado en serigrafía,
a veces con colores fluorescentes o muy intensos-, antes de que partiera
para Japón, donde con el título Made in Japan se exhibe
a partir de hoy para concluir el 2 de julio en la galería Promo-Arte,
de Tokio, y del 5 al 12 del mes entrante en el Museo de las Culturas de
la Universidad de Estudios Extranjeros de Kyoto.
Algunas
obras, precisa, están ''muy fuertes, quizá molestas y agresivas",
pero a los visitantes sin embargo les han parecido ''muy bonitas". En cambio
''El origen de la vida, que es un huevo común y corriente
de gallina, en un fondo de flores, a algunas personas se les ha hecho absolutamente
repulsiva", asegura.
Casi todos los fondos de Rodríguez Döring
funcionan como marialuisas o mandalas, idea inspirada en las culturas orientales.
Las figuras centrales, no obstante, están pintadas de manera tradicional
con pincel.
El entrevistado explica que desde hace algún tiempo
utilizaba elementos centrales muy sencillos rodeados de figuras geométricas,
un tanto sicodélicas, muchas veces inspiradas en textiles del sur
de México o de Guatemala, como podría ser un ave tomada de
los tejidos oaxaqueños, que representa ''nuestro pasado nacionalista".
Ha alternado esas figuras con elementos muy simples como
corazones tipo baraja francesa, algunos animales, en especial, comestibles.
Casi todo es comestible, dice el pintor. De hecho ''la serie empieza con
una boca rodeada de algo que aparenta ser como un diseño abstracto.
Después hay un aparato digestivo, un corazón casi enfermo,
con mucha grasa. Algunas de estas pinturas, que no están serigrafiadas
por mí, están pintadas sobre los manteles típicos
de las fondas de los mercados. A veces aparecen motivos de comida. Son
como bodegones contemporáneos en los que aparecen productos como
un Gansito o una Coca-Cola. Fui al supermercado oriental y compré
algunos productos japoneses que también incluí".
Desacralizar la temática
Arturo Rodríguez Döring, director de la Escuela
Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, apunta que aparte
de la temática se ha ''preocupado siempre por la relación
entre la figura y el fondo, muy vinculado a mi labor docente (imparte la
materia de historia del arte). Cómo se ha minimizado casi siempre
la importancia del fondo, cuando es lo que le va a dar el carácter
al personaje, su razón de ser. Incluso en los aspectos formales,
lo va a resaltar cromática, tonal y compositivamente. Casi siempre
sobrepongo un fondo a veces muy decorativo, de flores, con unas vísceras
o algo muy visceral de frente o al revés".
Desde que Rodríguez Döring empezó a
exhibir en forma individual, casi siempre ha buscado una temática
de lo cotidiano y lo banal, es decir, desacralizar la temática.
Para 1993, año en que ganó el Premio Nacional
de Arte Joven, sus temas se habían politizado. En un giro radical,
empezó a crear obras ''más vacías de contenido": trabajó
con la textura de textiles bordados de Guatemala y Chiapas, que habían
sido ''tapadas", por ejemplo, con una capa de gesso (yeso).