Especialistas de México, EU y Canadá
examinarán incidencia sobre la biodiversidad
Se estudia la contaminación de maíces
criollos por transgénicos, a petición de 22 organizaciones
El informe preliminar sobre diversidad genética
debe presentarse antes de abril de 2003
ANGELICA ENCISO
La Comisión de Cooperación Ambiental de
América del Norte (CCAAN) investigará la ''contaminación''
de maíces criollos por transgénicos a petición de
22 organizaciones campesinas y no gubernamentales. El organismo internacional
adoptó esta decisión porque es una de sus preocupaciones
el uso de estos organismos en la región por la incidencia que puedan
tener en la biodiversidad.
En el memorando en el que organismo dio a conocer su decisión
el pasado 15 de junio, expone que desde abril de este año recibió
cartas y peticiones de integrantes de la sociedad civil de México
y de todo el mundo en las que solicitan al secretariado de la CCAAN emprender
un análisis sobre el asunto.
Las
organizaciones y campesinos mexicanos presentaron la petición de
investigación a la CCAAN debido a que el año pasado los investigadores
Ignacio Chapela y David Quist dieron a conocer contaminación con
transgénicos en cultivos criollos de maíz en la sierra de
Oaxaca.
Esta situación ya fue confirmada por las autoridades
ambientales mexicanas, las cuales todavía están en espera
de los últimos resultados de los estudios científicos que
mandaron hacer para corroborar la situación. Aunque tanto el presidente
del Instituto Nacional de Ecología, Ezequiel Ezcurra, como el secretario
ejecutivo de la Comisión Nacional de la Biodiversidad, Jorge Soberón,
han corroborado, con base en resultados preliminares, que existe flujo
genético de los maíces transgénicos a los criollos
en esa zona, todavía no se adoptan medidas de protección
para los cultivos tradicionales.
Ahora el tema ha saltado al ámbito internacional
y serán especialistas de México, Estados Unidos y Canadá
los que lleven a cabo el estudio científico que examinará
aspectos relativos a la conservación y uso sustentable de las variedades
tradicionales del maíz en México.
En el país existe una moratoria para el cultivo
de maíz modificado genéticamente desde 1998, por lo que no
está permitida la siembra de estos granos y la presencia de ellos
en México es porque ingresan a través de las importaciones
de maíz procedentes de Estados Unidos.
En el análisis que hará la CCAAN se incluirá
la relación entre la producción de las variedades de maíz
tradicional en la conservación de las variedades tradicionales del
grano, y la eficacia y eficiencia de las medidas de política interna
vigentes en México, incluida la moratoria sobre el cultivo de variedades
transgénicas de maíz y la protección de las tradicionales
del maíz, sostiene el organismo en el memorando.
Asimismo el documento destaca que el informe se enmarca
dentro del programa de trabajo anual de este año y se ocupará
de asuntos relacionados directamente con dos áreas programáticas
de la CCAAN, que son medio ambiente y comercio. En ellas se examinan los
efectos ambientales de la liberación comercial en el sector agrícola.
Refiere también que el informe preliminar sobre
la diversidad genética de las variedades de maíz tradicional
en México deberá estar listo antes de abril de 2003. Precisa
que el informe incluirá un panorama general de la diversidad genética
del maíz en México; los vínculos dinámicos
entre ella, la biodiversidad y la viabilidad de los grupos comunitarios
indígenas; los efectos de la liberación comercial en el maíz
tradicional; el papel y la eficacia de los centros de origen de las especies
para asegurar la sustentabilidad de largo plazo del grano criollo, y la
moratoria in situ que busca frenar la contaminación derivada
de cultivos del producto transgénico.
María Colín, de Greenpeace, una de las organizaciones
que impulsaron la petición, sostuvo que la CCAAN al aceptar hacer
la investigación bajo el artículo 13 del Acuerdo de Cooperación
Ambiental de América del Norte -que surgió en forma paralela
al TLC-se compromete a realizar un estudio con páneles científicos
y aunque la recomendación que surja de él no es obligatoria,
sí constituye una presión para el gobierno.