Logrando autonomía se podría salir de la crisis
El IPN no es un instituto de capacitación manual, sino una escuela de educación superior que requiere de los recursos e infraestructura necesarios para mantener sus tareas sustantivas, afirma el doctor Filiberto Vázquez Dávila, investigador de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) y Premio Nacional de Ciencias 2002.
El académico considera que, de tener éxito la reforma orgánica, la autonomía sería una posibilidad de salir de la crisis económica en que se encuentra la casa de estudios, "si se hace correctamente y no se trata de un simple cambio de reglamentos".
Incluso, piensa que con la reforma autonómica, además de los recursos "que el gobierno está obligado a dar al IPN, existe la posibilidad de que egresados e industrias aporten más recursos mediante el desarrollo de acuerdos, vinculación y desarrollo de productos. Esto debe llegar a los oídos de las personas que están en posibilidad de resolver la falta de presupuestos".
Vázquez Dávila, quien se desenvuelve en el área química y es inventor, entre otras cosas, de tintas de seguridad como la utilizada por el Instituto Federal Electoral en los comicios federales, sostiene que el IPN vive una gran crisis económica que se refleja "en la poca investigación que se hace", pero advierte: "aquí la capacidad intelectual es muy amplia, pero no se aprovecha el talento".
Observa un futuro en el que en el desarrollo tecnológico participarán más las empresas que el gobierno, porque, subraya, "la tecnología es un buen negocio, y eso aún los empresarios no lo entienden. Prefieren adquirir tecnología obsoleta que desarrollarla".
Pero entiende que la investigación no la hacen las empresas, "sino las escuelas públicas, ésas que el gobierno tiene la obligación de sostener por encargo del pueblo". En el IPN "estamos muy limitados, no hay recursos para la investigación básica, y se desprecia la capacidad de los politécnicos".