martes 18 de junio de
2002 |
Carpeta Adiós cuartos n Sergio Cortés Sánchez |
Tendremos que ser
nuevamente sede de un mundial para poder estar en cuartos
de final; esta vez, que la vimos tan cerca, perdimos ante
quién siempre desearíamos ganarle. No haber pasado a la
siguiente fase es lamentable, perder ante esa escuadra lo
es mucho más. En el partido previo, el jugado contra
Italia, el desempeño de los connacionales fue regio; en
el jugado contra Estados Unidos se puede afirmar
exactamente lo contrario. Cuando se gana un partido no se
repara en los cambios; cuando se pierde, no los
entendemos, sobre todo cuando no se es un iniciado en la
materia. Y, ante la ausencia de resultados
satisfactorios, surgen razonadas dudas: ¿Invitaría el
presidente Vicente Fox a comer a su lado al
"Vasco" Aguirre? ¿Al presidente Fox le
molestó el desborde por la izquierda del tapatío Ramón
Morales y sugirió su cambio? ¿Vidrio fue cortante y
podría lastimar a los norteamericanos? En el mundo el fútbol es practicado de forma regular por 240 millones de jóvenes y adultos: por cada 25 habitantes hay un futbolista activo (censo de la FIFA del año 2001). Hay países como Alemania o México, donde la relación es de un futbolista por cada 13 habitantes; en Estados Unidos esa relación es uno a 15, y en Brasil, es de uno por cada 24 habitantes. Las copas cuatrianuales organizadas por la FIFA son los espacios donde observamos una constelación de consagrados o en vías de serlo. Todos quisiéramos que nuestra selección estuviera más allá de octavos de final: la imaginamos de protagonista y ganadora del último partido. Para México eso ya no será posible, y se frustró las ilusiones del 84 por ciento de los ciudadanos del municipio de Puebla que ya apostaba a que la selección estaría en cuartos de final. Podemos no disfrutar de ese deporte, incluso no verlo, pero todos quisiéramos que México estuviera en la siguiente ronda eliminatoria. Previo al último encuentro del seleccionado nacional, uno de cada cuatro ciudadanos del municipio mencionado había visto al menos uno de los tres partidos jugados por México en la primera fase. En particular, el partido de más audiencia y el más disfrutado fue el jugado contra Italia, y no era para menos; la mitad de los ciudadanos de este municipio creía que se perdería contra Italia, y sólo el 16 por ciento decía que se le ganaría al cuarto mejor equipo del mundo: el resultado lo conocemos, por espacio de 80 minutos, ganamos y terminamos empatados; por eso se creía que a Estados Unidos (clasificado en lugar 13 por la FIFA), equipo de menor talla que el cuadro azzurro, lo barreríamos: ése fue el vaticinio de nueve de cada 10 ciudadanos. En lo sucesivo, nuestras simpatías estarán divididas entre Brasil (queremos que triunfe sobre Inglaterra), Italia (deseamos que le gane a Corea) y Alemania (vencedora de Estados Unidos). El mundial sigue por dos semanas más; en los 10 partidos restantes podremos apreciar buenos partidos y excelentes figuras: aún juegan David Seaman y Oliver Kahn en la portería; en las defensas podemos ver a Maldini, Zambrotta, Roberto Carlos y Cafú, y en el ataque, a la triple "r" de Brasil (Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho), al peligroso alemán Miroslav Klose, al legendario Christian Vieri y al senegalés Papa Bouba Diop. Pero no será lo mismo; nuestras percepciones y emociones estarán menguadas. Nuestros ídolos han caído. |