Miles abarrotaron el área cercana a la
Plaza de San Pedro para presenciar el acto
Convierte Juan Pablo II al Padre Pío en santo
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Ciudad
del Vaticano, 16 de junio. Ante una de las mayores multitudes jamás
vistas en la zona del Vaticano, este domingo el papa Juan Pablo II hizo
santo al Padre Pío, un místico fraile del siglo XX del que
se dice que llevó los estigmas de Cristo durante 50 años.
Agentes de protección civil italianos debieron
distribuir alrededor de un millón de botellas de agua y mojar con
mangueras a la multitud para darle un poco de respiro, ante el intenso
calor. El Padre Pío, que murió en 1968, fue una de las figuras
sagradas más populares del catolicismo del siglo XX.
Católicos de todo el mundo son devotos suyos y
rezan por su intercesión para obtener milagros. Al Padre Pío,
monje franciscano capuchino, se le atribuyen al menos dos milagros que
permiten a la iglesia hacerle santo.
Antes de su beatificación ?el penúltimo
paso antes de su santidad? se le atribuyó la curación médicamente
inexplicable de una mujer italiana que tenía una enfermedad de pulmón
y rezó al Padre Pío.
El segundo milagro fue la curación de un niño
de 11 años que tenía meningitis y cuya madre rezó
al Padre Pío mientras su hijo estaba en coma.
Se dice que el Padre Pío luchó con el diablo
en su celda de monasterio y predijo acontecimientos en las vidas de los
visitantes. Sabía qué penitentes estaban a punto de confesarse
y fue visto en dos lugares al mismo tiempo. Pío vivió en
un monasterio en la localidad de San Giovanni Rotondo, al sur de Italia,
donde la gente tenía que pedir cita para confesarse con él.
El Padre Pío tenía heridas en las manos,
pies y costado que correspondían con las heridas que Cristo sufrió
en la crucifixión. Utilizaba guantes marrones sin dedos para absorber
la sangre y cubrir las heridas excepto cuando decía misa. Los médicos
no supieron explicar las heridas, que nunca se infectaron.