Eduardo Galeano
El conjuro
Mientras nacía el nuevo milenio, el ejército
abrió paso a la empresa petrolera Oxy hacia las tierras de los indios
u´wa, en las lomas de Samoré.
Los taladros comenzaron su trabajo y los expertos anunciaron
que la perforación iba a rendir mil cuatrocientos millones de barriles.
Al amanecer y al atardecer de cada día, los indios
se juntaban para cantar en la espesura del monte.
Al cabo de un año, la empresa había gastado
sesenta millones de dólares y ni una sola gota de petróleo
había aparecido.
Entonces los indios u´wa dijeron que la tierra los
había escuchado y había escondido su sangre, para que no
murieran los árboles, ni se secaran las praderas, ni dieran veneno
los manantiales.
La empresa no dijo nada.