Lograr reconocimiento pleno de sus derechos
políticos, entre las metas: obispo Arizmendi
Exigen líderes religiosos revisar la ley de
cultos
El estatuto promulgado hace 10 años ya no responde
a la dinámica del país, coincidieron
JOSE ANTONIO ROMAN Y ELIO HENRIQUEZ ENVIADO Y CORRESPONSAL
San Cristóbal de Las Casas, Chis., 15 de junio.
El Estado no tiene derecho alguno a restringir los justos derechos políticos
de los ministros de culto, impidiéndoles el voto activo, coincidieron
aquí diversos líderes religiosos, quienes señalaron
la necesidad de "revisar" la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.
El
obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi; el presidente
de la Sociedad Bíblica de México, Abner López, y el
presidente del Centro Familiar Cristiano, Benjamín Rivera Leos,
consideraron que a diez años de su promulgación, el 15 de
julio de 1992, la ley secundaria que norma el comportamiento de las iglesias
y su relación con el Estado debe revisarse, no sólo porque
restringe algunos derechos de los ministros de culto, sino porque no responde
a la dinámica religiosa que vive el país.
Participantes en el encuentro "El derecho humano a la
libertad religiosa", organizado por los gobiernos federal y estatal, el
obispo, por una parte, y los dos pastores evangélicos, por la otra,
mostraron discrepancias sobre el planteamiento de impartir educación
religiosa en las escuelas públicas, aunque señalaron que
este tipo de encuentros, donde líderes religiosos y especialistas
en el tema intercambian puntos de vista, contribuyen a fomentar la cultura
de la tolerancia que necesita el país.
En este sentido, el representante legal de la Comunidad
Islámica de La Laguna, Hassán Zain Thamut, se refirió
al gran avance legal que significó la promulgación de la
Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, hace ya casi diez
años, pero expresó que es necesario avanzar todavía
más en la cultura de la tolerancia entre los creyentes. En esta
tarea los líderes religiosos, no sólo el gobierno, tenemos
una especial responsabilidad, dijo en breve entrevista.
Durante su intervención, el obispo Arizmendi aclaró
que uno de los puntos en que la ley necesita ser modificada es sobre el
reconocimiento pleno de los derechos políticos de los ministros
de culto. Por ejemplo, dijo, los sacerdotes hemos renunciado a casarnos;
también cuando nos ordenamos aceptamos libremente no intervenir
en política partidista. Esas decisiones son libres, pero el Estado
no tiene por qué limitarnos.
En tanto, el pastor de la Iglesia presbiteriana, Abner
López Pérez, tras insistir en que la ley necesita modificaciones,
consideró inconveniente que la legislación establezca a los
ministros de culto hasta cinco años de separación de su servicio
pastoral para aspirar a un cargo de elección popular, cuando hay
otros ejemplos en los que se pide sólo seis meses.
Rivera Leos, en su oportunidad, también expresó
la necesidad de revisar dicha ley, pues desde hace tiempo tiene claros
signos de obsolescencia y ante la dinámica del movimiento religioso
no está respondiendo a las expectativas ni necesidades de las iglesias.
"Me parece que no estamos interpretando adecuadamente la realidad religiosa
del país", señaló el pastor evangélico, quien
también citó la excesiva "tramitología" que las iglesias
deben realizar ante las oficinas gubernamentales.
Los líderes religiosos se refirieron también
al reglamento de la ley de cultos, el cual, desde su punto de vista, podría
resolver algunos problemas, pero que la autoridad no ha emitido pese a
que la ley secundaria tiene ya diez años de vigencia. Y es que en
algunos casos, dicha normatividad remite al reglamento como mecanismo para
resolver algunas controversias, pero sencillamente éste no existe.
Sobre el particular, el director general de Asuntos Religiosos
de la Secretaría de Gobernación, Alvaro Castro Estrada, presente
en los dos días del encuentro, respondió que el reglamento,
en caso de emitirse, no podría trascender más de lo que hoy
establece ya la ley secundaria, por lo que considera inexplicable las
grandes expectativas que se tuvieran sobre el mismo.
Incluso, planteó que de no actuar de manera acertada
en la elaboración de este reglamento, existiría el riesgo
de generar confusión. En todo caso, añadió, se podría
hacer un esfuerzo por reglamentar la ley de cultos con el objetivo de aterrizar
algunas disposiciones legales. Dijo que se recogería la opinión,
si no de todas las iglesias, sí de las más representativas.
Pero insistió en que el reglamento no resolverá los problemas.