viernes 14 de junio de
2002 |
Editorial El estacionamiento subterráneo |
Continúa la discusión
sobre el proyecto de construcción de un estacionamiento
subterráneo en el zócalo de la ciudad de Puebla. Ayer
el Congreso aprobó un punto de acuerdo para pedir al
ayuntamiento que demuestre que ha cumplido con la
normatividad del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH). El gobierno municipal dio una respuesta
individual -ya que siempre la hace el edil Luis Paredes
Moctezuma o el director de Megaproyectos Maximino Bear
Sanz-, en la cual rechazó la intervención del Poder
Legislativo. Los argumentos que esgrime el ayuntamiento parecieran invocar una situación de extraterritorialidad municipal, es decir, para el gobierno de Luis Paredes no hay leyes federales ni estatales a las que deba someterse el actual gobierno de la Angelópolis. La propuesta que este jueves hizo el ayuntamiento de someter a una consulta el proyecto de cambio de imagen del zócalo, que será organizada por la misma Comuna, resulta absurda pues estará controlada para favorecer a la administración paredista. En cambio, en nuestra opinión, parece correcta la posición que asumió el Congreso. Ahora, el INAH debe responder al llamado que le ha hecho el Poder Legislativo y utilizar todos los recursos legales a su alcance para evitar un atropello contra el patrimonio cultural de Puebla, el país y el mundo. Es reprobable todo el tiempo y los recursos que ha destinado el ayuntamiento para proteger su proyecto de estacionamiento, en lugar de atender otras necesidades ingentes que hay en la ciudad capital. |