OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION
Comunicado No. 79
Los compromisos de Madrid y la educación
El pasado 16 y 17 de mayo se celebró en Madrid la segunda cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea, de América Latina y del Caribe. La cumbre previa ocurrió en junio de 1999, en Río de Janeiro, y en ella se abrió la agenda para la formación de una "asociación estratégica birregional". La reunión de Madrid se planteó el objetivo de avanzar en la definición de enfoques comunes en materia de economía, política y temas sociales, y para concertar acuerdos específicos.
Aunque las expectativas son ambiciosas, la asociación está todavía en una fase incipiente y habrá que esperar a que rinda frutos concretos. Para México la participación en esta iniciativa tiene, sin embargo, un sentido más profundo. Cabe recordar que desde 1997 se firmó el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre la Unión Europea (UE) y México, que culminó un proceso de negociaciones iniciado desde 1992. Dicho acuerdo entró en vigor en octubre de 2000 y por lo pronto ha implicado un significativo incremento comercial entre México y la UE. No obstante que las posibilidades de acuerdos económicos y políticos centraron la reunión de Madrid, también ocupó un lugar importante el tema de la cooperación en los ámbitos cultural, educativo, científico, tecnológico, social y humano.
Compromisos de cooperación
El documento de conclusiones: Declaración Política Compromiso de Madrid, incluye acuerdos sobre educación superior, desarrollo científico y tecnológico y acerca de "la sociedad de la información". En breve: a) reforzamiento del programa Alfa para la cooperación institucional en el ámbito de la educación superior; b) impulso al programa denominado Alianza para la Sociedad de la Información (@lis); c) promoción del Plan de Acción 2002-2004 para construir un Espacio Común de Educación Superior Unión Europea- América Latina y el Caribe. Además, los países firmantes convienen en "acoger favorablemente" las propuestas de las reuniones ministeriales sobre educación superior (París, noviembre de 2000), ciencia y tecnología (Brasilia, marzo 2002) y Sociedad de la Información (Sevilla, abril 2002).
Estos acuerdos, que en seguida comentaremos, se complementan con el amplio conjunto de declaraciones contenidas en el documento Valores y posiciones comunes, también aprobado en la cumbre, que expresan algunos compromisos de carácter general. Por ejemplo, dedicar más recursos al desarrollo de programas sociales, con especial atención a la educación, la investigación científica y la cultura; apoyar la educación y formación profesional de los trabajadores; intensificar la cooperación educativa con énfasis en la educación básica, la formación profesional y la cooperación de las instituciones de educación superior; garantizar el acceso universal a la educación y la formación profesional; impulsar el enfoque en que la misión de la enseñanza superior es contribuir al desarrollo sostenible; promover la reducción de la "brecha digital" entre países desarrollados y en desarrollo, entre otros puntos de resolución común, la mayor parte de ellos heredada de la Cumbre de Río o proveniente de las reuniones temáticas entre la UE y los países de América Latina y el Caribe.
Dejando de lado declaraciones más bien retóricas o de buenas intenciones, los compromisos que aparecen más relevantes y con mayores posibilidades de resultados a corto plazo son precisamente los que se refieren al "espacio común" en el ámbito de la educación superior y la "alianza para la sociedad de la información". Acerquemos a éstos para interpretar sus alcances.
Alianza para la sociedad de la información
El 6 de diciembre del año pasado la Comisión Europea aprobó el programa ALIS, que cimentaría los propósitos de la alianza. Según se explica en la iniciativa, dicho programa contará con cerca de 85 millones de euros para poner en marcha proyectos innovadores en América Latina "que demuestren las ventajas de las aplicaciones de la sociedad de la información para los ciudadanos". El propósito crucial es "establecer, tanto en el plano político como a nivel de especialistas, un diálogo y una cooperación en materia de políticas y normativas" de telecomunicaciones, comercio electrónico, normalización y otros programas relacionados con la sociedad de la información.
En este contexto ya están en desarrollo algunas iniciativas de normalización y, hasta donde se sabe, prevalece un enfoque favorable a la "utilización de normas abiertas e internacionales", aunque el programa como tal establece el objetivo de "promover el sistema europeo de estandarización" y extenderlo a los países latinoamericanos.
De concretarse esta posibilidad son previsibles algunos conflictos de interés en virtud de los convenios que el gobierno ha establecido con provedores de tecnología de telecomunicaciones e informática, en particular con la plataforma de código reservado de la firma Microsoft, la cual ha demostrado persistente interés en el mercado mexicano mediante, entre otras estrategias, apoyos de la fundación Gates a los sectores de educación y cultura.
Por otra parte, ya se publicó la primera convocatoria de proyectos en el marco de la alianza con temas sobre "gobernanza local, educación y diversidad cultural, salud pública e inserción social" y con el requisito que la propuesta sea presentada por un consorcio europeo-latinoamericano compuesto como mínimo por ocho socios, de los cuales al menos tres estados miembros de la UE y un país latinoamericano.
El proponente tiene que ser una entidad europea pública o privada, sin ánimo de lucro, radicada en uno de los estados miembros de la UE. Los socios pueden ser una entidad jurídica privada y pública radicada en uno de los estados miembros de la UE o uno de los 18 países latinoamericanos. Desde luego interesaría saber, en el caso de México, cuáles y por quiénes se presenten proyectos referentes al tema educativo ya que, hasta el momento, algunas instituciones privadas, como es el caso del ITESM, han mostrado particular interés y capacidad para desarrollar proyectos de educación de base informática y cuentan además con demostrada simpatía, por decir lo menos, en el sector gubernamental.
Un espacio común para la educación superior
Esta idea no es sino la extensión hacia América Latina y el Caribe de la iniciativa desarrollada en el seno de la UE para la conformación de un "espacio europeo" unificado en el ámbito de la educación superior, la que se ha venido desarrollando en los últimos 10 años a partir de la firma del documento Carta Magna Universitaria, suscrito en Bolonia a finales de los 80.
En el caso europeo se han dado importantes avances en materia de reconocimiento de estudios y mutua acreditación de programas y títulos. Asimismo se han dado pasos firmes hacia la definición de estándares curriculares básicos, definición precisa de niveles y modalidades de enseñanza, y de criterios para facilitar la circulación de estudiantes, profesores e investigadores en el espacio común europeo.
No es difícil anticipar que, para nuestra región, la iniciativa implica el impulso o reforzamiento de los proyectos de acreditación de programas, incluso bajo estándares internacionales, así como la profundización de programas en curso que implican, grosso modo, que Europa recibe estudiantes latinoamericanos en programas de posgrado a cambio de "exportar" académicos a las instituciones de enseñanza superior.
Esta relación asimétrica encuentra su razón de ser en dos factores. En primer lugar, en las claras asimetrías entre las capacidades académicas y de conocimiento que persisten entre las dos regiones pero; en segundo lugar, por la sencilla razón de que necesitan los países europeos encontrar vías de salida para sus recursos humanos de alta calificación. En este sentido las instituciones de enseñanza superior latinoamericanas representan un atractivo mercado laboral para académicos europeos que no consiguen fácil incorporación en las universidades y centros de investigación de sus países. Cabe añadir a ello la dinámica, ya a la vista, de oferta de servicios de enseñanza e investigación de Europa hacia América Latina, en particular en el nivel de posgrado y a través de opciones de universidad virtual, universidad abierta e incluso programas de universidades europeas con la intención de establecerse en territorio latinoamericano, caso en que destacan, por obvias razones, las universidades de España.
Si bien estos flujos tienen su lado positivo, que no necesita ser enfatizado, parece importante conocer las normas o criterios de regulación que se vayan a establecer al respecto o, en todo caso, si se tiene previsto reglamentar las modalidades que se abran a partir de la participación de México en este espacio internacional.
Interrogantes
En el campo de las relaciones internacionales de México con los países desarrollados se están buscando nuevas formas de alianza, cooperación e intercambio en campos que se intersectan o que competen directamente a la educación. Por ello, y a la vista de los compromisos que se han suscrito recientemente, preguntamos:
-ƑQué condiciones implica para México la suscripción de acuerdos con la UE para la constitución de un "espacio común" en el campo de la educación superior?
-ƑEs compatible la normalización en materia de telecomunicaciones e informática que promueve la UE para América Latina y el Caribe con la que rige en Estados Unidos, que en la práctica hemos asumido?
-ƑCuáles son las organizaciones que, en el caso de México, están participando en los proyectos de la UE en materia de informática, telecomunicaciones y sociedad de la información?
-ƑCuáles son los proyectos educativos en curso en este terreno? ƑCuáles los compromisos asumidos?
-ƑQué instancias de la Secretaría de Educación Pública y de la Secretaría de Relaciones Exteriores son responsables de dar seguimiento a estos acuerdos y vigilar su cumplimiento?
ƑQUIENES SOMOS?
Nuestros comunicados aparecen en el primer y el tercer fin de semana de cada mes en este espacio periodístico; se pueden reproducir en cualquier medio indicando su procedencia. Todos los ciudadanos están cordialmente invitados a sumarse a nuestra iniciativa. Favor de enviar sus nombres con sus datos de localización e identificación a: La Jornada Observatorio Ciudadano de la Educación, Apartado Postal 20-423, San Angel, México, D.F. C.P. 01001. Fax: 55 54 86 55. Correo electrónico:
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