En lugar de gastar en armamento debe invertirse
más en educación, propone
La obsesión de EU por la seguridad soslaya la
raíz de la violencia: Friedericka von Stade
La ópera, ''arte bobo y caro'' que pervive porque
celebra la belleza, dice a La Jornada
La mezzosoprano se presentó en Bellas Artes acompañada
por la Sinfónica Nacional
PABLO ESPINOSA
A pesar de tratarse de ''un arte bobo y caro", sopesa
la mezzosoprano Friedericka von Stade, la ópera sobrevive simplemente
porque festeja una parte muy íntima y delicada de la naturaleza
humana: la voz. ''Porque cantar hace buenas personas. Y eso incluye a profesionales
y amateurs, a todo el mundo: la gente canta cuando está contenta.
Así -remata la artista el silogismo- la ópera pervive porque
es una celebración del ser humano. Celebra la belleza."
Friedericka von Stade es una de las grandes estrellas
del mundo operístico. Suprema en el repertorio francés, artista
emblemática del Metropolitan Opera House, luminaria de culto, Flicka
-como es llamada cariñosamente- cantó el fin de semana en
Bellas Artes acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional
y puso, como acostumbra, los niveles sensoriales más allá
de los sublime cuando cantó -sensualidad de ángel- la Scheherezade,
de Maurice Ravel. Un acto poético.
Acercarse a la realidad vía la música
Como pocas luminarias en el orbe, Flicka disfruta el privilegio
de tener una vida normal. Luego de comer un helado caminando por las calles
de México y a la salida del cine, donde convivió con el arte
''bobo y caro, pero disfrutable" con el filme El hombre araña,
Friedericka von Stade concedió una entrevista a La Jornada:
-Gracias a la participación de usted en el montaje
de la ópera Dead man walking, el nombre del joven autor Jake
Heggie se acaba de incorporar a la lista notable de grandes compositores,
como John Adams y Michael Daugherty, que toman temas sociales para hacer
óperas. ¿Por qué le interesó involucrar su
prestigio en tema tan rasposo?
-Cierto, es notorio cómo algunos compositores han
tomado temas de la realidad actual como argumentos de sus óperas.
Participé en Dead man walking porque la pena de muerte en
Estados Unidos degrada a la nación entera, es un sinsentido y algo
de lo que nadie quiere reflexionar. La gente no quiere involucrarse en
tales temas, les resulta desagradable. A menos de que se enteren por los
periódicos o bien, como en el caso de esta ópera, se enfrenten
al tema en un escenario durante toda una función y escuchen las
historias de los convictos, las razones de quienes cayeron porque el sistema
les falló; de quienes tuvieron que crecer en la calle, de quienes
son hijos indeseados, y entonces las personas se encuentran con realidades
que no imaginaban. Y todo este acercamiento se propicia mediante la música.''
Educar a los niños
''Hay
que decir, empero, que Dead man walking (existe versión cinematográfica
con el mismo nombre, dirigida por Tim Robbins y estelarizada por Sean Penn
y Susan Sarandon) no es una ópera política. Es la historia
de un hombre y de lo que les sucede a él, a su madre y sus hermanos
y a los padres de los niños que mató. Todo eso narrado a
través de la música de manera tal que el público cuando
abandona la sala, una vez terminada la función, ha cambiado su manera
de pensar sobre el tema porque le ha sido expuesta una historia sin dobles
lecturas, sin indicaciones o cargas ideológicas.
''El resultado es claro: en la sociedad estadunidense
pocos quieren hoy asumir responsabilidades. Vivimos una era muy rara: desde
Estados Unidos se envían ejércitos hacia otras partes del
mundo, se busca tener seguridad por doquier; hay una obsesión por
el tema de la seguridad, cuando en realidad no se está atacando
el problema de raíz: en lugar de gastar todo ese dinero en armamento,
en guerras, en supuesta seguridad, debería invertirse en educación,
porque es claro que el sentido del éxito está en otro lado,
no en el material. Además, es claro que el tema de la seguridad
está agotado, nadie puede estar seguro hoy en día, nadie
puede sentirse realmente a salvo, es imposible. En cualquier parte del
mundo puede aparecer alguien con una bomba. Entonces, para qué construir
más prisiones, por qué no poner mejor ese dinero en educación,
construir escuelas, educar. Debe detenerse este sentido de altruismo o
de un supuesto 'cuidar' a las personas.
''Lo que se necesita no es cuidar a la gente, sino ocuparse
de ella, educar a las sociedades para que sean mejores. Es necesario volver
al principio, repensar, para poder tomar responsabilidades y fijar el sentido
del éxito de manera correcta, para que la gente deje de decir: los
problemas sociales no son mi problema, yo necesito un coche nuevo. Volver
al principio. Y en el principio hay niños. Hay que educarlos. Ahí
está el origen, en la educación.''
-¿Cómo pudo colarse un tema tan incómodo
para la clase más pudiente, teniendo en cuenta que el mundo de la
ópera está ligado a la gente del dinero?
-Hubo una dama, que acaba de fallecer, y fue definitiva
en este proyecto. Fue una gran dama, Felice Wallace. Dio mucho al mundo
del arte, financió el mundo sinfónico y el operístico.
Había leído el libro Dead man walking y estaba convencida;
luego habló con mi amigo, el compositor Jake Heggie, de la importancia
de tomar el tema para una ópera. No fue una empresa fácil.
Todavía la noche del estreno estaban temerosos de que los ricos
no asistieran, pues ¿quién quiere una ópera con tema
tal? Empieza con un asesinato y termina con una ejecución. No es
al menos la idea de diversión que tengan los ricos que van a la
ópera. Pero Jake Heggie supo decirlo bien con música. Es
un gran hombre, tiene 38 años y un gran corazón.
-¿Sirve entonces de algo el arte de la ópera?
-Sí, hace bien a la humanidad. Y antes que nada,
es una celebración de los prodigios de la voz humana, solamente
eso puede explicar que siga existiendo algo que es tan caro, tan tonto
de pronto como una soprano gorda cantando el papel de una quinceañera
como Madame Butterfly. La ópera es muchas veces algo muy bobo, pero
existe porque celebra la belleza de la voz humana y eso es algo de lo que
no podemos prescindir, de la voz humana. Y es así como transmitimos
a los niños tal valor, el valor de lo bello, de lo trascendente.
Eso les da seguridad, verdadera seguridad. Les enseña a tener respeto
por sí mismos. Les otorga el placer de producir belleza.
Cantar hace buenas personas
''Nunca olvidaré, por ejemplo, cuando mi hija pequeña
extrajo el primer sonido hermoso de un violín: su rostro entero
estaba iluminado, como ella entera. Y no se trata tampoco de entender la
música como un bien material, o apreciar la música o entenderla
solamente si se es músico profesional. Nada de eso. Puede comprobarse
de muchas maneras, entre ellas una contundente: la gente canta cuando está
contenta. Y eso es maravilloso, como también es fascinante ver en
México o en Buenos Aires gente joven que asiste a los conciertos
y a las funciones de ópera, cosa que no sucede mucho en Estados
Unidos, porque la ópera es muy cara y pocos se preocupan por los
jóvenes. Sólo van los ricos y viejos.''
-Usted es una de las grandes superstars del mundo
operístico y sin embargo no se comporta como una diva. ¿Pueden
tener las leyendas vivientes de la ópera una vida normal hoy día?
--Ese es un beneficio de la época. Hoy podemos
tener una vida normal. Ya no es lo mismo, por fortuna, que en la época
de Maria Callas o Enrico Caruso. Ciertamente un cantante de ópera
debe seguir regímenes de vida muy disciplinados, porque el instrumento
es muy frágil, pero lo que otorga el arte del canto no tiene precio.
Hasta la fecha no he conocido ningún cantante que sea mala persona.
''Cantar hace buenas personas, porque el canto es una
de las partes más íntimas y delicadas de la naturaleza humana.
Además, la conciencia de esa fragilidad te ayuda a conservar el
mínimo de humildad para seguir siendo un buen cantante, es tan frágil
el instrumento de un cantante que un día puede ser el mejor del
mundo y al otro día ser nadie. Tener esa conciencia ayuda.
''Por lo pronto, yo no me considero una superstar,
me gusta considerarme simplemente una cantante. Y me gusta lo que hago
y lo que soy. Tengo hijos maravillosos y un esposo que a diario esculpo
en oro con diamantes. Soy muy afortunada. Mis hijos, mi esposo y ser una
simple cantante me hacen una persona bendecida. Feliz.''