Nueve mil policías resguardarán el Sapporo Dome
Prevención ante el anhelado juego "del morbo"
Sapporo, 4 de junio. Todos coinciden en que Argentina-Inglaterra es El Partido, así con mayúsculas, de la primera ronda del Mundial 2002, y Sapporo es la ciudad que se prepara para albergarlo con dosis compartidas de orgullo y preocupación.
Unos nueve mil policías velarán por la seguridad antes, durante y después del clásico del próximo viernes. Se trata de un cotejo considerado de alto riesgo por los antecedentes de violencia que tienen los barrasbravas argentinos y los hooligans ingleses.
Si bien los funcionarios de inmigración habrían hecho gran parte del trabajo, al impedir la entrada y deportar a unos 30 hooligans detectados en una lista elaborada con la colaboración de oficinas de policía extranjeras, en Sapporo no quieren dejar nada a la suerte.
Los medios locales dieron espacio a una información que da cuenta de un hecho escandaloso para un país donde la honestidad es hábito: un hincha argentino le habría sustraído una entrada a un menor de edad en las inmediaciones del estadio de Ibaraki, antes del partido en que Argentina venció a Nigeria.
Además se habla de que unos veinte barrasbravas argentinos, en su mayoría hinchas de Boca Juniors y Chacarita Juniors, estuvieron presentes en ese debut y ahora vienen a Sapporo.
El partido del lunes entre Italia y Ecuador sirvió como último ensayo de seguridad antes del examen del viernes. Por lo que se vio, los hinchas tendrán que sortear varios puestos de control antes de llegar al Sapporo Dome, y quien no tenga en su poder una entrada se quedará lejos del estadio.
Sapporo, con sus grandes espacios verdes, no luce muy diferente al resto de las sedes japonesas. No hay gran ambiente futbolístico en las calles, salvo unos carteles dándole la bienvenida a los visitantes en los idiomas de los equipos involucrados.
El futurista Sapporo Dome es como una gran nave espacial acondicionada para jugar futbol. Su césped crece fuera del estadio y es plantado mediante un mecanismo aerodeslizador; mientras que el techo corredizo protege las actividades ante cualquier diluvio.
"El estadio va a estar repleto. Es increíble que jueguen en nuestra casa potencias como Inglaterra y Argentina. Estamos orgullosos", señaló Koji, un adolescente de 16 años que el lunes vestía una camiseta del italiano Alessandro del Piero, y el viernes prometió ponerse la del inglés Michael Owen. DPA