Marco Rascón
Balance de un gobierno distinto
Heredero de todas las luchas sociales, cívicas y democráticas, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) constituye no sólo un ejemplo para la izquierda, sino para todo el país al haberse convertido en un oasis en medio del desierto neoliberal y el fracaso de la transición conducida por la derecha.
Resultado de una visión estratégica de hacer buen gobierno, basada en la amplia participación y canalización de iniciativas y propuestas, el actual GDF ha articulado su programa para gobernar en torno a un eje central: reconocer el trabajo como el valor más importante y de esta manera desarrollar las acciones que hoy percibimos respecto al transporte público, el desarrollo económico, la infraestructura urbana, la cultura y el esparcimiento, que han mejorado las condiciones de vida y laborales de todos los sectores.
Bajo este eje rector las iniciativas ponen a la ciudad en un terreno distinto de cambio y con contenido progresista que asocia a la izquierda con la eficiencia, la imaginación, el humanismo, la libertad y la democracia, dándole viabilidad a lo urbano, haciendo que cada ciudadano descubra nuevas formas de vida, más allá de la rutina. Es ejemplar la manera en que se ha enriquecido el discurso político en la ciudad.
Apoyado en las fracciones del PRD de su diputación federal y en la Asamblea Legislativa, el GDF ha hecho un trabajo extraordinario para demoler el edificio obsoleto de las leyes y reglamentos del antiguo Departamento del Distrito Federal que favorecían la corrupción administrativa. La acción legislativa perredista actual ha sido de gran trascendencia, pues impidió meter a los ciudadanos en el laberinto de la "legalidad" de leyes tramposas, redactadas con perversidad, no para cumplirse, sino para corromper.
En el terreno de la seguridad la lucha cultural contra la segregación de los policías, hoy integrados a la vida social, ha logrado arrinconar desde la misma ciudadanía las prácticas corruptas y ha empezado a generar un nuevo sistema de relaciones policías-ciudadanos. Por eso hoy vemos a jóvenes cadetes de Seguridad Pública en las universidades y uniformados paseando por calles y plazas con su familia, sin avergonzarse.
En materia cultural el uso del espacio público con actividades artísticas de todo tipo, que incluye desde el folclor hasta la música tecno, ha sido una distinción en contra de los gobiernos basados en el miedo. La extensión cultural ha sido el sello que la izquierda ha puesto a la ciudad con gran sensibilidad, por ello el instituto tiene ahora como sede el viejo Frontón México, que fue expropiado, impactando toda la zona del Monumento a la Revolución como área cultural.
El excelente gobierno que la izquierda impulsa en la ciudad de México organiza y moviliza a miles en pro de la conquista de derechos, no como donaciones graciosas entregadas discrecionalmente. Todos los derechos son para todos, lo que impide la proliferación de actitudes clientelares como entrega de despensas, leche, bonos, etcétera.
En cuanto al esparcimiento, el gobierno actual ha hecho una gran contribución contra el pesimismo y la tristeza. La conquista de la seguridad nocturna ha sido una acción de masas, apoyada por las comunidades artísticas, laborales, educativas y ciudadanas. Los bailes populares en plazas y bares, la apertura y facilidades para realizar actividades nocturnas han sido un arma eficaz contra la delincuencia, el desempleo y la paralización que trataron de imponer los sectores conservadores que consideraron que seguridad significaba más patrullas y clausuras. El gobierno dejó de fabricar giros negros, dando cauce y ordenando las actividades mercantiles.
Todo esto ha sido posible gracias a un gabinete bien articulado y coordinado por el jefe de Gobierno, que trabaja en función de una visión integral de gobierno metropolitano y no personalizando los problemas. Ha sido fundamental, asimismo, la actividad y presencia del secretario de Gobierno, la coordinación con las diputaciones y un trabajo de intenso debate con todos los sectores que eleva la calidad de las propuestas y permite el razonamiento público. En ese sentido la izquierda en el gobierno capitalino ha sido consecuente y ejemplar en su respeto hacia los poderes Legislativo y Judicial.
A un año y medio de tener las riendas del gobierno la aportación de la izquierda en la capital ha sido enorme, merced a la imaginación de esta nueva generación de funcionarios, surgidos del voto popular, con gran arraigo en la historia de la ciudad y conocimiento de sus problemas.
Da confianza a todos la presencia de funcionarios relajados y seguros frente a los medios de comunicación, así como su fácil acceso y la manera coloquial en que les entran a los problemas y sobre todo para encuentran soluciones. Se agradece que toda la información y propaganda del gobierno sean un aporte cultural en imagen y contenido para la reflexión, lo que sin duda sienta un precedente de que sí hay una forma de gobierno distinta en la globalización.
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