lunes 3 de junio de 2002 |
Análisis El Plan de Desarrollo Municipal de Puebla n Mario Villar Borja |
En días recientes el presidente
del ayuntamiento de Puebla presentó a la ciudadanía el
Plan de Desarrollo Municipal (PDMP), en un documento de
medio centenar de páginas que rompe con todos los
convencionalismos y las técnicas de planeación en la
materia. Ello distingue al documento de manera negativa y
hasta chusca, de los esquemas de planeación en el
ámbito mexicano. Con anterioridad se había
experimentado sistemas de planeación poco eficientes y
efectivos, como el Plan Nacional de Desarrollo presentado
por el presidente Vicente Fox, pero el ahora comentado no
tiene paralelo por su falta de técnica, su
incumplimiento de la ley, su carencia de seriedad y el
exceso de soberbia con que se elaboró, por lo que
constituye una verdadera ofensa para la ciudadanía
poblana. Este documento inicia con un corto mensaje del presidente municipal de muy pobre contenido, en el que su único acierto fue darse, cuando menos al inicio del documento, el verdadero título que la legislación vigente le otorga, el de presidente municipal, y no el de alcalde como algunos paleros le llaman. El PDMP, aunque lo señala para el periodo comprendido entre 2002 y 2005, con el pretexto de que se requiere "tres años para germinar el fruto de tres décadas", pretende abarcar un periodo de 29 años, culminando tan ominoso ejercicio, con una telenovela de ciencia ficción en la cual, con muy poca técnica literaria, se muestra una caricatura ficticia de cómo será la ciudad de Puebla de Zaragoza (no de los ángeles, como él ilegalmente la denomina) a 500 años de su fundación, gracias a que en el año 2001 los poblanos tuvimos la "suerte" de elegir a Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes como presidente municipal. El PDMP plantea un marco conceptual que pretende ser el método con el cual se elaboró el plan. éste comienza por definir que lo "estratégico tiene que ver con el largo plazo, lo táctico con lo urgente", y que lo estratégico son líneas de acción cuyo objetivo es "construir sobre los puntos fuertes; superar debilidades; aprovechar oportunidades, y eliminar amenazas". Se afirma que para definir estrategias, se debe estudiar las oportunidades que presenta "la región, el país, el mundo y las debilidades que tiene Puebla"; también para este fin, se pretende entre otros "determinar alternativas, los recursos disponibles, el riesgo beneficio, la resistencia de los afectados y el arrastre de los proyectos"; así como estar atentos al "debilitamiento y desuso de la planificación central y autoritaria, la intervención de la sociedad civil en el desarrollo de los planes urbanísticos y la tecnología que permite planificar con mayor efectividad". En fin, que aparentemente el PDMP se elaboró con una nueva y completa metodología, el problema es que utilizaron mucho espacio en tratar de definirla y que sin embargo no mostraron como la aplicaron, tal vez ni siquiera lo hicieron o mejor dicho ni siquiera se tiene tal metodología. Esta parte del PDMP incorpora una definición preocupante, pues define gobernabilidad como "la generación de consensos básicos entre los sectores estratégicos (aquellos con capacidad de incidir en la ciudad)" y se afirma que estos consensos son "la base fundamental para emprender una nueva época de esplendor para nuestra Puebla de los ángeles", lo cual muestra el carácter totalmente aristocrático del plan, cuando la ley en la materia, la Constitución federal y la Constitución del estado establecen que la planeación sea democrática, es decir, con la participación de la mayoría del pueblo y no sólo con los que "tienen capacidad de incidir en la ciudad". En el apartado de objetivos se habla en primer término de "calidad de vida" y se enumera tres: (1) "Impulsar medidas a favor de grupos sociales más afectados por el desempleo..."; (2) "Estimular el aprendizaje de idiomas... para estar mejor relacionados con el resto del mundo"; y (3) "vincular a las universidades con los sectores productivos y de inversión..." En el segundo de los objetivos, al cual denominan "competitividad", listan 22, en los que revuelven proyectos con objetivos. Entre los proyectos destacan: "proyecto de pasos a desnivel", "proyecto de estacionamientos subterráneos", "proyecto del metro", "instalar un nuevo recinto ferial", mientras que entre los objetivos se tiene "promover la realización de macroproyectos", "estimular el autoempleo", "propiciar el mejoramiento en la calidad de los productos industriales", "diversificar e internacionalizar los mercados de las empresas locales", "promover la modernización de telefonía básica", etcétera. Como se ve, los señores del ayuntamiento del municipio de Puebla de Zaragoza, cubren aspectos que no son de su competencia por ser materia federal o bien se trata de objetivos que corresponde llevar a cabo a los empresarios especialistas en los diferentes ramos de la industria y el comercio. Una clara sobreestimación de su capacidad para lograr todas estas acciones y objetivos, cuando ni siquiera han mostrado capacidad para elaborar el Plan de Desarrollo Municipal siguiendo una metodología seria como la implícita en la ley de la materia. El PDMP no tiene ni pies ni cabeza, pues en ninguna de sus partes encontramos un solo diagnóstico serio que permita poder planear con cierta viabilidad. Tampoco se encontró el análisis que sirvió de base para desarrollar las acciones, que les permita lograr los objetivos que ellos se han fijado. O cuando menos cumplir con la ley vigente, es decir, que el plan debe tender al "logro de un desarrollo económico, social, político y cultural que beneficie a las mayorías". Asimismo, tenemos que este documento carece de un ordenamiento de las acciones propuestas, así como de los mecanismos para hacerlas congruentes con los objetivos de desarrollo económico y social. Tampoco están expresadas con claridad las políticas que se persiguen, ni mucho menos los instrumentos que permitirán lograrlo. Lo más trascendente es que no contiene ningún mecanismo para obtener de la sociedad su validación y aprobación. Todo esto lo hace un documento elaborado por iluminados, pero nunca podría ser considerado como un instrumento de planeación democrática, como lo ordena la Constitución federal, que cumpla con los fines democráticos de apego a la estructura jurídica, al régimen político y sobre todo a la preservación y el perfeccionamiento de la democracia "como sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social, político y cultural de la sociedad, impulsando su participación activa en la planeación. Como se mencionó, entre las pocas acciones que contiene el PDMP se tiene la necedad de construir "cuatro estacionamientos subterráneos en el Centro Histórico". Y aunque se habla de "involucrar a la sociedad en la definición de los grandes proyectos de la ciudad", lo cierto es que no se ha entablado ningún debate público con la sociedad, por ejemplo con el grupo Colectivo Mujeres por la Democracia, quienes han mostrado una gran y fundamentada preocupación por tales proyectos. Tampoco presenta un diagnóstico serio o cuando menos una somera evaluaciónde la situación de los actuales estacionamientos del centro histórico, que permita inferir a la ciudadanía que no se trata de simples caprichos, sino de decisiones tomadas con un mínimo de inteligencia y método. En el asunto de la competencia de la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad, el PDMP no hace mención alguna sobre la ingeniería de tránsito, lo cual muestra que no le interesa este asunto tan importante para el eficiente desarrollote la vida citadina. En las actuales condiciones, el flujo vehicular no es ni eficiente ni seguro para la ciudadanía, induciendo grandes ineficiencias en el flujo de personas, a quienes no sólo se les hace perder su valioso tiempo por los cuellos de botella en la circulación, sino que los fuerza a generar enormes cantidades de contaminación que están minando la salud de los habitantes del municipio de Puebla. Una cosa que llama la atención es que existe una duplicación de funciones entre las secretarías de Relaciones Públicas e Imagen y la de Comunicación Social, ya que ambas tienen como "misión" difundir las acciones (logros) de gobierno. Uno se pregunta si en una ciudad donde se tiene tantas carencias será necesario "posicionar al ayuntamiento como un gobierno humanista Cuando la simple ejecución de tareas en beneficio de la comunidad sería más que suficiente. ¿Será necesario contar con ambas secretarías? ¿No sería gobernar mejor el desarrollar obras sociales que rindan beneficios reales a la sociedad, que los gastos cuantiosos que esta duplicidad puede llegar a representar? El PDMP contiene mentiras: como ejemplo tenemos que entre los objetivos de la Promotora del Deporte Municipal se menciona "Dar apoyo a celebraciones y festividades que realice la comunidad que incluyan actos deportivos y con estos llegar a satisfacer en gran medida las necesidades de los habitantes del municipio". Sin embargo, se sabe de manera fehaciente que fue negada de manera hasta descortés una solicitud que el comité general de la colonia Leorbardo Coca presentó al presidente municipal y al director de la Promotora, para lograr apoyo para los eventos deportivos con motivo de la celebración de las fiestas de la colonia, celebradas del 3 al 5 de mayo. ¿Sería la negativa por que se llevó a cabo la fiesta en el aniversario de la batalla que libró el general Ignacio Zaragoza, en honor de quien nuestra ciudad toma su nombre, que el señor Paredes pretende cambiar al denominarla Puebla de los ángeles y no Puebla de Zaragoza, como es su nombre oficial? Ah, pero eso sí, está presto a "recuperar y fomentar" algunas fiestas como las de "altares de Dolores, procesión de Viernes Santo, Todos Santos, Pastorelas y Nacimientos", y para la "reconstrucción y mantenimiento de los órganos de las iglesias", aspectos que tienen más carácter religioso que social y que desde luego no son función del ayuntamiento. A pesar de que, aunque de manera muy somera, se dice que el PDMP pretende "lograr un crecimiento económico... de manera sustentable con los recursos naturales", en la misión de las secretarías, las coordinaciones, las promotoras, los organismos y las divisiones que integran la nueva y extensa estructura administrativa del nuevo ayuntamiento, poca o nula mención se encuentra con respecto a los programas que se tenga considerados para corregir o cuando menos revertir las tendencias que en materia de contaminación ambiental enfrenta el municipio de Puebla. En resumen, el PDMP no cumple en lo más mínimo con los requisitos que le marca la ley, con técnicas de planeación probadas y mucho menos se puede considerar un plan democráticamente elaborado, pues carece de consulta popular alguna. Por el contrario, parece ser más aristocrático, ya que se basa en las opiniones de "los sectores estratégicos", que definen en el PDMP como aquéllos que tiene la capacidad de incidir en la ciudad. Asimismo, el plan elaborado con un método tan limitado como el que se pretende no es un ejercicio producto del trabajo de técnicos o líderes sociales que induzcan decisiones acertadas, sino más bien es un documento tecnócrata que pone de manifiesto que se pretenden copiar las soluciones a los problemas de la ciudad, mediante el estudio de las oportunidades que presenta "la región, el país, el mundo y las debilidades que tiene Puebla". La mayor omisión está en que no se da cifras de las inversiones consideradas, ni tampoco de las fuentes de recursos para financiar las obras, lo cual muestra que tal vez no sea en realidad un Plan de Desarrollo Municipal, sino más bien una serie de ideas personales del presidente y sus allegados. |