lunes 3 de junio de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
n El gobierno se va con la "finta" de la generación de empleos: Alonso
El PPP permitirá el "desmedido" ingreso de maquiladoras a la región

Francisco Rivas Zerón n

El Plan Puebla Panamá (PPP) traerá consigo el ingreso "desmedido" de industrias maquiladoras en los países involucrados, y por encima de la generación de nuevas fuentes de trabajo, cumplirán la función de "gancho" para exportar mano de obra barata, afirmó José Alonso Herrero, catedrático e investigador del departamento de Relaciones Internacionales e Historia de la Universidad de las Américas (UDLA).
En cuanto al aspecto político, expuso el académico, este plan permitirá a los estadounidenses penetrar con mayor fuerza en la región e influir con "más claridad" sobre los gobiernos de esta franja continental.
Pero lo anterior también afectará a sus mercados. Debido a que en los Estados Unidos la empresas de la confección han dejado de ser rentables por la escasez de mano de obra, los industriales del ramo encontrarán en el PPP la oportunidad para instalar plantas en toda la región y comenzarán a llegar sin control alguno, en forma "desmedida".
"Dependerá de nosotros sacar provecho de la masiva instalación de fábricas maquiladoras. Dependerá de si dejamos la iniciativa en las manos de las empresas transnacionales o si, por el contrario, nos ponemos a los hombros de responsabilidad de que éstas sirvan para beneficio de los trabajadores mexicanos, los campesinos y los indígenas", manifestó.
Asimismo, Alonso dejó en claro que existe un riesgo de "dejarnos llevar por la cultura maquiladora", pero para erradicar esa opción de desarrollo social y generación de riqueza, "el primer paso a dar le corresponde a las élites del gobierno".
El investigador -quien estudia el fenómeno de la maquila en México desde 1980- convocó a las autoridades gubernamentales a superar esta alternativa de trabajo para los mexicanos y en, más bien, a partir de la experiencia que han dejado estas industrias, fortalecer a la iniciativa privada nacional.
"Los encargados de la política empresarial en el país deben fomentar la organización de los empresarios, quizá tomando de modelo el éxito de firmas como Cemex y Bimbo. Esto debe aplicarse a productos agropecuarios, de la confección, automotriz, de electrodomésticos", comentó.
Y es que, dejó en claro, a México "ya no le conviene exportar naranja por kilo, sino exportar, jugo de naranja o concentrado. Este es el principio capitalista básico que sí beneficia al hombre: crear un empresariado fuerte capaz de transformar la materia prima para obtener más ganancias".
Tras su exposición, el catedrático precisó que si bien es importante consolidar a los hombres de negocios nacionales, "tampoco podemos decir que por los efectos del PPP vamos a echar del territorio a las maquiladoras, sin antes aprender cómo ganar y a la vez beneficiar a los empleados".
Aunque sugirió acelerar este proceso de renovación pues en la actualidad, lamentó, México se dedica a exportar fuerza de trabajo que vive en los Estados Unidos de forma clandestina, a la sombra de la maquila, y con el PPP -subrayó- esta situación prevalecerá.

El poder de la atracción
Para el académico José Alonso Herrero, uno de los principales motivos por los que la industria maquiladora estadounidense ha decidido instalarse en naciones como México -y recientemente en Centroamérica y el Caribe- radica en la "despreocupación" de los sindicatos por proteger a quienes trabajan en este sector.
"Si en los Estados Unidos ya no crean nuevas plantas para maquilar se debe a la estrecha vigilancia del gobierno para apoyar a los trabajadores, hecho que no sucede en este país", puntualizó.
Por otra parte, dijo que el gobierno mexicano "se va con la finta" por la creación de fuentes de trabajo y como consecuencia abre sus puertas a cualquier inversionista y a cualquier tipo de industria sin antes averiguar si ofrecerá condiciones laborales dignas a los connacionales: "Siempre gana estar agobiado por el desempleo y el subempleo".
Lejos de pensar en emprender reformas legales para vigilar las actividades de los maquiladores internacionales, las autoridades y los sindicatos mexicanos deberían preocuparse "por cumplir y hacer cumplir los lineamientos de la Ley Federal del Trabajo y de la Constitución".

En caída libre
En el último año, la industria maquiladora ha reportado cifras negativas en México. De acuerdo con el INEGI, en 2001 se perdió 226 mil 456 plazas, hecho que no ocurría desde 1982 cuando el personal ocupado en estas empresas disminuyó en 7 mil 609.
Así, aunado al cierre de 253 compañías dedicadas a esta actividad económica, el número de empleados en el rubro fue de un millón 81 mil, contra un millón 307 mil 982 del año 2000.