Descarta el presidente venezolano nueva intentona en su contra
Culpa Chávez a golpistas de muertes durante manifestación del 11 de abril
DPA, AFP Y REUTERS
Caracas, 1Ɔ de junio. El presidente venezolano, Hugo Chávez, acusó ante una comisión parlamentaria a los golpistas de ser los responsables de las muertes ocurridas durante una marcha opositora el 11 de abril, y aseguró que Venezuela no está en riesgo de una nueva intentona y que "nunca más" vivirá bajo una dictadura.
Pero el alcalde opositor, Alfredo Peña, declaró a la prensa chilena que Chávez podría enfrentar un nuevo movimiento de insurrección si no busca consensos, ya que está obligado a gobernar como "un demócrata", pues esa "es la única garantía que tiene para permanecer en el poder", porque ahora "gobierna solo".
Peña, señalado como uno de los que apoyaron el golpe del 12 de abril, sostuvo que existe la posibilidad de que el mandatario recurra a la fuerza y "se monte sobre la bayoneta". Pero, comentó, su salida anticipada del poder podría darse por renuncia voluntaria, como aspira la oposición, una enmienda constitucional para acortar su periodo de seis a cuatro años o una consulta popular.
Por su parte, el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, advirtió que el derecho de asilo podría "pervertirse" si más golpistas de su país deciden solicitarlo en misiones diplomáticas en Caracas, como lo hizo y logró el empresario Pedro Carmona, eludiendo así a la justicia y refugiándose en Colombia, además de la solicitud ante El Salvador que hizo el oficial Carlos Molina Tamayo.
Recordó que el asilo es para dar protección ante persecuciones de dictaduras y Venezuela no es el caso, porque no hay un gobierno de facto, sino en plena libertad, pues además existen todas las garantías judiciales y constitucionales.
En lo que fue la culminación de las investigaciones sobre la asonada, llevadas a cabo por una comisión parlamentaria, el presidente Chávez fue el último interrogado en el palacio de Miraflores, donde aseveró que el reclamo de la marcha opositora -en la que se exigía su renuncia- formaba parte de un movimiento insurrecional "violento". Los muertos durante ésta, dijo, formaron parte de ese plan para justificarlo.
Aseveró que por su parte jamás hubo ninguna orden de asesinar a nadie, y presentó pruebas documentales sobre el plan desestabilizador de los medios de información que se sumaron a los golpistas. Por lo demás, reafirmó que hubo una orden de los golpistas para matarlo, pero sus compañeros de armas lo protegieron.