MELON
Luis Angel Silva
Jueves de sabor
DICE ELIADES OCHOA que posee un baúl con
canciones olvidadas, pero carentes de polvo. A fe mía es verdad,
porque al interpretarlas da la impresión de que las está
estrenando. Dueño de un estilo muy propio tanto al cantar como al
interpretar en su guitarra, no sólo el acompañamiento, también
sus peculiares solos envueltos en saoco con reminiscencias de la
Enramada, la Trocha y el Tivolí (sic), el Cuarteto Patria -que ya
es quinteto- le brindó a Eliades el apoyo de mil quilates que todo
sonero quisiera tener. Así el Teatro de la Ciudad fue testigo fiel
del sonido de un son genuino, tradicional y, por supuesto, muy santiaguero.
HE
TENIDO LA oportunidad de escuchar a Eliades en innumerables ocasiones
y siempre la más reciente me parece la mejor. Asimismo, he podido
comprobar que su don de gentes y sinceridad son naturales. Desde la conferencia
de prensa tuvo palabras de elogio para el quinteto Hecho en México,
pero el jueves fue más allá de las palabras al presentar
a Jaime Reyes, pianista del quinteto, no en un palomazo, sino en
lo que éste, su enkobio, llamaría una actuación
especial.
CABE AQUI DECIR que este joven está para
grandes cosas. Lo demostró en el escenario del coliseo que antaño
llevó el nombre de Esperanza Iris, comprobando que es en la tarima
donde se debe hablar. Ojalá que a este orizabeño no le pase
lo que a tantos soneros a los que los elogios los apartaron del buen camino.
Espero que mantenga los pies en el suelo, ya que su futuro luce halagüeño
porque, repito, en mi muy modesta opinión está para grandes
cosas.
LE DESEO DE todo corazón suerte a granel
y reciba el reconocimiento de sus compatriotas como lo ha recibido de Eliades.
Así como en compañía de Hecho en México causara
sensación en la tierra del trompo, cuna del son, también
sean valorados como lo merecen aquí en su patria.
VOLVIENDO A ELIADES, los que no estuvieron en el
bello Teatro de la Ciudad se perdieron de algo sensacional, ya que presentó
el material de su nuevo disco llamado Estoy como nunca, título
veraz en toda la extensión de la palabra porque está por
la maceta y con todos los hierros.
TAMBIÉN SE DIO tiempo para complacer peticiones.
En Píntate los labios María hace mención de
Roberto Faz, el tremendo sonero de Regla que dejó páginas
inolvidables con el Conjunto Casino y después con su propio grupo
que, desgraciadamente, ya es parte de la guerrilla celestial.
AL PATRIA, NO cabe duda, se le cuece aparte. Cada
uno de sus integrantes es un portento de talento, dueños de un profesionalismo
notable, como debe ser, dejando ver que gozan con lo que hacen, sin escatimar
esfuerzo, brindándose en serio.
FUERON MAS DE dos horas, pero con base en la calidad
de estos santiagueros, parecieron dos minutos. El público respetuosamente
escuchó lo que nos ofrecieron Eliades y su grupo, y no faltaron
los que no saben pedir más que Son de la loma, a los cuales
les doy un consejo: compren el disco, escúchenlo en su casa hasta
que se rompa, pero dejen a los demás gozar con cosas tan llenas
de saoco como Llora mi nena. En fin, todo lo que interpretaron
en esa noche, que me dejó gratos recuerdos por todo lo que pasó.
SIGUIENDO EL EJEMPLO de Eliades, le platicaré,
monina, de algunos soneros del "patio". La semana pasada
el contador Murillo y su jefe Chucho Campos me llevaron de gira. Así
pude escuchar un grupo que está en La Junta, donde los Machangá,
Sergio y Fernando, suenan los cueros; hay una nueva voz con un registro
admirable -por desgracia, no sé su nombre-, y Tony Jiménez,
sonero de antier, demuestra que lo que bien se aprende no se olvida. Está
cantando mejor que en sus tiempos del Anacaona.
CONTINUAMOS AL PAUL'S, feudo del Batachá,
donde Pepe Bustos abrió el pomo de las esencias y nos brindó
guajeos y solos de mucha calidad para que mi memoria me llevara a la época
del Sensación Combo, grupo con el que compartimos esfuerzos durante
una larga temporada. El sabor de Pepe no se compra en ninguna casa
de música, mucho menos en la botica. ¡Espero nos dure por
lo menos otro siglo!