Impecable cidí
A diferencia del libro al que acompaña, y que se puede adquirir por separado, el disco Corridos y narcocorridos es un trabajo impecable. Como a cualquier antología, le faltan temas e intérpretes, pero todos los que están son muy representativos de lo que ha sido el corrido contemporáneo en el país.
Basta saltar la advertencia de la portada que reza, sin más, "parental advisory, explicit content" (orientación paterna, contenido explícito para entrar en materia. La clásica Contrabando y traición despierta de inmediato el apetito; se agradece la limpieza del corte a cargo de Los Tigres del Norte, en la grabación original. A ella le sigue Luis Aguirre, cantado en esas magníficas voces siempre en primera velocidad del dueto neoleonés Luis y Julián; La banda del carro rojo, el clásico de Paulino Vargas interpretado por Los Tigres del Norte; Las monjitas, de Francisco Quintero, en una lectura rocanroleada del fiestero Grupo Exterminador; La mafia muere, del compositor y cantante Pepe Cabrera; La chacalosa, en una solvente y grupera interpretación de Jenny Rivera, la hermana del afamado Lupillo e hija del productor don Pedro Rivera; La tumba del mojado de nuevo reúne a Paulino Vargas con Los Tigres; De cerro en cerro, en la fusión de El Canelo de Sinaloa y Los Dos del Sitio; Los dos plebes, indispensable en cualquier recopilación; El crimen de Culiacán, con el siemprevivo Chalino Sánchez; La jaula de oro, que Enrique Franco compone para Los Tigres; Violencia en Los Angeles, de don Pedro Rivera; El circo, que lanzó a la fama a Jesse Armenta por medio de Los Tigres; El rey de tierra caliente, a través de la cual tienen presencia los michoacanos Hermanos Jiménez; Pacas de a kilo, indispensable como su creador Teodoro Bello y en voz de Los Tigres, y Masacre en el charco, con Los Pajaritos, dueto guerrerense de enorme consideración.
Faltan muchos nombres en la lista, es verdad, pero estas 16 piezas garantizan refrescantes tardes al lado de una Pacífico o sin ella.
CESAR GÜEMES