Sergio Pitol imparte en Madrid un taller para potenciales escritores

Grandes editoriales fomentan fenómenos temporales

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 21 de mayo. El escritor mexicano Sergio Pitol aseguró hoy que ''los grandes monopolios de la edición" en España, Alemania, Francia y otros países convierten al libro en un ''producto o en una marca", al fomentar obras de ''fenómenos temporales" que luego no trascienden por su trabajo, porque ''no es literatura". El narador y ensayista veracruzano imparte un taller de escritura en la Casa de América de Madrid, en el que participan 24 potenciales escritores y a quienes el autor de El arte de la fuga los invitará a romper moldes, escribir con libertad y ser heterodoxos.

Pitol (Jalapa, 1933) consideró durante una charla con medios de comunicación que los elementos para identificar una obra literaria que trascienda y se convierta en un clásico son ''a veces secretos o invisibles", pero que su distingo radica en el lenguaje o ''mejor dicho en las diversas capas que permite el lenguaje.

"El universo editorial está compuesto de varios estamentos, tanto en el mundo de habla española, como en Alemania, Francia y otros países, donde hay grandes monopolios de la edición que convierten al libro en un producto o en una marca; contratan a escritores de mucho prestigio, entre ellos los premios Nobel para tener también una especie de sombrilla y comprar prestigio, pero lo que exigen de un escritor joven es que haya un producto que le aporte mucho dinero a la editorial y tambien al propio escritor, pero a la editorial primero", dijo Pitol, y lamentó la ausencia de autocrítica de esos escritores ''mediocres" que llegan a creer que están a la altura ''de Kakfa o Faulker".

El taller que imparte Pitol se titula Narrar: imaginar la realidad, y es una abierta declaración de intención en la que, además, subraya que pretende que los escritores ''desde el principio se aparten de cualquier normativismo absoluto; pretendo enseñarles que la intuición y el instinto son decisivos para triunfar en la escritura; que cada escritor, como lo muestran sus biografías, tienen perspectivas propias: lo que para uno podría ser el camino adecuado a otros los llevaría al desastre. También insistiré en que sin forma no hay literatura, sino caos, disparate, estupidez. Que existen reglas, y que esas reglas se pueden (y a veces se deben) violar, pero sólo a cambio de ser sustituidas por otras reglas, aunque sean tácitas, invisibles, ya que de eso depende el movimiento de la literatura".

El peligro de las recetas

Sergio Pitol considera que ''crear un gran cuento es como crear un gran poema". Abundó en que el éxito de un taller o seminario de escritura radica en convencer de que ''no hay normas absolutas", que éstas sólo son producto del tiempo.

''Cuando un escritor piensa que tiene una receta y que todos los asistentes al taller tienen que trabajar con esa receta puede ser peligrosísimo. Puede que ninguno de ellos tenga el temperamento para que esa receta le resuelva los problemas.

''La creación literaria exige una coherencia a la que se llega por la lectura de muchos libros y por distintos creadores. Tiene uno que cargar a los alumnos de cosas prácticas, enseñarles ciertas formas de uso del lenguaje pero no exigirles que sigan un cauce. Ellos tienen que buscarlo y a eso uno sí les puede ayudar."

Los requisitos o recomendaciones de Pitol para acudir a su taller, que terminará el martes 28, son únicamente haber leído los cuentos de Anton Chéjov, La casa con desván y El estudiante, y El Aleph, de Jorge Luis Borges; las novelas La metamorfosis, de Franz Kafka; Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Decadencia y caída, de Evelyn Waugh; Un cadáver en la biblióteca, de Agatha Christie, y Donde las mujeres, de Alvaro Pombo.