Es el índice de decesos más alto registrado en la historia, según el informe
En 2001 murieron tres mil 547 personas en 346 atentados terroristas: Departamento de Estado
Preocupación en Washington por la presencia de simpatizantes de Hezbollah en AL
Ratifica a Cuba en la lista de siete Estados acusados de patrocinar el terrorismo
AFP, REUTERS Y DPA
Washington, 21 de mayo. El año 2001 fue el mámortífero de la historia del terrorismo mundial debido a los atentados del 11 de septiembre en Washington y Nueva York, sostuvo el informe anual de Estados Unidos sobre terrorismo, que además manifestó su preocupación por la presencia de "terroristas" extranjeros en América Latina e incluyó nuevamente a Cuba en la lista de los siete Estados a los que acusa de patrocinar esta actividad delictiva, además de reiterar sus acusaciones de que la isla caribeña desarrolla armas biológicas.
La difusión del informe ocurre en momentos en que la Casa Blanca confirmó que el secretario de Justicia, John Ashcroft, así como el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, informaron tardíamente al presidente George W. Bush sobre advertencias de una oficina de la FBI en Arizona acerca de presuntos terroristas que estarían tomando clases de aviación en Estados Unidos. Pero el vocero Ari Fleischer restó importancia al presunto error de juicio, diciendo que "inmediatamente después del 11 de septiembre el centro de investigación se ubicó en las escuelas de vuelo".
En el prólogo del informe anual sobre terrorismo, el primero luego de los atentados del 11 de septiembre, el secretario de Estado, Colin Powell, sostiene que "la amenaza terrorista es de amplitud mundial, tiene múltiples facetas y es firme".
Por ello, "la respuesta mundial debe también ser global, diversificada, decidida. Ningún país puede permanecer al margen de la campaña contra el terrorismo", agrega el jefe de la diplomacia estadunidense.
Powell sostiene además que "los terroristas intentan por todas las vías posibles acceder a armas de destrucción masiva, tanto radiológicas como químicas, biológicas y nucleares".
En este sentido, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, fue más lejos al declarar este martes ante el Senado que será "inevitable" que los terroristas accedan a este tipo de armamento, y que "no vacilarán ni un minuto en hacer uso de ellas".
De acuerdo con el informe del Departamento de Estado, 3 mil 547 personas murieron en 346 atentados terroristas en 2001; de ellas, 3 mil 62 en los ataques en Estados Unidos, frente a 426 muertos del año anterior en 409 atentados, lo que hace que 2001 tenga el "índice de muertos más elevado jamás registrado".
La amenaza terrorista proviene, según Estados Unidos, tanto de la red fundamentalista islámica Al Qaeda, liderada por Osama Bin Laden y a la cual Washington atribuye los atentados del 11 de septiembre, como de otras organizaciones, principalmente de Medio Oriente.
El Departamento de Estado destaca la multiplicación de atentados antisraelíes, pero señala que la Autoridad Nacional Palestina, dirigida por Yasser Arafat, trata de luchar contra ese fenómeno.
Ocho grupos islámicos poco conocidos fueron agregados a la lista de grupos "terroristas", incluyendo uno de Libia que se atribuyó un intento de asesinato en 1996 contra el líder libio Muammar Kadafi, cuyo país está incluido en el informe, al igual que en los años anteriores, como Estado patrocinador del terrorismo. Los siete países de esta lista continúan siendo, además de Libia, Irán, Irak, Siria, Sudán, Cuba y Corea del Norte.
Y como el año pasado, Irán es clasificado a la cabeza de los Estados que apoyan el terrorismo, a causa de sus lazos con movimientos radicales palestinos, y a pesar del esfuerzo del campo reformista para cambiar las cosas.
Por el contrario, Libia y Sudán aparecen como "los que están más cerca de comprender lo que deben hacer para salir" de la lista, y en consecuencia salvarse de las sanciones estadunidenses.
Siria es acusada de practicar un "doble juego", buscando participar en la lucha antiterrorista internacional, y al mismo tiempo apoyar movimientos radicales como el Hezbollah libanés.
Irak, sostiene el documento, es el único país musulmán y árabe del mundo que no condenó oficialmente los atentados del 11 de septiembre.
Washington deplora igualmente las señales que considera contradictorias enviadas por Cuba y Corea del Norte sobre la lucha antiterrorista.
El presidente cubano, Fidel Castro, "continuó viendo al terrorismo como una práctica revolucionaria legítima", a pesar de que Cuba firmó la convención antiterrorista de Naciones Unidas, aseguró el informe.
El Departamento de Estado sostiene que La Habana permite residir en la isla a unos 20 miembros del grupo armado vasco ETA y ofrece "cierto grado de refugio" a las guerrillas colombianas.
Si bien Washington reconoce que La Habana no ha criticado el uso de la base naval de Guantánamo, en territorio cubano, donde están detenidos talibanes y sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, Castro "ha vacilado en la guerra contra el terrorismo", pues en octubre calificó la guerra antiterrorista liderada por Estados Unidos como "militarista y fascista" y afirmó incluso que ese país "tenía como blanco intencional a niños afganos y hospitales de la Cruz Roja".
Al presentar el informe, el coordinador de antiterrorismo del Departamento de Estado, John Taylor, reiteró las acusaciones estadunidenses de que Cuba transfiere tecnología de armas biológicas a otros países, pero esta vez tampoco se presentó prueba alguna de las acusaciones.
Por otro lado, el informe manifestó la preocupación estadunidense por la presencia de miembros o simpatizantes del Hezbollah en América Latina, y por la eventual incursión de otros grupos como ETA o el irlandés ERI en Colombia.
Según el Departamento de Estado, Hezbollah y presuntamente el grupo integrista palestino Hamas estarían presentes en la triple frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, donde "terroristas recaudan millones de dólares cada año por medio de empresas criminales".
Hezbollah, según Washington, incluso tendría presencia en otras áreas, como "en el norte de Chile, especialmente alrededor de Iquique; en Maicao, Colombia, cerca de la frontera con Venezuela; en la venezolana isla Margarita; y en la zona de libre comercio de Colón, en Panamá".
Estados Unidos sostuvo además que existen lazos entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y otras organizaciones terroristas extranjeras, al recordar la captura en agosto pasado de tres supuestos miembros del Ejército Revolucionario Irlandés (ERI) en Colombia, y destacar informaciones de la prensa colombiana sobre un supuesto apoyo de ETA a la misma guerrilla.
El mayor problema de la región latinoamericana sigue siendo el secuestro, concluyó el Departamento de Estado, y sostuvo que Colombia fue otra vez en 2001 el país donde se cometieron más secuestros en el mundo.