Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 19 de mayo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Cultura

Bárbara Jacobs

George Sand a caballo

Me hizo mucha gracia leer el episodio en el que George Sand se describe como alguien "con cabellos, ojos, dientes y sin deformidades", que no fue "ni guapa ni fea", y que consideraba su aspecto una ventaja, pues "la fealdad inspira ciertas aprensiones en un sentido, y la belleza, en otro", ya que ésta crea grandes expectativas, mientras que aquélla, al desagradar, lo que crea es una profunda desconfianza. Cree que, al haber sido hija de padres bellos, ella no debía haber degenerado, ni defraudado la opinión de que lo que prometía era ser una belleza. Sin tomarse deliberadamente por rebelde, desde chica se negó a dejar de usar zapatos cómodos por miedo a que se le deformara el tobillo; así como a "resignarse a una eterna torpeza y a una eterna debilidad" sólo para ir a tono con el género al que pertenecía. Se opuso a pulir sus rasgos físicos; juzgó el uso de los guantes y del sombrero "la tortura" de su niñez, época en la que más bien se entregó a leer y escribir "por intuición", despreocupada de que estas actividades le estropearan la vista, o la marchitaran antes de tiempo. Afirma que le gusta la limpieza; pero los "artificios femeninos" siempre le parecieron inaguantables.

Todo esto me hizo gracia porque lo cuenta a mediados del siglo XIX, cuando ha de haber sido poco gracioso, y hasta escandaloso, si además estas cosas se asociaban a una mujer que se vestía con ropa masculina, fumaba pipa y, no sólo era escritora, sino que firmaba sus novelas con seudónimo de hombre. George Sand abrió el futuro, sin duda; pero leerla contando su vida la hace, más que admirable por osada, graciosa por šfemenina! Esto, por más que justifique su indumentaria porque montaba a caballo; y aun cuando no justifique nada que fumara pipa y que no se peinara "los cabellos".

George Sand es conocida sobre todo porque se vinculó con hombres importantes y famosos de su tiempo. Intelectualmente, con Flaubert, por ejemplo, y con Turgueniev, con quienes mantuvo fuerte correspondencia. Por otra parte, lo fue por el carácter de su vida amorosa. Abandonó a esposo noble y convencional, en su tierra natal, en la provincia de Francia, para irse a París y al mundo, y para tener amantes como Musset y Chopin, entre otros, y serles infiel. Además, no se pueden ignorar sus méritos como novelista. Escribió muchas novelas, todas apasionadas, ya fuera en un sentido amoroso, o de denuncia de la injusticia social o, al final, de orden rústico, según la sucesivas épocas de su vida, casi enteramente combativa y fogosa.

Sin embargo, a mí me parece que su mayor valor está en su autobiografía. Escrita con aparente "desparpajo", o con una facilidad, desenvoltura y hasta desorden y desbarajuste muy graciosos, no sólo va diciendo siempre algo interesante, sino que, la forma en que lo hace, demuestra todo menos ser producto de "la intuición", pues lo es más bien de la práctica y el cuidado. De otro modo, no sé cómo habrían podido sostener con ella conversaciones orales o escritas escritores como los que mencioné.

Su vida, contada por ella misma, me pareció tan valiosa que me contrarió su desenlace. Una mujer como George Sand, cuyo motor fue la pasión, Ƒcómo puede haber terminado dedicada a armar obras de teatro para títeres, y a cuidar a sus nietos? ƑPara eso se atrevió, con tal de amar y escribir con libertad, a ser fea y hasta a parecer hombre? ƑPara acabar siendo considerada "la bonne dame" de su ciudad de provincia? Si es así, y si resulta inhumano, o poco femenino, o nulamente maternal, exclamar, šQué desperdicio! y šQué decepción!, me permitiré paliar mis verdaderas impresiones exclamando, de pedida, šQué desconcierto, mon Dieu!

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año