El asunto se ha convertido en un "desafío"
luego de los atentados terroristas, dicen
Acuerdo migratorio, a largo plazo: legisladores de
EU
El gobierno mexicano debe combatir a bandas de traficantes
de personas, señala Berman
ANDREA BECERRIL Y ROBERTO GARDUÑO ENVIADOS
Guanajuato, Gto., 18 de mayo. En el último
día de trabajos de la 41 Reunión Interparlamentaria México-Estados
Unidos, la delegación mexicana urgió a avanzar hacia la firma
del convenio para la regularización de 3.5 millones de indocumentados,
pero sólo logró la promesa de los congresistas estadunidenses
de seguir analizando ese asunto que, dijeron, "se ha convertido en un desafío"
para su nación a partir de los atentados terroristas del pasado
11 de septiembre.
En
su mayoría, los congresistas estadunidenses coincidieron en que
se trata de un problema "ineludible" que debe resolverse, pero dejaron
claro que la solución no será en el corto plazo. Incluso,
durante la clausura del acto, el jefe de la delegación de Estados
Unidos, Jim Kolbe, precisó que de aquí a noviembre no podrá
concretarse nada respecto a la iniciativa 245-I, la cual propone legalizar
la estancia de migrantes mexicanos con cinco años de residencia
en el vecino país del norte.
No habrá tiempo antes de esa fecha, aclaró
Kolbe, porque estarán inmersos en las elecciones para renovar su
Congreso. Con ello, el representante republicano por Arizona ubicó
a su compañero de partido David Drier, quien durante la ceremonia
de clausura de la reunión había hecho un llamado a que se
concrete ya esa enmienda.
En presencia del diputado Felipe Calderón y de
la senadora Silvia Hernández, quienes encabezaron la representación
del Poder Legislativo mexicano, Kolbe precisó que no podrán
hacer nada hasta después de noviembre, cuando ya hayan salido de
su proceso electoral, pero dijo que de todas formas seguirán trabajando
en el tema migratorio, "junto con el presidente Fox, con el objetivo de
presentar proyectos de resolución que puedan ser aprobados por ambos
congresos".
Los congresistas estadunidenses escucharon las demandas
de los legisladores mexicanos, así como la reivindicación
apasionada que hicieron algunos de ellos sobre las aportaciones de los
indocumentados a la economía de Washington.
Sin embargo, Kolbe, uno de los veteranos de esos encuentros
entre legisladores de ambas naciones -ha asistido a 16 inteparlamentarias-,
calificó de muy exitosa la reunión porque, dijo, hablaron
de manera clara y honesta, y "aunque no tuvimos acuerdos concretos sí
hubo sugerencias, y creo que vamos a tener que hablar más del tema
-migratorio- en grupos de trabajo o de uno en uno, pero debemos reunirnos
de forma más constante".
También durante la clausura otro de los veteranos
de las interparlamentarias, el representante republicano de California,
David Drier, precisó que "después de haber escuchado las
preocupaciones expresadas por los representantes delCongreso de México",
ello hará que duplique sus esfuerzos para tratar de llegar en forma
exitosa a la firma de una ley que regularice la situación de los
millones de trabajadores mexicanos que laboran de forma irregular en Estados
Unidos.
Durante las más de cinco horas de discusión,
la delegación mexicana insistió una y otra vez sobre la necesidad
de resolver el problema, y a excepción del representante republicano
por Colorado, Tom Tancredo, encontró oídos receptivos a sus
planteamientos.
El primero en intervenir fue el senador estadunidense
Christopher Dodd, quien reconoció la contribución "muy significativa"
a la economía estadunidense que han hecho los trabajadores mexicanos;
sin embargo, recalcó que después de los atentados terroristas
del 11 de septiembre el tema migratorio está ligado a la seguridad
nacional.
Vicepresidente del Subcomité para Asuntos Hemisféricos
del Senado de su país, Dodd planteó cuatro acciones fundamentales
para resolver el "problema ineludible" de la migración entre ambas
naciones: legalizar a los trabajadores indocumentados que ya se encuentran
en Estados Unidos; establecer un programa de trabajo temporal; otorgar
derechos y protección a los migrantes, y reforzar sanciones contra
los patrones que abusen de los ilegales.
"Ya no queremos patrones que contraten ilegales porque
así pagan menos y no tienen obligaciones", precisó Dodd.
Después tocó el turno a la diputada mexicana
Irma Piñeiro, del PRI, quien insistió en que la seguridad
fronteriza y la inmigración están íntimamente vinculadas,
porque se ha dado un proceso simbiótico que provocó que los
trabajadores ilegales busquen entrar a territorio estadunidense por regiones
sumamente agrestes.
El diputado panista Ricardo García Cervantes resaltó
el hecho de que el tema migratorio se haya incorporado a la agenda bilateral,
ya que hasta hace un año ni siquiera era tomado en cuenta. Lo que
ahora resta, recalcó, es voluntad para resolver ese asunto "políticamente".
El representante estadunidense Jim Kolbe reiteró
que el tema migratorio ha pasado a un nivel crítico, porque se relaciona
con la seguridad nacional. Aludió luego al programa de trabajadores
temporales, que es "el camino donde se tienen mayores esperanzas de lograr
un consenso para el bien común".
En su intervención, el representante Howard Berman
mencionó algo que era manifiesto: las diferencias entre legisladores
estadunidenses en torno al asunto migratorio, frente a la postura unida
de los mexicanos. "Tanto el partido Republicano como el Demócrata
están divididos al respecto, y por eso será necesario crear
programas de trabajo temporales".
Durante su turno, el diputado perredista Martí
Batres se congratuló por las posturas receptivas de los congresistas
invitados, y comentó también que es positivo que se "lleven
la impresión de que en el Congreso mexicano estamos viendo el problema
de manera integral". Destacó luego que los indocumentados contribuyen
a generar 100 mil millones de dólares a la economía del vecino
país, pero tienen menos libertad, menos derechos humanos y menos
salarios que los estadunidenses.
Batres
habló también de la resolución de la Suprema Corte
de Estados Unidos que desconoce los derechos laborales de los inmigrantes,
y otros mensajes contra los connacionales, como el hecho de que 90 por
ciento de los trabajadores ilegales que son deportados son de origen mexicano.
Además, cada año mueren 400 ciudadanos que tratan de cruzar
la frontera norte.
Berman intervino otra vez para resaltar que el gobierno
mexicano tiene que intervenir para acabar con las bandas que trafican con
personas (polleros), porque eso también es una violación
a los derechos humanos de los migrantes. Hizo notar que Estados Unidos
no puede convertirse en un Estado policial que vigile a quienes tratan
de cruzar hacia su territorio, y resaltó que si el presidente Vicente
Fox no logra establecer las alianzas y hablar con los sectores involucrados,
no tendrá éxito "y puede perder el capital político
que ha ganado" .
El presidente de la delegación mexicana, Felipe
Calderón, recalcó que muchos connacionales quisieran que
no fuera necesaria la migración masiva de trabajadores hacia Estados
Unidos, pero su existencia es un hecho, y por ello el Congreso hará
todo lo posible para lograr que se llegue a un acuerdo con el gobierno
estadunidense. Posturas similares expresaron los diputados Sergio Acosta
y Alejandro García Sainz, del PRD y del PVEM, respectivamente, así
como el senador priísta Oscar Luebbert, quien hizo notar que los
sucesos del 11 de septiembre no deben retrasar la firma de los acuerdos
migratorios.
Sin embargo, el representante Joe Barton señaló
que hay sectores estadunidenses en favor de militarizar la frontera con
México, en aras de mayor seguridad. Pidió luego a los legisladores
mexicanos trabajar conjuntamente en algunos puntos para resolver el problema:
"Ayúdenos a nosotros, para que también podamos ayudarles",
dijo.
La priísta Silvia Hernández le preguntó
a Barton ¿cómo puede contribuir el Poder Legislativo mexicano
a resolver el problema migratorio? El representante tejano respondió:
"Hagan un pronunciamiento en favor de detener el flujo de trabajadores
ilegales a territorio estadunidense".
Al final, Kolbe recalcó que la reunión fue
exitosa, y su compañero Drier fue más allá al asegurar
que es la más exitosa de las 22 reuniones interparlamentarias en
que ha participado: "Hemos tenido una gran representación -15 congresistas-,
lo que demuestra el gran interés hacia México".