Escaso público y poco prendido
marcan la jornada
El ska de Panteón, Maldita y Cadillacs salva
el primer día del Acapulco Fest
MARIANA NORANDI ESPECIAL
Acapulco, 15 de mayo. Este martes se inició
la onceava versión del Acapulco Fest en el turístico puerto
guerrerense. En su primer día, el Acafest 2002 el programa musical
tuvo cartel muy heterogéneo, un público escaso y un ambiente
poco encendido. Este año, a diferencia de otras veces, cuenta únicamente
con dos escenarios en el Centro de Convenciones, prescindiendo, por razones
de seguridad y comodidad, de los conciertos en la playa.
Con
un retraso de 45 minutos, el Acafest se inauguró en el Salón
Teotihuacan con la actuación del cantante de ranchero Pablo Montero.
Este joven intérprete presentó su tercera producción
discográfica titulada Pídemelo todo, en la que estrena
como compositor. Muy en la línea de Alejandro Fernández,
este norteño mezcla la música ranchera con la balada romántica,
creando atmósferas tanto íntimas como festivas. A medida
que fue transcurriendo su actuación, Montero se ganó al público,
especialmente al femenino, al que lanzó sombreros y hasta el moño
de su traje.
El festival estuvo conducido por Jacqueline Bracamontes
y el cantante Bertín Osborne. En su primera jornada, este dueto
desempeñó un papel poco profesional, realizando intervenciones
de muy escasa aportación al desarrollo del espectáculo.
Ex timbiriche apaga el ánimo
Por su parte, Montero se retiró dejando al público
animado, con ganas de bailar y divertirse, pero el ambiente se apagó
con la actuación de Erik Rubín, el ex Timbiriche. Este solista
presentó su más reciente disco titulado Cuadrasónico,
el cual tiene un sonido pop, muy suave y bastante comercial. Erik tuvo
más de media hora para lograr conectar con el público, pero
no sólo no lo consiguió, sino que tampoco hizo demasiado
esfuerzo para lograrlo. Por si no fuera suficiente un ex Timbiriche, el
festival contó con la actuación de otro de ellos, Benny Ibarra,
que acabó de aguar la fiesta, llegando únicamente al gusto
de algunas adolescentes. Benny finalizó su intervención cantando
a dúo con Erik canciones de Timbiriche, demostrando que el pasado
es irrecuperable.
La siguiente actuación fue la de Nicho Hinojosa.
Este cantante cambió el ambiente e introdujo al público en
una onda más bohemia y poética, logrando una gran
aceptación de la audiencia. Pero si hubo un plato fuerte en la inauguración
del Acafest, éste fue el grupo argentino Los Fabulosos Cadillacs.
A diferencia del gran poder de convocatoria que suele tener esta banda,
ahora cantí para un público muy reducido pero, eso sí,
totalmente admirador de su música. A las 11:30 de la noche, los
argentinos salieron al escenario con un Salón Teotihuacan que había
quedado bastante vacío, donde difícilmente se contaban más
de 500 personas. El grupo sonó bien, el público se entregó,
pero el vocalista mostró pereza al cantar y su voz, por momentos,
se opacó.
Si en el Salón Teotihuacan el festival estuvo aguadón,
no fue lo mismo en el Jardín Sur del Centro de convenciones, donde
el ambiente fue mucho más divertido y las bandas que participaron
presentaron propuestas con más aportación musical. En un
escenario al aire libre y con un público más joven y homogéneo,
el jardín contó con las actuaciones de Selena Leo y Six Packs,
Zoé, Moderato, Kinky, Panteón Rococó y La Maldita
Vecindad. En especial estas tres últimas bandas, fueron las protagonistas
de la noche e hicieron bailar slam a la juventud acapulqueña hasta
las dos de la mañana.
Ritmo latino con sonido electrónico
Kinky es un quinteto de Monterrey y, aunque no estaba
entre los más esperados, acabó ganándose a un público
que quedó sorprendido con su calidad y su propuesta creativa. Este
grupo mezcla ritmos latinos con sonidos electrónicos, obteniendo
un resultado muy mestizo y original.
Panteón Rococó presentó su segundo
disco, lanzado al mercado hace apenas un mes y que lleva como título
Compañeros Musicales. En este disco el Panteón afirma
que continúan con su línea rebelde, pero las letras de sus
canciones han evolucionado hacia una temática menos zapatista y
más citadina. Este grupo fue el que más hizo bailar al público
y demostró que es en estos momentos una de las mejores bandas de
rock en México.
La primera jornada del Acafest 2002 finalizó con
la participación de La Maldita Vecindad, que realizó una
intervención muy entregada y divertida. Sax, trompetista y saxofonista
de la banda, acabó tocando entre el público el tema Pachuco,
y tuvo que volver al escenario con la ayuda de miembros de seguridad.
El ambiente macrofestivo se transformó con La Maldita
en una fiesta entre amigos, la cual reunió en el jardín a
un público joven con inquietudes menos comerciales a las que suele
proponer este festival.