Brigada Callejera abrió tienda con preservativos
"para todos los gustos"
Promueve ONG uso del condón entre los jóvenes
Es uno de los sectores con más alto riesgo de
contraer enfermedades de transmisión sexual, dice
ANGELES CRUZ
Condones de sabores, colores, diferentes tamaños
y texturas. Para todos los gustos y ocurrencias sexuales, El encanto del
condón tiene una respuesta, porque "el sida es asunto de todos...
la decisión es tuya", reza uno de los carteles de esta nueva condonería,
proyecto de la agrupación Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer
Elisa Martínez.
Por ser los jóvenes uno de los sectores con más
alto riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, incluido
el VIH/sida, así como de llegar a embarazos no deseados, ellos son
el principal objetivo de la condonería a cargo de Rosa Icela Madrid.
Esa es la razón de que se ubique en una importante zona escolar,
muy cerca del casco de Santo Tomás del Instituto Politécnico
Nacional y de varias primarias y secundarias de la colonia Agricultura.
Desde la entrada, los condones son la principal atracción,
e incluso se ofrecen en forma de separadores. "Estos son para separar las
páginas, pero si quieres separar las piernas, aquí están
los otros". Con esta frase los visitantes ingresan al mundo del sexo seguro
y/o protegido.
A menos de una semana de haber sido inaugurada, El encanto
del condón ya ha llamado la atención de escolares, púberes
y adolescentes, incluso de madres y padres de familia, quienes, "aunque
sea para conocer", entran al establecimiento, relata Madrid. Pero ya dentro,
dice, las personas reciben una plática informativa sobre las diferentes
variedades de preservativo, incluso sobre el condón femenino, que
ahí tiene un costo de 27 pesos, y eso porque la Brigada Callejera
cuenta con el permiso para importarlo y distribuirlo en el país.
La condonería es otro de los eslabones del programa
de mercadeo social de preservativos de esta asociación civil, la
única en su tipo en México, y forma parte del proyecto que
desde 1998 realiza sobre construcción ética de la sexualidad
de las y los jóvenes. El principal objetivo es impulsar a los adolescentes
a que decidan libremente la forma en que se protegerán del sida
y de los embarazos no deseados.
Porque es un hecho que los jóvenes tienen una vida
sexual activa, dice Rosa Icela Madrid, también integrante de la
mesa directiva de Brigada Callejera. Sin embargo, no existe un espacio
formal donde puedan obtener la información y las herramientas para
evitar los riesgos. De ahí que la mayoría de ellos tiene
su primera relación sexual sin protección, según la
información oficial más reciente.
En El encanto del condón el público encontrará
los preservativos de las más diversas carácterísticas
y tamaños, con sabor a plátano, fresa o naranja, de colores,
texturizados, algunos ultrarresistentes. Todo para quienes gustan del sexo
protegido.
Para el sexo seguro (sin penetración) también
existen instrumentos de protección como dedales, guantes, cuadros
de látex para la actividad oral, así como el incienso y las
velas con aroma. Todo con el fin de crear el ambiente erótico propicio
para el juego sexual.
Por tratarse de un espacio educativo, la tienda también
ofrece videos y libros que abordan los temas de drogadicción, las
relaciones en pareja y las enfermedades de transmisión sexual, entre
otros.
El chiste, dice Rosa Icela Madrid, es que los jóvenes
se sientan en confianza, que aprendan y se familiaricen con los preservativos
?hasta ahora la manera más efectiva de prevención?, que los
tomen como parte del juego sexual y de manera natural los sumen a su actividad
consuetudinaria. Para ello, la tienda también tiene disponibles
estuches de las más variadas formas para guardar los condones, como
llaveros, alhajeros y monederos de peluche.
Y los más curiosos obtendrán algunas respuestas,
como el tamaño y el diámetro estándar que puede alcanzar
un pene erecto en comparación con uno flácido, así
como las diferencias de estas medidas entre las distintas razas poblacionales.
El durexcímetro advierte que es sólo para uso educativo,
pero qué importa, algunas vanidades pueden quedar satisfechas.