Su padre, el violador; está preso en Michoacán
Cecilia, una madre de sólo nueve años
La menor y el bebé, albergados
en el DIF; él podría ser adoptado
ANGELES CRUZ Y ERNESTO M. ELORRIAGA REPORTERA Y
CORRESPONSAL
Cecilia tiene nueve años y ya es madre.
Durante los últimos dos, su padre abusó sexualmente de ella.
El ahora está en la cárcel, mientras el pasado 22 de abril
la menor logró sortear todos los peligros de un embarazo a esa edad
y dio a luz a un niño.
La pequeña, afectada sicológica y emocionalmente,
ni siquiera logra asimilar qué le ocurrió. Es una niña,
igual que tantas otras también víctimas de agresiones sexuales,
y para quienes no existe ningún tipo de protección, sobre
todo si los hechos ocurren dentro de la misma familia. En México
la violencia sexual en la infancia es un problema grave del cual no existen
estadísticas confiables, pero tampoco estrategias encaminadas a
prevenirla.
En febrero pasado, Cecilia llegó al Instituto
Nacional de Perinatología (Inper) con un embarazo de seis meses
de gestación, de muy alto riesgo porque su organismo aún
no está preparado para una experiencia de ese tipo.
Roberto Ahued Ahued, director del Inper, afirma que el
embarazo y parto concluyeron con éxito, pero las secuelas sicológicas
para la menor son severas y requieren de una atención especializada
durante largo tiempo.
De hecho, Cecilia, originaria de Michoacán,
se encuentra en un albergue del DIF. Los especialistas determinaron que
no puede regresar al mismo lugar donde fue agredida porque entonces su
recuperación sería imposible.
Este drama destruyó a una familia. El agresor,
Martín Rivera, fue sentenciado a 20 años de prisión.
La madre de Cecilia ?también afectada sicológicamente?
sobrevive con el apoyo del DIF, pero definitivamente se declaró
incompetente emocional y económicamente para cuidar del bebé,
hijo de Cecilia, y ante notario público renunció a
la patria potestad.
El recién nacido -igual que su madre- está
en un albergue del DIF, pero él se encuentra en la lista de los
menores con posibilidades de ser dados en adopción.
La historia prácticamente se mantiene en secreto
para protección de la menor agredida, principalmente. Sin embargo,
en días pasados surgieron algunas versiones que señalaban
una falta de atención por parte del Instituto Nacional de Perinatología.
Al respecto, el director del nosocomio afirma que la menor
recibió la mejor atención médica que esta institución
puede ofrecer en estos casos. La niña, recuerda, llegó acompañada
de su mamá, quien en todo momento estuvo con ella.
Aunque la gestación ya estaba adelantada, una médica
especialista en embarazo adolescente le dio un seguimiento puntual. La
salud e incluso la vida de Cecilia corrían peligro. Desde
una anemia hasta complicaciones como presión arterial alta eran
riesgos latentes, explica Ahued.
Una de las especialidades del Instituto Nacional de Perinatología
es justamente la atención del embarazo adolescente. Cuenta con una
clínica dedicada exclusivamente a esta área. Desde su creación,
en 1999, ha atendido a mil 500 madres menores de 16 años.
De acuerdo con información oficial, en México
se registran cada año alrededor de 400 mil partos de madres adolescentes,
menores de 19 años, que equivalen a 17 por ciento del total de nacimientos.
Los datos de la Secretaría de Salud abundan en que de los embarazos
adolescentes, entre 3 y 4 mil corresponden a niñas de entre nueve
y 15 años.
Con respecto al caso de la menor que llegó con
su madre procedente de Michoacán, Ahued Ahued enfatiza que su obligación
como funcionario público era ofrecer a la niña toda la atención
médica que requería. Y así se hizo. Cecilia ingresó
al hospital el 21 de abril. Un día después fue sometida a
una operación cesárea y permaneció internada los siguientes
ocho días, con el afán de asegurar su recuperación
física y la del bebé.
El recién nacido pesó 2.4 kilogramos, quien
no presentó mayores complicaciones y egresó del hospital
junto con su mamá.
Debido a que la madre de Cecilia fue quien la llevó
al Inper, la institución no tenía más responsabilidad
que atenderla y darla de alta cuando así fuera conveniente. En esos
días, en la oficina de Ahued Ahued fue recibido un oficio de una
autoridad de Michoacán, en el que informaba que enviaría
un transporte para que Cecilia, su mamá y el bebé
regresaran a aquel estado.
El DIF nacional también envió a un especialista
para que platicara con la madre de Cecilia y le ofreció el
apoyo de esa dependencia para lo que deseara hacer. Con el papel de la
autoridad michoacana y la anuencia de la madre de la niña, se llevó
a cabo el traslado el 30 de abril, justamente el Día del Niño.