"No es conveniente" porque carece de "equilibrio social y no ha sido consensuada"
Critican sindicatos universitarios propuesta de la ANUIES para cambiar esquema de jubilaciones
Líderes gremiales proponen trabajo conjunto, porque "no hemos discutido el problema"
El planteamiento de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) sobre pensiones y jubilaciones en las universidades públicas "es frío y sin visión estratégica"; requiere de sensibilidad política y no de "propuestas insensibles", afirman líderes de sindicatos universitarios, que manifiestan su preocupación por la insistencia de los rectores en modificar contratos colectivos de trabajo.
La propuesta de la ANUIES "no es conveniente", coincidieron, porque carece, sobre todo, de "equilibrio social y no ha sido consensuada". Por eso, propusieron encontrar una solución a ese problema que suma más de 150 mil millones de pesos al año, entre gobierno, instituciones y trabajadores. Para los sindicatos, se trata de una prioridad en la agenda de la educación superior pública para este año, vinculada con los problemas de financiamiento de ese nivel educativo.
En abril, durante una reunión de rectores de universidades públicas, la ANUIES presentó un estudio actuarial de las pensiones y jubilaciones de 30 instituciones de educación superior, que en conjunto suman más de 70 mil millones de pesos anuales tan sólo en ese rubro, y propuso establecer una edad homogénea de 60 años, así como modificaciones en los contratos colectivos y en las leyes orgánicas de las universidades.
Además, la ANUIES propuso a los rectores un esquema de financiamiento tripartito de las jubilaciones, con la participación de los gobiernos federal y estatales, las instituciones y los trabajadores, en un esquema similar a las afores, con la finalidad de aliviar la carga financiera de las instituciones.
Hasta ahora, las pensiones y jubilaciones en más de 50 instituciones de educación superior del país alcanzan los 150 mil millones de pesos anuales, debido particularmente a la heterogeneidad de las políticas de cada una de las instituciones
Pero esa propuesta no ha bajado aún a los sindicatos que, sin embargo, han obtenido la información y lamentan, dice Domingo Acuña, secretario general del sindicato de académicos de la Universidad Michoacana, que "la propuesta de la ANUIES suelte la pelotita a los demás para modificar los contratos (colectivos), pero le falta buscar una propuesta con contenido social".
León Gutiérrez Navas, secretario general del sindicato de la Autónoma del estado de México y de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios -una de las tres corrientes, junto con la Censues y la Fensues, del Frente Amplio de Sindicatos Universitarios (FASU)-, revela que no han llegado a los sindicatos las propuestas de la ANUIES, y consideró necesario que en la búsqueda de solución "a esta bomba de tiempo" participe Reyes Tamez Guerra, titular de Educación Pública.
En el caso de El Colegio de México, por ejemplo, hay casi 50 trabajadores -entre ellos maestros tan destacados como los historiadores Móises González Navarro y Josefina Zoraida Vázquez- en situación idónea para proceder con su jubilación completa, es decir, que reúnen los requisitos de edad y de tiempo de trabajo, pero la institución carece de fondos, y muchos maestros no quieren jubilarse, pues serían pensionados con casi 10 mil pesos, cuando algunos ganan hasta 60 mil pesos mensuales.
Para José Ojeda Olguín, líder del sindicato de trabajadores de El Colegio de México, la propuesta de la ANUIES "no es nada conveniente: aumentar la edad de la jubilación y crear esos famosos fideicomisos tripartitos significará tanto para el gobierno como para las instituciones aportar recursos que, seamos francos, no tienen, como ya se ha visto en la repartición de los presupuestos federales para este año fiscal".
Desde el año pasado, los sindicatos han trabajado en una propuesta que caminaría en dos sentidos: primero, para todos los profesores ya contratados en universidades públicas se debe crear un fondo de jubilaciones y pensiones con base en aportaciones federales, estatales y del propio trabajador, con base en el ramo 23, llamado Aportaciones a las Entidades Federativas que aprueba el Congreso de la Unión, y donde se establece el rubro de pensiones y jubilaciones.
En segundo lugar, para quienes no trabajan en universidades, pero que quieren ingresar, se tendría que cambiar el sistema de pensiones y jubilaciones: las nuevas jubilaciones deberán ser por lo menos a los 60 años de edad y 30 de servicio; tendrían que efectuarse con base en la plaza promedio que hayan tenido en su vida activa como docentes.
"Tenemos que acabar con la jubilación activa, esa que permite a un trabajador que se desempeñó, por ejemplo, 25 años en un puesto y poco antes de jubilarse recibe una plaza con mayor salario, y con ese se jubila. Eso está acabando con las finanzas de las instituciones", agrega Domingo Acuña.
Sostiene que la propuesta de la ANUIES "hoy en día es inviable, porque no hay homogeneidad. El problema puede tronar fácilmente, ya que se requiere de un sustento jurídico y actualmente la mayoría de las universidades soportan su esquema de pensiones y jubilaciones en sus leyes orgánicas y en los contratos colectivos de trabajo. Pero modificar las leyes orgánicas significa pasar por los Congresos estatales".
La situación varía radicalmente en cada institución. Por ejemplo, hay sistemas de pensiones y jubilaciones dinámicas en la Universidad de Guadalajara y en la Universidad Michoacana. Hay casos en los que las pensiones y jubilaciones no existen como tales (la Autónoma de Tlaxcala), y en otros casos los trabajadores se jubilan en el sistema estatal de pensiones (Universidad Veracruzana y la Autónoma del estado de México y casi todas las instituciones de educación superior pública del norte del país).
Por ello, coincidieron los líderes sindicales, la propuesta de los trabajadores es trabajar juntos, "porque hasta ahora no nos hemos reunido las partes a discutir el problema".
JOSE GALAN