El déficit de investigadores genera mínimo
impacto en diseño de políticas públicas
Sólo 10% de los científicos mexicanos
se dedica a la investigación en el ramo de la salud: Ssa
El bajo financiamiento persiste como obstáculo
para la generación de conocimiento
La contribución de los estados sigue siendo insuficiente,
asegura en un diagnóstico
ANGELES CRUZ
De los 7 mil 466 investigadores con que cuenta el país,
sólo 10 por ciento se dedica al área de la medicina y ciencias
de la salud, y de éstos, la mayoría está concentrada
en el Distrito Federal y los estados de México y Morelos, de acuerdo
con el diagnóstico del Programa de Acción Investigación
en Salud.
Elaborado por la Secretaría de Salud (Ssa), el
proyecto tiene como objetivos principales revertir el déficit de
científicos que se refleja en el mínimo impacto de los resultados
de investigación en las políticas nacionales de salud.
El documento refiere que uno de los principales obstáculos
que ha enfrentado la investigación y el desarrollo científico
es el económico, así como la falta de una política
de Estado que haga de la ciencia parte de la cultura nacional. Se requiere,
señala, que este rubro se integre en todos los aspectos de la educación,
e incorporarla, estimularla y difundirla por los sectores privado, educativo,
productivo y de servicios.
Contrario a lo que sería lo deseable, el financiamiento
de las actividades científicas en México se caracteriza por
ser impredecible. "Nunca se sabe si llega, cuándo llega o cuánto
llega", asegura. Proviene principalmente de los recursos fiscales y siempre
ha sido muy limitado. Además, los mecanismos para el seguimiento
y evaluación de los resultados, de su calidad, aplicación
y manejo han sido muy limitados.
Lo anterior ocurre a pesar de que se reconoce a escala
internacional que la investigación científica no sólo
genera conocimientos nuevos, sino que facilita la solución de problemas
y favorece el desarrollo tecnológico. En conjunto, puede contribuir
directa o indirectamente a alcanzar una mejor calidad de vida, indica el
texto que fue presentado a la opinión pública en días
pasados.
Al tiempo que reconoce la necesidad de participación
de la iniciativa privada en el desarrollo de proyectos, el programa afirma
que no se puede hacer investigación de excelencia sin recursos económicos.
Cuanto menores sean esos recursos y más difícil sea disponer
de ellos, menor será la posibilidad de obtener resultados de calidad,
independientemente de la pertinencia del tema que se investigue.
Además, destaca la importancia de que el trabajo
científico se caracterice por su excelencia y pertinencia, ambos,
requisitos indispensables para competir en el ámbito mundial.
Falta de coordinación científica
El documento añade que en México ha privado
la falta de coordinación en el trabajo científico que se
lleva a cabo entre los grupos existentes, al igual que entre los "tomadores
de decisiones", de ahí que la investigación se aprecie como
ineficiente, desvinculada de los grandes problemas nacionales de salud
y con resultados que no se toman en cuenta para el diseño de políticas.
El diagnóstico elaborado por la Secretaría
de Salud reitera en varias ocasiones sobre la limitación que representa
la falta de recursos económicos para el desarollo de investigaciones
en la materia. En la década pasada, indica, la inversión
total en ciencia y tecnología fluctuó entre 0.32 y 0.46 por
ciento del PIB.
"Aunque podría percibirse una ligera tendencia
creciente en este rubro, las proporciones son inferiores al mínimo
de 1 por ciento recomendado por organizaciones internacionales y casi 10
veces inferiores a las correspondientes a la inversión que se realiza
en algunos países industrializados", agrega.
Refiere que otro de los obstáculos para el desarrollo
de la investigación es que 80 por ciento de los recursos canalizados
a este rubro son de origen federal, mientras que la contribución
de los gobiernos estatales es mínima y fundamentalmente ejercida
mediante el subsidio a instituciones estatales de educación superior.
Este subsidio es inferior a 10 por ciento de su presupuesto, y la aportación
a los sistemas de investigación regionales menor a 1 por ciento
de la inversión en ciencia.
De 7 mil 466 investigadores registrados en el Sistema
Nacional de Investigadores (SNI), 60 por ciento se concentra en áreas
de físico-matemáticas, biología y química,
y humanidades y ciencias de la conducta, y sólo 765 de ellos en
medicina y ciencias de la salud, de los cuales 65 por ciento desarrolla
sus actividades en el DF y los estados de México y Morelos.
Un estudio reciente, citado en el Programa de Acción
Investigación en Salud, señala que existen en el país
unos 2 mil 220 profesionales que participan en actividades de esta área
de trabajo, aunque no de tiempo completo ni dedicados a la investigación.
Para revertir la situación, el programa plantea
la elaboración del Registro Nacional de Investigadores del ramo,
disponer de un catálogo de investigaciones, analizar los flujos
financieros a esta área, establecer un plan maestro de infraestructura
y equipamiento, y diseñar un programa de vinculación academia-industria.
El objetivo para 2004 será la homologación
de los salarios para investigadores, y mayores prestaciones y estímulos,
mientras que en 2005 se buscaría duplicar la matrícula de
los posgrados en investigación sanitaria, duplicar el número
de investigadores registrados en el SNI y la creación de tres centros
integrados en diferentes estados de la República.