COPAS DEL MUNDO
Chile 1962, torneo que se caracterizó por la rudeza y las pocas anotaciones
Brasil, bicampeón del mundo; 3-1 a Checoslovaquia
Los anfitriones ganaron el tercer puesto Pelé, lesionado, abandonó en el segundo juego
AFP
"Porque nada tenemos, lo haremos todo", ese fue el espíritu con que Chile afrontó el desafío de organizar la séptima edición de la Copa del Mundo. Esa entusiasta frase, manifestada en Lisboa por el dirigente chileno Carlos Dittborn durante el Congreso de la FIFA de 1956, le valió obtener la sede del torneo.
Y es que la nación sudamericana no disponía ni de recursos económicos ni de infraestructuras adecuadas, a lo cual hubo que sumar el devastador terremoto del 21 de mayo de 1960. Sin embargo, lo lograron, acallando las voces de innumerables escépticos.
Hasta hubo récord de inscripciones: 56 países, de los que 16 llegaron a Chile. Este fue el primer torneo, además, en el que se aplicó la regla de la diferencia de goles en caso de empate en los partidos de la primera ronda, lo que se tradujo en defensas cerradas, pocos tantos y muchos, muchos lastimados.
A los cuatro días de haber iniciado el torneo ya sumaban 50 los lesionados, entre ellos Pelé, quien sufrió un desgarre en un músculo de la pierna derecha, en el segundo partido, contra Checoslovaquia, y privó al equipo favorito de su mayor estrella.
Se trató de un Mundial brusco, muy violento. Como ejemplo está el caso del partido Chile-Italia, que los andinos ganaron 2-0 y donde el público estaba encrespado, hubo golpes por doquier, dos italianos fueron expulsados y otro acabó con la nariz rota. Se vio de todo, menos futbol.
Otra vez los brasileños
Otro partido que dio mucho de qué hablar fue el URSS-Colombia. Los sudamericanos, que participaban por primera vez en un Mundial, remontaron un 3-1 para luego empatar 4-4, en parte por los groseros e incomprensibles errores cometidos por Lev Yachin, considerado el mejor guardameta de todos los tiempos.
Sin embargo, los colombianos no pasaron de la primera ronda -al sucumbir en el siguiente encuentro ante Yugoslavia (5-0)-, lo mismo que Argentina, Uruguay y España, países con una actuación más que mediocre.
Chile, en cambio, sacó el pecho y le encajó dos goles a las URSS en cuartos de final, que lo llevaron, en medio de la algarabía general, a semifinales, donde cayó con honra frente a un todopoderoso Brasil (4-2).
A pesar de todo lograron el tercer puesto contra Yugoslavia, que, para asombro de todos, había sido derrotada por Checoslovaquia, selección que se "coló" en la final gracias a un juego sobrio, pero muy eficaz.
Pero Brasil, como cuatro años antes, venía arrasando gracias a jugadores como Garrincha, gran estrella de este certamen; Amarildo, quien soportó la responsabilidad de sustituir a Pelé; Didí, genial centrocampista, o Vavá, goleador implacable. Aunque comenzaron marcando con gol de Masopust, los checos pronto claudicaron: 3-1.
Brasil, al igual que Uruguay e Italia, era bicampeón del mundo