Todos traemos la camiseta bien puesta y el ánimo en lo alto, afirmó Javier Aguirre

Demanda Fox a los seleccionados entrega, temple y pasión en el Mundial

El abanderado García Aspe prometió a los mexicanos que en la cancha "se romperán el alma"

MARLENE SANTOS A. Y JUAN MANUEL VENEGAS

Entrega, temple y pasión por los colores nacionales demandó el presidente Vicente Fox a los seleccionados mexicanos que representarán al país en el Mundial Corea del Sur-Japón.

El técnico Javier Aguirre dijo en entrevista que eso es precisamente lo que no les faltará a sus jugadores. Y en el mismo tenor, al recibir la bandera, el capitán Alberto García Aspe prometió al pueblo de México que en la cancha "se romperán el alma".

Rostros visiblemente tensos los de la mayoría de los 22 seleccionados que acudieron ayer a Los Pinos; inexpresivos casi todos antes y durante la ceremonia oficial de abanderamiento.

El caso más notorio, el de Cuauhtémoc Blanco, con la mirada perdida en el cielo la mayor parte del tiempo. Sólo reaccionó cuando, ya al final, fue el encargado de entregar al presidente la playera número 12, con su apellido.

Serio el delantero; fue Fox quien rompió con la solemnidad. De buena gana pidió más fotos, a gusto de los gráficos, retuvo al Temo y soltó: "es la playera que representa a todo México, para apoyar a nuestra selección".

Los tricolores llegaron poco antes de las 10 de la mañana a la casa presidencial. Con pocas ganas de platicar con la prensa aceleraron el paso que les marcaban los del Estado Mayor Presidencial al helipuerto, donde se llevaría a cabo el acto.

De traje negro, camisa blanca y corbata color salmón, apenas llegaron al lugar indicado formaron una larga fila. Ensimismados, ni entre ellos hablaban.

Sólo se desmarcaron los cinco de la escolta (García Aspe, Alberto Rodríguez, Borgetti, Oscar Pérez, Johan Rodríguez y Oswaldo Sánchez) y los dos que el Güero Alejandro Burillo escogió para formar una especie de comitiva que esperaría al mandatario: Rafael Márquez y Gerardo Torrado, junto a Aguirre y al presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Alberto de la Torre.

-Te ves tenso, šrelájate! -se le dijo a Aguirre.

-No, hombre, yo estoy a toda madre -reviró.

Cinco minutos después llegó Fox y empezó la ceremonia con el mensaje del capitán García Aspe:

"Venimos a refrendar el compromiso de defender los colores de nuestro uniforme con todas nuestras fuerzas, con todas nuestras capacidades. šVamos a dejar el alma en la cancha!"

Prometió dar "nuestro máximo esfuerzo" desde el primer minuto de competencia y se adelantó a "ofrecer" al Presidente y al pueblo de México "nuestros triunfos".

Según el capitán del Tricolor, todos los que acudirán a la Copa del Mundo "traemos la camiseta bien puesta y el ánimo en lo alto, porque sentimos el apoyo de todos los mexicanos".

Llegó la hora del abanderamiento, la toma de protesta y el Himno Nacional, que cantaron a todo pulmón una docena de niños, hijos de empleados de Los Pinos, llevados con el uniforme del seleccionado.

"Esperamos de ustedes que pongan en cada partido toda su creatividad y energía, su experiencia y concentración, su técnica y disciplina, su sentido de unidad y trabajo", les dijo al final el mandatario.

Les recordó lo importante que es para los mexicanos el balompié y, sobre todo, que este equipo obtenga buenos resultados. "El futbol nos motiva y emociona; tiene un gran valor social, el valor de la integración, la concordia y la convivencia armónica."

Y ahí está, pues, la responsabilidad que llevarán al Mundial, les advirtió.

-Se veían muy tensos, presionados -se le observó a Aguirre.

-Sí, es el entrenamiento, la espera... pero llegaremos bien a la Copa del Mundo.