Lunes en la Ciencia, 6 de mayo de 2002


La sociedad, como un ser humano, requiere sanar sus heridas

ƑCómo manejar los recuerdos traumáticos?

Benjamín Domínguez Trejo y Yolanda Olvera López

dolor1
Desnudo, José Inés Tovilla, siglo IXX
El mayor reto para quienes han sobrevivido a experiencias aterradoras es dominar la tormenta emocional que ocasionan los recuerdos. Para muchas personas el deseado equilibrio emocional puede regresar después de semanas o meses, pero para 25 por ciento de ellos la batalla puede durar años o incluso toda una vida.

La neoyorquina Elizabeth Bakalar y el migrante mexicano Juan Hernández, de Puebla, se aterrorizaron la mañana del 11 de septiembre y huyeron de sus trabajos, ubicados a unas cuadras del World Trade Center.

Ocho semanas después, los recuerdos de la catástrofe que vivieron todavía los invaden. Para Bakalar, de 24 años, las remembranzas regresan diariamente al encontrarse con el olor al salir del metro, con los turistas que fotografían el "ground zero", en la tienda donde acostumbraba tomar su almuerzo.

Los momentos más difíciles para Juan, de 28 años, no son los que pasa en su trabajo sino en un tranquilo parque de Brooklyn, en donde su hija de dos años se divierte con los juegos, mientras los aviones vuelan sobre su cabeza.

"Escucho un avión y pienso en los pasajeros que iban en las naves que se estrellaron", dice Juan. "Mis piernas se vuelven como de gelatina. Es un sentimiento de que la muerte anda cerca".

Para ellos, la tarea de olvidar el ataque puede complicarse más, por las imágenes de uniformes policiacos, olores, sirenas, escenas en televisión, aniversarios, grandes edificios, gritos que escuchan, que al estimular la memoria regresan el tiempo al momento del evento traumático.

En Nueva York, "la gente está viviendo en un mundo de recordatorios". James W. Pennebaker y Matthias Mehl, de la Universidad de Texas, consideran que la guerra de Afganistán, el ántrax y las continuas amenazas de un "supuesto" pero inespecífico ataque terrorista, pueden desafiar el poder de recuperación de los estadunidenses, específicamente quienes fueron afectados directamente por los ataques terroristas o las personas con mayor estrés en sus vidas y aquellos quienes tienen historias de un trauma o enfermedad psiquiátrica. "Las imágenes de los aviones estrellándose contra el WTC también serán recordadas para siempre". En este sentido "los noticieros deben dejar de mostrar las imágenes, porque son demasiado impresionantes".

Los investigadores han encontrado que la repetición constante de imágenes de desastres en televisión puede impedir la recuperación, específicamente en los niños.

En un estudio (Angel, Hjern, 2001) realizado con adolescentes de Bosnia, encontraron que los jóvenes identificaron más de 200 imágenes, sonidos y olores que les recordaban las experiencias traumáticas durante la guerra. De la misma manera, el área del WTC probablemente despierte en muchos estadunidenses esos recuerdos dolorosos durante las próximas décadas. En algunos casos, la gente puede no estar consciente de la relación existente entre una experiencia traumática y la señal que evoca una catarata de recuerdos.

Una adolescente de Bosnia dijo a un consejero que ella siempre se sentía triste en los días lluviosos. Poco después, en una sesión de terapia grupal, la chica se dio cuenta de que ella y su familia habían huido justamente en un día con lluvia.

Los estudios de Harald Traue, de la Universidad de Ulm, Alemania, demostraron que la gente que padece estrés postraumático crónico, manifiesta mayores signos de distrés fisiológico al relatar lo que les ocurrió que quienes no padecen este trastorno.

En sobrevivientes del huracán Paulina (Octubre, 1997) en Acapulco, encontramos alteraciones inmunológicas y emocionales dos años después de ocurrido el evento.

El antídoto natural para la ansiedad ocasionada por los recuerdos traumáticos no es evadir las situaciones que recuerden los eventos, ya que puede agravar los síntomas, sino primero reducir la exposición, cuando esto es posible.

En algún momento, los neoyorquinos tendrán que decidir cómo señalar el lugar, en el cual en una despejada y soleada mañana de septiembre murieron cientos de personas. ƑDeberían construir nuevos rascacielos?, Ƒqué forma deberá tener el monumento?, Ƒde qué manera habrá que reconstruir este suceso para que resulte un recuerdo doloroso pero manejable?

Los mexicanos como comunidad, después de más de 20 años, fuimos enfrentados con dolorosos traumas colectivos por la presentación de un informe especial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en noviembre de 2001 y la aparición de fotos inéditas de los sucesos del movimiento del 68 en varios diarios (febrero de 2002). ƑSe ampliará acaso la estela en la Plaza de Tlatelolco?, Ƒse levantará un monumento en el Campo Militar No. 1?, Ƒotros sitios de tortura se convertirán en museos? Ahora con esta información, Ƒcómo podemos y debemos construir nuestra memoria colectiva?

Los autores son investigadores de la Facultad de Psicología de la UNAM y de la ESIME Culhuacán, del IPN, respectivamente

[email protected]