El ex general boliviano no dio respuestas a las familias de los desaparecidos

Murió Hugo Bánzer, único de los ex dictadores de AL que volvió al poder por vía constitucional

Por ser figura clave de la Operación Cóndor, un juez argentino había pedido su extradición

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 5 de mayo. Su historia estuvo ligada a la tragedia boliviana del siglo XX. El ex general y ex presidente Hugo Bánzer murió este domingo a los 75 años de edad sin dar respuestas a las familias de las víctimas de la dictadura que encabezó, y sin ayudar a cerrar un periodo de sombras y muertes en el Cono Sur.

Presidente de facto entre 1971 y 1978, Bánzer fue el único de los ex dictadores latinoamericanos que volvió al poder por la vía constitucional (1998-2001). Pero su imagen de dictador permaneció. Formado, al igual que otros tantos dictadores de la región, en la estadunidense Escuela de las Américas que funcionó en Panamá y ahora se encuentra en territorio de Estados Unidos, fue una de las figuras claves de la llamada Operación Cóndor, un pacto criminal entre las dictaduras del Cono Sur en los años 70 y 80.

Recientemente el juez argentino Rodolfo Canicoba Corral, que lleva adelante la causa por la que se juzga a los responsables del pacto del terror, había solicitado su detención y extradición por crímenes de lesa humanidad.

Para el paraguayo Martín Almada, quien descubrió en 1992 los llamados Archivos del Horror de la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay (1954-1989), Bánzer es, junto al ex dictador chileno Augusto Pinochet, una figura emblemática del Cóndor.

Aunque Bánzer nunca admitió haber sido un dictador, no sólo colaboró en el Cóndor, sino que también estuvo a cargo de las acciones contra aquellos miembros de la Iglesia católica que habían tomado la llamada "opción por los pobres", y aún se investigan varios asesinatos de religiosos que habrían pasado por "el visto bueno del general".

Lazos con el crimen

En su libro Bolivia, el cuartelazo de los cocadólares, el ya desaparecido escritor y periodista argentino Gregorio Selser reveló las facetas del mundo militar boliviano, y en especial de Bánzer y sus lazos con el crimen y el delito.

Dos años antes de que Pinochet derrocara al gobierno de Salvador Allende en 1973, Bánzer había dado su cruento golpe en Bolivia contra el gobierno del general Juan José Torres, quien fue víctima del Cóndor, al ser secuestrado y asesinado por un comando conjunto argentino-boliviano en Buenos Aires, el 2 de junio de 1976.

Torres era uno de los militares de la región que, al igual que el asesinado general chileno Carlos Prats, "amenazaban" a las dictaduras apoyadas por Washington. Precisamente, hace poco han salido a luz las acciones del ex embajador estadunidense en Bolivia, Ernest Siracusa, así como el involucramiento de la CIA en el golpe contra Torres.

El asesinado dirigente boliviano Marcelo Quiroga Santa Cruz denunció cómo Bánzer había realizado el golpe militar de 1971 apoyado por Argentina, Brasil, y la colonia alemana en Bolivia, entre otros, y lo responsabilizó de la matanza de unos 300 campesinos en Tolata (1974), de haber dispuesto el asesinato de Torres y -por pugnas de poder- los del coronel Andrés Selich (1973) y del general Joaquín Zenteno Anaya (1976), en París.

Selich (uno de los verdugos de Ernesto Che Guevara) había sido enviado por Bánzer como diplomático a Paraguay, desde donde retornó clandestinamente en 1973 y fue apresado y asesinado en torturas en una dependencia oficial del Ministerio del Interior. Bánzer sostuvo que había caído por una escalera y que su muerte fue por el estallamiento del hígado. El crimen de Zenteno Anaya en París fue atribuido a una supuesta organización izquierdista que nunca existió. Eso le sirvió a Bánzer para declarar, junto al ex dictador uruguayo Juan María Bordaberry, "la lucha abierta contra el comunismo".

El ex dictador boliviano se fue además sin haber dado muestras de arrepentimiento ni respuesta por las víctimas de su régimen, que incluyeron cien desaparecidos -40 de ellos en Argentina y otros en Chile en el Cóndor-, así como 429 asesinados en presuntos enfrentamientos y matanzas.

Otras investigaciones de organismos humanitarios demostraron el encarcelamiento de casi 15 mil personas, el exilio político de unos 20 mil opositores, y 780 mil exiliados económicos.

De la participación de Bánzer en Cóndor hay infinidad de rastros hoy verificados en los juzgados del mundo, entre ellos la desaparición de argentinos y de otros disidentes de la región entregados, entre ellos niños.

Mucho de todo esto estuvo en el memorable alegato que realizó el 1Ɔ de octubre de 1982 Quiroga Santa Cruz en el Congreso, donde también culpó a Bánzer de traición a la patria y otros delitos graves como contrabando, lavado de dinero, además de las gravísimas violaciones de los derechos humanos entre 1971 y 1978, exhibiendo más de 287 pruebas documentales. Esto le costó la vida al dirigente. En 1974 el tribunal Bertrand Rusell ya había declarado a la dictadura de Bánzer culpable de graves, repetidas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos, junto a otros países como Brasil, Chile y Uruguay.

Temido por sus pares, considerado un hombre clave para Washington, y gracias a los vaivenes de partidos progresistas, caídos en la redada de los "pragmatismos" neoliberales, como señalan algunos analistas bolivianos, Bánzer logró llegar al gobierno por elección popular en 1998.

Curiosamemnte, contó para esta "conversión democrática" con el apoyo de partidos que se habían considerado de izquierda, entre cuyos dirigentes figuraban algunos de los perseguidos por el ex dictador. ƑCómo sucedió? Fue una pregunta sin respuesta, aunque poco tiempo de que asumiera el descontento popular estaba en todas partes. Bánzer mantenía, sin embargo, un discurso nacionalista que, si bien falso, le sirvió para conseguir sus objetivos. No hubo castigo ni condena para este hombre que nunca vaciló. Por él no doblan las campanas, salvo aquellas de la impunidad por sus actos, en lo cual también Washington tuvo su responsabilidad.