Leonardo García Tsao
Pueblo chico, tedio grande
El repunte del cine mexicano en el reciente par de años
ha motivado un triunfalismo tan prematuro como previsible, según
se puede apreciar en la cobertura de algunos medios -por ejemplo, revistas
por lo general ajenas al cine que anuncian ese supuesto auge en sus portadas
y artículo centrales-, e incluso en algún fenómeno
como un concurso de cortos organizado por algo llamado cuadro.com.
El aumento en producciones no significa mucho si la calidad
promedio sigue siendo deficiente. Según se comprobó con las
recientes postulaciones de la Academia mexicana, la cosecha del año
pasado fue bastante pobre con la excepción de algunos títulos,
como Cuentos de hadas para dormir cocodrilos y De la calle.
En términos económicos, aparte de Y tu mamá también
?no
presentada a la Academia por negativa de los hermanos Cuarón?, no
hubo otro título que se acercara al éxito económico
de Sexo, pudor y lágrimas o Amores perros, cintas
ya fetiches de esa recuperación.
El panorama en lo que va del año no es demasiado
alentador. Ya estamos en el quinto mes y sólo se han estrenado tres
películas. Las dos primeras Vivir mata, de Nicolás
Echevarría, y ¿De qué lado estás?, de
Eva López Sánchez, no cumplieron con las expectativas. La
habitación azul se ha estrenado esta semana bajo el ya habitual
despliegue publicitario masivo, pero al menos está centrado en una
imagen atractiva (una mujer desnuda nunca falla para llamar la atención),
lo cual podría garantizarle una buena respuesta inicial del público.
La opera prima oficial de Walter Doehner -un anterior
largometraje que hizo en 16 mm. nunca salió a la luz pública-
es una adaptación hecha por Vicente Leñero y el propio cineasta
a la novela homónima de Georges Simenon, el prolífico escritor
belga que ha inspirado a realizadores franceses tan diversos como Chabrol,
Leconte y Tavernier. En este caso, la fidelidad al texto de La habitación
azul es el principal problema de la película, por las diferencias
de contexto.
La intriga se sitúa en un pueblo de la provincia
mexicana, donde Antonio (Juan Manuel Bernal) y Andrea (Patricia Llaca)
sostienen un amasiato a espaldas de sus respectivos cónyuges, la
española Ana (Elena Anaya) y el enfermizo Nicolás (Mario
Iván Martínez). Dado que es un pueblo muy pequeño
y los amantes se citan con escasa discreción en lo que parece ser
el único hotel del lugar, su relación pronto se vuelve un
secreto a voces. Quien más resiente el engaño es Dorita (Margarita
Sanz), suegra de Andrea y dueña de la tienda de abarrotes, sobre
todo después de la muerte de Nicolás a causa de un aparente
infarto.
Todo eso se expone a partir del interrogatorio policiaco
de Antonio por parte de un suspicaz comandante (Damián Alcázar),
muy minucioso en sus pesquisas. Y en ese personaje radica una de las razones
centrales de por qué La habitación azul peca de inverosímil.
Lo que es creíble en la provincia francesa no lo es tanto en la
nuestra, por simples convenciones culturales. No obstante la habitual solvencia
con la que lo encarna Alcázar, ¿quién puede creer
en el desempeño de un inspector Maigret en Omitlán de Juárez?
Sabiendo cómo se administra la justicia en México, la idea
de un comandante de pueblo que junta pruebas, interroga con astucia y deduce
culpabilidades, alcanza dimensiones de fantasía dignas de la ciencia
ficción.
La investigación policial no es lo único
difícil de creer. Toda la película da una sensación
de artificio, de que los personajes fueron diseñados para acomodar
la trama y eso los vuelve en extremo esquemáticos. Aunque el relato
se desarrolla a saltos cronológicos que van revelando poco a poco
el dilema del protagonista, no existe tensión dramática porque
la pasión de los amantes no resulta convincente, ni mucho menos
sus consecuencias fatales.
Lástima de esfuerzo, porque La habitación
azul no deja de ser, por lo demás, un producto realizado con
corrección, bien interpretado -hasta Bernal se sobreactúa
menos que de costumbre- y profesional por el lado que se vea. El mayor
misterio es por qué ese profesionalismo se invirtió en un
asunto tan poco interesante.
LA HABITACION AZUL
D: Walter Doehner Pecanins/ G: Vicente Leñero
y Walter Doehner, basado en la novela homónima de Georges Simenon/
F. en C: Serguei Saldívar Tanaka/ M: Ruy García/ I: Juan
Manuel Bernal, Patricia Llaca, Elena Anaya, Mario Iván Martínez,
Margarita Sanz/ P: Argos Producciones, Titán Producciones. México,
2002.