El artista exhibe en el Museo de la Estampa su obra creada en la reciente década
Calcografía y grabado experimentan renovado interés en la actualidad, considera Benedetti
MERRY MAC MASTERS ENVIADA
Tepoztlan, Mor. En un día de calor seco tepoztleco, sin una pizca de brisa, el artista italiano Mario Benedetti (Terni, 1938) encontró la solución a un problema técnico relativo a una escultura en la que utiliza plomo. Relata: ''El otro día, mientras caminaba en Tepoztlán y pensaba en mi trabajo, vi un hombre que hacía algo con papel de china. Al indagar, me contestó: 'hago un globo'. ƑPara qué?, quise saber. Para volar, me explicó. ƑCómo lo va a lograr? Con el fuego, me aseguró. Entonces le comenté que trabajaba con un material sin posibilidades de volar. En ese instante entendí lo que quería hacer con mis obras de plomo: voy a emplear globos de papel y dejarlos volar, mientras mis esculturas permanecen en el piso. De esta manera tendré dos situaciones: una extremadamente pesada y la otra extremadamente ligera".
Benedetti, sin embargo, no se encuentra en Tepoztlán para realizar escultura, sino para impartir un ''laboratorio" de calcografía. El homónimo del escritor uruguayo es de los artistas que seleccionan su medio de acuerdo con lo que desea expresar. El curso, auspiciado por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, al que asisten 28 alumnos, complementa la exposición de trabajos de los recientes diez años, realizados en pequeño y gran formato, y se inauguró el pasado miércoles en el Museo Nacional de la Estampa (avenida Hidalgo 39, Plaza de la Santa Veracruz, Centro Histórico), como parte del 18 Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Técnicas erigidas en alfabeto
Benedetti, sentado en el jardín de la Fundación Wolfgang e Isabel Paalen -donde Enrique Cattaneo dirige su Centro de Producción Gráfica-, es un artista que empezó como pintor figurativo y que también ha incursionado en los medios de reproducción fotográfica con la cinematografía y el tapiz; ahora habla de la calcografía. Por medio de la traducción de su esposa, Zlata Maltaric, explica que en años recientes la calcografía y las técnicas del grabado experimentan renovado interés. Esto no ha sido promovido por el mercado, sino a raíz de que el artista individual advirtió las posibilidades autónomas de expresión.
Para el entrevistado, la calcografía es sólo una técnica, como la fotografía, la pintura, la escultura o la ilustración. Aquí Benedetti reitera un pensamiento suyo: ''Para mí todas esas técnicas son un alfabeto. Si se desconocen sus letras no se podrá escribir nada. Conozco el alfabeto como Shakespeare, pero si no puedo escribir Hamlet no me sirve de nada".
A mediados de la década de los sesenta Benedetti recibió una beca para estudiar en Brasil. En 1981 viajó de nuevo a Sudamérica. Su interés por los países con idiomas de raíz latina no significa que no le importe lo que sucede en otras partes. Por ejemplo, conocer la pintura abstracta del estadunidense Mark Rothko en la Bienal de Venecia de 1964 le causó gran impacto.
Sobre su propia abstracción precisa: ''Mi trabajo no puede considerarse totalmente abstracto. Para mí abstracción es cualquier vínculo con la imagen. Mi labor artística supone una relación con la memoria, con ciertas sensaciones. Es lo que llamo el hilo conductor. Respecto de las obras que expongo, el color parece estar ausente. Lo que busco es que el negro se conciba como la anulación del color".