Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 20 de abril de 2002
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Espectáculos
Leonardo García Tsao

Presos del bostezo

Según suele suceder con el cine hollywoodense de ciertas ambiciones, En defensa del honor, cuarto largometraje de Gregory Hoblit, inicia con una promesa no cumplida de interés dramático. En diciembre de 1944, durante la última ofensiva alemana en las Ardenas, el teniente Thomas Hart (Colin Farrell), hijo de senador que nunca ha estado en el frente, es capturado por el enemigo en una violenta acción. Tras ser interrogado y torturado por un oficial nazi, Hart es transportado en tren a un campo de concentración para prisioneros de guerra; aunque herido y expuesto al frío, el soldado es privilegiado al lado de los pasajeros civiles que llenan otro tren en la misma estación: judíos destinados a un campo de exterminio.

Esa comparación entre grupos étnicos es, en apariencia, el enfoque del drama. Ya en el Stalag VI, el teniente Hart es testigo de cómo el coronel alemán Visser (Marcel Iures) ejecuta a tres presos rusos a quienes llama subhumanos. "Nosotros no hacemos esas distinciones", afirma orgulloso su contraparte, el coronel gringo William McNamara (Bruce Willis, con un peluquín adornado por un extraño flequito). Sin embargo, la realidad lo contradice. A pesar de su rango, el recién llegado es proscrito a la barraca de soldados rasos y suboficiales porque McNamara deduce que ha cedido al interrogatorio nazi. La cosa empeora con el arribo de dos tenientes negros, Archer y Scott, pilotos de combate que han sido derribados y capturados. El coronel tampoco los acepta en la barraca de oficiales y los pone bajo el mando de Hart, incapaz de controlar las muestras de desprecio racista, sobre todo por parte del utilitario sargento Bedford (Cole Hauser).

Uno de los pilotos es incriminado por Bedford y fusilado de manera sumaria por los alemanes. Su compañero Scott (Terrence Dashon Howard) jura vengarse y cuando el sargento aparece asesinado poco después, es acusado de ser el culpable. McNamara encabeza la corte marcial y le asigna a Hart, estudiante de leyes, la función de abogado defensor. Así, En defensa del honor se desvía a otro de tantos dramas jurídicos, con la única distinción de llevarse a cabo en un campo de concentración. Los habituales lugares comunes ?el testigo sorpresa, la revelación de último minuto, el interrogatorio amañado? hacen acto de presencia, sumados a la ya inevitable necesidad de redención por parte del protagonista hollywoodense.

La incisiva cuestión moral sobre si existe racismo común entre nazis y gringos, pronto se escamotea por el trillado tema del honor militar. Para confundir aún más las cosas, resulta que al coronel alemán, nada menos, le interesa un juicio justo para el acusado negro pues estudió en Yale y es aficionado al jazz (al parecer, los rusos no le merecen respeto porque no tocan jazz). Y si algún espectador se pregunta por qué en una película sobre prisioneros de guerra nadie habla de intentos de fuga, la respuesta le llegará en la incongruente acción climática, rematada por una reñida competencia por establecer quién es el personaje más noble. (Hoblit subraya qué tan conmovedores son sus actos mostrando una serie de acercamientos a rostros con los ojos llorosos.)

De nada sirven la acertada recreación de época, la deslavada fotografía de Alar Kivilo y las sobrias actuaciones -Willis prescinde de su sonrisa socarrona y habla en tonos bajos para señalarnos sus intenciones serias. En defensa del honor no puede escapar de la solemne superficialidad que aqueja a la mayoría de las actuales producciones hollywoodenses con pretensiones dramáticas. El espectador interesado haría bien en procurarse una copia de Infierno en la Tierra, (Stalag 17, 1953), para comprobar cómo el recién fallecido Billy Wilder era capaz de examinar cuestiones éticas sobre una divertida base de humor.
 
 

EN DEFENSA DEL HONOR

(Hart's War)

D: Gregory Hoblit/ G: Billy Ray, Terry George, basado en la novela de John Katzenbach/ F: Alar Kivilo/ M: Rachel Portman/ Ed: David Rosenbloom/ I: Colin Farrell, Bruce Willis, Marcel Iures, Terrence Dashon Howard, Cole Hauser/ P: David Ladd Films, David Foster Productions, Cheyenne Enterprises para Metro-Goldwyn-Mayer. EU, 2002.

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