Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 20 de abril de 2002
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Cultura
La actriz alemana habla en exclusiva para los lectores de La Jornada

Schygulla: la humanidad no debe darse el lujo de olvidar el anhelo de una sociedad justa

''En Chiapas se encuentran muchas joyas para una posibilidad de revivificarnos todos''

Se suma a las muestras de solidaridad internacional con el movimiento zapatista

PABLO ESPINOSA

En entrevista con La Jornada, Hanna Schygulla se adhiere a las manifestaciones de solidaridad y apoyo internacional al movimiento indígena de Chiapas que en su momento han hecho patente, en sus respectivas visitas, José Saramago, Susan Sontag, Danielle Mitterrand, Manuel Vázquez Montalbán, entre otros personajes: ''En ese corazón olvidado de la patria se encuentran muchas joyas para la esperanza de un mundo mejor, para una posibilidad de regenerarnos, de refrescarnos, de revivificarnos todos".

La víspera de su presentación en Bellas Artes, la señora Schygulla habló, en exclusiva, para nuestros lectores:

-¿Cómo entabló relación con el idioma español, con la literatura latinoamericana en particular que usted cita de manera constante en sus espectáculos?

-Tiene que ver con los sueños, con mis sueños y los de los otros. Fue un cuento de Borges que se convirtió en algo muy importante para mí. Mi fascinación por Borges tiene también que ver en su concisión, porque no soy de los lectores que gusten de libros largos, aunque he hecho excepciones con El amor en los tiempos del cólera y Cien años de soledad, los clásicos de Gabriel García Márquez. Pero en Borges fue definitivo ese cuento de las ruinas circulares que cité en el primero de mis espectáculos y seguiré citando siempre, porque es algo que me sigue: un hombre que ha soñado que se proponía como trabajo mágico, porque ha agotado todo espacio de su alma, soñar otro hombre y soñó que tenía un corazón que latía y después soñó al hombre entero pero no podía ver ni hablar ni alzarse, pero después ya lo soñó vivo, levantándose y acostumbrándose a la realidad. Me pareció una metáfora muy buena de la creación, de lo que somos capaces de hacer cada uno a su manera, de que también eso significa un trabajo de educación pero no en el sentido de disciplinar sino de sembrar posibilidades para que las cosas tomen caminos que se abren. Y en todo esto está siempre al principio la capacidad de soñar, de imaginar. Ese poder. Al final el cuento es toda una metafísica de ese hombre que soñaba a otro hombre, que se dio cuenta que él también era soñado por otro. ¿Por quién? No lo dice.

Gusto por la vida que se baila

-¿Cuál es la visión de usted, como artista, de la cultura latinoamericana?

-Me gusta que aquí la vida se baila. Hay ese elemento muy pronunciado en la cultura y que se manifiesta en la vida cotidiana, en la calle, en el ritmo vital, en que lo real maravilloso no es ninguna novedad sino una tradición cultural. No sólo la palabra es vital en América Latina, sino que forma parte de la vida misma. La gente canta la poesía en la calle, no hay quien se sepa muchos pedazos de muchas canciones. Es hermoso ver cómo en México y en América Latina la cultura no es algo que se cristalice solamente en un espectáculo, sino que es algo vivo en la gente.

-Sin embargo, la utopía de una sociedad justa aquí suele topar con el servilismo hacia Estados Unidos y se manifiesta inclusive como golpes de Estado, ¿cómo observa usted esta realidad desde una sociedad distinta, desde Europa?

-Es una tragedia humana ver cómo las ideas progresistas, la necesidad de compartir las riquezas de estas tierras terminen en formas fascistas, en la institucionalización de la mentira. La humanidad no se puede dar el lujo de olvidar el impulso de una sociedad justa. La solidaridad humana no es algo solamente lindo, sino necesario. De lo contrario el mundo seguirá caminando hacia su autodestrucción y esto lo vivimos en la política que se ensucia en todos los países con fraudes, mentiras, cinismo. Necesita un día pasar algo, porque de lo contrario el mundo se autodestruirá. Vemos signos de eso: los pobres son más y más mientras que la acumulación de la riqueza en unas cuantas manos es más y más. De eso va a venir una gran explosión, porque la vampirización, la acumulación de la riqueza en unos cuantos es una perversión.

-Además de en la solidaridad, ¿en dónde radica la esperanza?

-En cuanto a México me parece que se quedó en el camino con la marcha zapatista hacia el Zócalo, se quedó pendiente con el corazón profundo, olvidado de México, con el indio que pide su derecho de existir, aunque no ha dado resultados todavía, es ya un gran paso, en esa marcha.

-En su mirada, este tipo de luchas sociales, ¿son pequeñas frente al tamaño de la opresión? ¿Están creciendo?

-Hay tiempos para despertar esas luchas, que suelen dormir un tiempo pero tiene que pasar algo. No sé cuánto tiempo llevará pero el mundo se mueve mucho. La dictadura de los blancos va a desaparecer porque son cada vez menos y porque la mundialización se está aprovechando de manera desvergonzada de los pobres. Es claro que el mundo necesita alternativas.

-El despertar del corazón olvidado de la patria, ¿qué le despierta a usted?

-Solidaridad, simpatía. He estado en Chiapas, y aunque vengo de una parte del mundo que aparentemente está lejos, observé allí que lo que somos no tiene precio y que allí reside la esperanza y la certeza de que a partir de allí vamos a regenerarnos, a refrescarnos, para que todo no sea ya calculado, planificado, ensayado. En ese corazón olvidado residen muchas de estas joyas.

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