Espectacular despliegue de belleza, sincronía,
vestuario y música
Segunda temporada del Ballet Kirov en México
Del 8 al 12 de mayo ofrecerá funciones con más
de 130 bailarines
Interpretarán El lago de los cisnes y
Don Quixote en el Auditorio
ARTURO JIMENEZ
Más de 130 bailarines del Ballet Kirov vendrán
a la ciudad de México para realizar una segunda temporada con la
puesta en esena de la versión completa de El lago de los cisnes
y de Don Quixote. Estas presentaciones de la compañía
rusa podrían realizarse de manera anual, adelantaron los organizadores.
La aristocrática elegancia de esta agrupación
de San Petersburgo, una de las más importantes del mundo, podrá
apreciarse en varias funciones del 8 al 12 de mayo en el escenario del
Auditorio Nacional.
Promovido por Ars Tempo Producciones y la empresa Martell,
el espectacular despliegue de belleza, sincronía, vestuario, escenografía
y música de Chaikovski y de León Minkus se inscribe en un
hasta hace poco impensado fenómeno de asistencia masiva al ballet
en México.
El
año pasado, por ejemplo, fueron más de 45 mil personas a
las siete funciones del Kirov. Un interés que en parte se explica
ante la existencia en el país de por lo menos 460 escuelas de ballet
(150 en el Distrito Federal), cuyos alumnos y maestros contactaron a los
organizadores para poder asistir al Auditorio Nacional mediante descuentos.
''En ninguna disciplina artística se encuentra esa cantidad de escuelas",
expresó Eduardo de León.
El anuncio ayer de la segunda temporada del Kirov estuvo
encabezado por Arcelia de la Peña y Eduardo de León, presidenta
y director de Ars Tempo, respectivamente. Ambos entusiastas promotores
de la danza, De la Peña incluso es docente.
A punto de cumplirse los casi dos meses de travesía
en barco de las varias toneladas de equipo y objetos para la producción
de ambas obras y de la llegada en unos días de las 150 personas
que conforman esta representación del Kirov, todo se encuentra casi
listo y la taquilla ya está abierta.
Canto a la alegría
En un desayuno para anunciar al Kirov en México,
Arcelia de la Peña y Eduardo de León aludieron a los esfuerzos
y los ''verdaderos mecenazgos modernos" para traer al país un espectáculo
de esas dimensiones. De la Peña habló de las obras y dijo
que mientras Don Quixote es ''una fiesta y un canto a la alegría"
que logra mantener al espectador con una sonrisa en la boca, El lago
de los cisnes es, simplemente, la pieza más representada y conocida
de la danza mundial.
Para ubicar al Kirov, De la Peña lo diferenció
del Bolshoi. El primero es de San Petersburgo y el segundo de Moscú.
Uno tiene un carácter ''con sabor a aristocracia zarista" y sus
bailarines reflejan "exquisitez y elegancia". El otro es de carácter
''fuerte y apasionado" y sus bailarines son reconocidos por su virtuosismo.
Mientras en el Kirov, concluyó, destaca la belleza
de las espaldas de las mujeres, ''únicas en el mundo", así
como su manejo de brazos y manos, que en El lago de los cines las
asemejan a esas aves, en el Bolshoi sobresale la fuerza y la maestría
de los hombres.
Pero también evocaron anécdotas como la
del bailarín Eugeni Ivanchenco, quien la temporada pasada, en plena
función de El corsario, sufrió una fractura y la compañía
aceptó que un médico mexicano realizara la cirugía,
la cual resultó exitosa.
O recordaron problemas como el enorme esfuerzo de las
nuevas generaciones en México y el mundo para asumir la disciplina
y los largos plazos del ballet, pues, como dijo De la Peña, ahora
buscan gratificaciones inmediatas, como el Nintendo. Una paradoja ante
el ya mencionado amplio interés actual de ciertos sectores del público
infantil y juvenil por el ballet.