Sin butacas, sin escenario... en el aire
En el nuevo foro de entretenimiento del grupo CIE, la carpa neumática Forma, situada a un lado del Hipódromo de las Américas, se estrena hoy el espectáculo argentino llamado De la Guarda. Esta compañía es la primera vez que visita nuestro país, ya que en 1991, cuando actuó en el Festival Cervantino, había venido como La Organización Negra, agrupación teatral precedente a ésta.
Este espectáculo mezcla distintas disciplinas como canto, danza, música, actuación y artes circenses en un espacio donde no se sabe cuál es el frente o el fondo. No hay butacas, no hay escenario, sólo existe la espera de un espectador que ha aceptado vivir una experiencia diferente, de la cual no sabe nada. La gente se mira entre sí, las luces están bajas, no se permite la entrada de bolsas ni mochilas, todos están a la expectativa.
De repente, en el techo de papel se observan sombras, ruidos de la naturaleza, gotas de lluvia, truenos que anuncian una gran tormenta. Como si se tratara de un planetario, todos miran el techo. La impresión es plácida y contemplativa. Cuando ya se está totalmente sumergido en una sensación etérea, se rompe el "cielo" de papel y los actores comienzan a volar suspendidos del arnés creando maromas aéreas con un gran desarrollo estético. Estalla la tormenta, el ambiente se transforma en una sensación más fuerte. El público disfruta una experiencia distinta, girando constantemente la dirección de la mirada, pues la escena cambia continuamente de lugar sin previo aviso. Hay que buscar el movimiento, descubrir la acción.
Cesa la tormenta. Los relámpagos y los truenos desaparecen. Los actores se entremezclan entre el público, uno de ellos eleva a un espectador a las alturas y lo hace volar. La tormenta es ahora el ritmo de un dance. Hay que liberar el cuerpo, disfrutar la fiesta. Al principio el espectador se siente descolocado, pero los actores consiguen la desinhibición de un público ávido de vivir nuevas experiencias teatrales. Ya no buscan la escena, sino ser parte de ella.
Cuando todo es una gran fiesta, la atmósfera se vuelve a transformar y se centra en el hombre y en la mujer. Escenas sensuales, encuentros aéreos, cuerpos entrelazados en las alturas, que hablan sin palabras. La música te guía, el ambiente te envuelve. El ritual ha comenzado. Ritmos andinos, folclóricos, prehispánicos, crean una atmósfera mística y energética. Hay que dejar hablar al cuerpo y ceder ante las sensaciones de un montaje que logra despertar en el público espacios dormidos.
De la Guarda: Carpa neumática del Hipódromo de las Américas. Miércoles y jueves, 21 horas; viernes y sábado, 20 y 22 horas; domingos, 19 horas. Entrada 350 pesos.
MARIANA NORANDI
