"Es el último pretexto" estadunidense para mantener el bloqueo a la isla, dice
Cuba rechaza cualquier resolución de la ONU, aun sin recibir condena: canciller Pérez Roque
Washington necesita mantener este caso en Ginebra, "como los peces necesitan el agua"
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 16 de abril. Incluso sin recibir una condena expresa, Cuba rechaza cualquier resolución de la Organización de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en la isla, porque la considera "el último pretexto" de Estados Unidos para mantener el bloqueo estadunidense a la isla.
Hablando con periodistas la semana pasada, el canciller cubano Felipe Pérez Roque preguntó por qué era necesaria una resolución de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la ONU sobre su país, si la propuesta presentada por Uruguay no incluye una condena expresa ni muestra preocupación sobre la vigencia de las garantías básicas en la isla.
"Estados Unidos necesita este papel para mantener el bloqueo, porque es el último pretexto con el que se justifica" esa represalia, señaló el ministro de Relaciones Exteriores. "Estados Unidos necesita la condena de Cuba en Ginebra; necesita mantener el caso de Cuba en Ginebra como los peces necesitan el agua".
En alusión a la iniciativa presentada por Uruguay y que debe someterse a votación en la CDH el próximo viernes, Pérez Roque interrogó: "ƑSi esto no condena, si no expresa preocupación, si no hace señalamiento crítico, entonces para qué existe este papel? ƑPor qué no se lleva (un documento) sobre otro país sobre el cual podría decirse más o menos lo (mismo) que sobre Cuba?"
El peso de la guerra fría
Desde la apertura del conflicto bilateral, al triunfo de la revolución de 1959, Estados Unidos ha desgranado explicaciones para justificar la política de cerco económico contra Cuba. Esos argumentos han cambiado en el transcurso del tiempo; algunos quedaron rebasados; otros fueron refutados. Queda vivo el tema de los derechos humanos.
Durante cuatro décadas, Estados Unidos ha explicado sucesivamente el bloqueo contra Cuba por una o varias de estas razones: a) por representar una amenaza a la seguridad nacional estadunidense; b) por ser un satélite de la Unión Soviética; c) por exportar la revolución a América Latina; d) por la incursión militar en Africa; e) por negarse a reformas económicas y a la inversión extranjera, y f) por violar los derechos humanos.
Durante la guerra fría, el foco de interés estadunidense hacia Cuba estaba en el alineamiento de la isla dentro del campo socialista y la política exterior de La Habana, aliada a la de Moscú. Pero la historia, que ahora se conoce por material desclasificado de ambos países, muestra que Estados Unidos escaló las represalias antes de que la revolución cubana se declarara socialista y se uniera a la órbita soviética.
Este martes aquí se recordaba el mismo día de 1961, cuando la revolución cubana fue declarada socialista después de un bombardeo patrocinado por Estados Unidos a La Habana y lugares cercanos, que dejó siete muertos y decenas de heridos. Era el preludio de una invasión de anticastristas cobijada por Washington, que fracasó a los tres días de combate.
Las primeras medidas radicales de la revolución cubana, emprendidas tempranamente en 1959, como la reforma agraria y la nacionalización de industrias y servicios básicos, suscitaron una reacción adversa en Estados Unidos. En mayo de 1960 el presidente Dwigh Eisenhower ya condiciona la asistencia a Cuba a una declaratoria previa de interés nacional; al mes siguiente las petroleras estadunidenses Texaco, Esso y Shell cortan la venta de crudo a la isla y se niegan a procesar combustible comprado a la Unión Soviética. En junio de 1960 una reforma legal autoriza al mandatario a determinar la cuota de azúcar que Estados Unidos compra a Cuba para el resto del año y el primer trimestre de 1961, sobre la base del interés nacional; el resultado es que a la cuota de 3 millones 119 mil 655 toneladas, se le reducen 700 mil.
En septiembre, Estados Unidos elimina las licencias generales para exportaciones de automóviles y partes a Cuba; Washington notifica a La Habana la suspensión de operaciones de la planta niquelífera de Nicaro, en el oriente cubano, propiedad de una compañía estadunidense; el Departamento de Estado recomienda a los ciudadanos estadunidenses abstenerse de viajar a la isla, a excepción de razones "apremiantes".
En noviembre de 1960, el Departamento de Comercio prohíbe las exportaciones a Cuba, excepto para algunos alimentos y medicinas. John F. Kennedy gana las elecciones presidenciales. Al mes siguiente, Eisenhower elimina totalmente la cuota azucarera para el primer trimestre de 1961. El 3 de enero de 1961, dos semanas antes de entregar el cargo, Eisenhower rompe relaciones diplomáticas con Cuba. Se impone a los estadunidenses la prohibición de viajar a la isla sin permiso especial.
Ya en funciones, Kennedy anuncia el 2 de marzo de 1961 que está considerando aplicar a Cuba la Ley de Comercio con el Enemigo. A finales de mes una reforma legal impide comprar azúcar a países con los que no haya relaciones diplomáticas. Kennedy elimina la cuota azucarera de la isla para todo el año. Tras los ataques aéreos, Cuba se declara socialista y derrota a la invasión de Playa Girón o Bahía de Cochinos.
La definición socialista y el posterior alineamiento de Cuba con la URSS sobreviene después de una escalada estadunidense de represalias económicas y enmedio de una invasión armada patrocinada por Washington. En cualquier caso, la Unión Soviética, el campo socialista, el esquema de alianzas del mundo bipolar y los equilibrios de la guerra fría, cayeron hace 10 años.
El año pasado Rusia decidió desmantelar la base de espionaje electrónico de Lourdes, ubicada en una zona rural próxima a La Habana. Así se liquidó la última herencia de aquellos tiempos en Cuba.
La historia de Angola
Uno de los argumentos que Estados Unidos empleó entre finales de los años 70 y principios de los 80 para mantener el cerco económico a Cuba, fue que este país intervino en Angola antes que Sudáfrica. La historia empieza a rescribirse, a partir de un libro que acaba de publicar un investigaor de la Escuela de Estudios Internacionales John Hopkins, que incluye entre sus fuentes una porción recientemente desclasificada de archivos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadunidense.
Piero Gleijeses sostiene en su texto que Estados Unidos y Sudáfrica intervinieron en Angola meses antes de la llegada de los cubanos en 1975. El investigador dice que el gobierno del presidente Gerald Ford mintió acerca de la presencia militar cubana en ese país africano, para justificar acciones encubiertas contra la guerrilla izquierdista que encabezó la guerra de independencia en ese país, el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), de fuertes nexos con La Habana. La independencia de Angola proclamada ese año abrió paso a una cruenta guerra civil cuyo final apenas parece avizorarse en las semanas recientes, es decir, 27 años después.
En declaraciones a la prensa, formuladas en torno a la salida de su libro este mes, Gleijeses ha dicho que el entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, incluso obligó a la CIA a rehacer informes internos para dejar testimonio documental de que las tropas cubanas llegaron antes que las sudafricanas. En Misiones conflictivas: La Habana, Washington, Africa 1959-1976, el historiador dice que la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), el movimiento rival del MPLA, estaba respaldado por Estados Unidos y Sudáfrica pero iba perdiendo la guerra, cuando entraron en escena fuerzas regulares sudafricanas. Cuba despachó tropas como reacción a ese escalamiento, según la investigación.
La versión, que también cita fuentes cubanas y angoleñas, deja en entredicho el argumento estadunidense sobre la hostilidad hacia La Habana. De todas formas, las tropas cubanas salieron de Africa hace dos décadas.
Amenaza, guerrillas, inversiones
El hilo argumental estadunidense hacia Cuba también perdió un fuerte eslabón en marzo de 1998, cuando el Pentágono envió al Congreso estadunidense un informe especial, según el cual Cuba no representaba una amenaza significativa para la seguridad de Estados Unidos.
Esta conclusión fue oficialmente reiterada durante un juicio que terminó el año pasado en Florida con la condena de cinco cubanos hallados culpables de espionaje.
Durante tres décadas Cuba respaldó en diversas formas movimientos guerrilleros latinoamericanos. La última oleada de alzamientos revolucionarios fue la que estremeció a Centroamérica en la década de los 80. Pero La Habana ha restablecido relaciones diplomáticas a distinto nivel con todos los gobiernos de América Latina, excepto con el de El Salvador. Los antiguos líderes insurgentes del istmo ahora son parlamentarios, ministros, encabezan partidos legales o se han fugado a los negocios o la academia.
La demanda estadunidense de apertura al capital extranjero también tiene un fuerte entredicho en la propia política estadunidense. La Ley Helms-Burton, de 1996, es un resumen codificado de la hostilidad económica contra la isla, que incluye represalias contra terceros países que negocien con Cuba.