El entusiasmo compensó carencias de marinos, según reporte

Usó la Armada misil prestado en ejercicio naval internacional

Silencio oficial sobre su participación en la próxima fase

JESUS ARANDA

Gracias a su participación en la Operación Unitas 43 Fase Caribe -del 25 de febrero al 8 de marzo pasado-, la fragata clase Knox Mariano Abasolo de la Armada de México tuvo la oportunidad de utilizar equipos tecnológicos "inaccesibles por su alto costo", como en el "ejercicio de tiro antiaéreo al blanco no tripulado" en el que disparó un misil de prueba BQM-74E que tiene un costo aproximado de cinco millones de dólares.

Así, "el entusiasmo y profesionalismo" que demostraron los marinos mexicanos en los ejercicios navales, "opacó las carencias del buque, al tener equipos inoperativos, necesarios para las diversas maniobras", consigna el balance de las actividades en las que tomaron parte mil 500 marinos de Estados Unidos, Colombia, Venezuela y República Dominicana.

Según el jefe del Comando Naval Sur de Estados Unidos, almirante Kevin Green, los Ejercicios Internacionales de Guerra Antisubmarina (Unitas, por sus siglas en ingles) tienen el propósito de avanzar en el entrenamiento multinacional de buques estadunidenses con las fuerzas armadas de Latinoamérica, para que que se "puedan conducir de una manera efectiva operaciones conjuntas en la región".

El vocero del Comando Sur, teniente Corey Barker, confirmó que en la segunda y tercera fases de Unitas 2002, en junio, se tiene prevista la participación de México, Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Reino Unidos y Estados Unido.

Los marinos mexicanos que por primera vez tomaron parte en ejercicios de este tipo -las operaciones Unitas iniciaron en 1959, a iniciativa de Estados Unidos-, necesitaron de apoyo tecnológico en algunos de los 21 ejercicios con que cumplieron las embarcaciones participantes.

Para ello, la tripulación y los infantes de marina del Abasolo recibieron un entrenamiento intensivo teórico-práctico encaminado "a la aplicación de la doctrina, procedimientos y realización de los ejercicios en los que participaron, desde su salida del puerto de Cartagena, Colombia, hasta su arribo a la base naval estadunidense de Roosevelt Roads, en Puerto Rico.

La primera fase de ejercicios incluyó zarpar con oposición, consistente en la búsqueda, detección y ataque a un submarino hostil.

Interdicción de una embarcación rápida, en la que la tripulación de los buques participantes fue entrenada en el abordaje de buques sospechosos, así como la recopilación de pruebas a utilizar en el proceso judicial correspondiente; ejercicio de interdicción marítima de buques, para el abordaje de buques sospechosos; ejercicio de publicaciones Unitas es decir, que las tripulaciones de todos los buques se familiarizaran con las publicaciones tácticas elaboradas ex profeso para las operaciones de este año.

Cruce de cubiertas por helicópteros, en donde el personal del helicóptero Bolkow que va a bordo de la fragata Abasolo despegó y realizó maniobras en cubiertas de otros buques; ejercicios de instalación de luces de navegación para engañar al enemigo; de operaciones electrónicas; y defensa antiaérea de los buques.

Parte de las diferencias con las armadas de los otros países relucieron cuando se llevaron a cabo los ejercicios de tiro de superficie a blanco fijo, en donde el Grupo de Tarea de la Armada de México participó. Ahí, el personal de la Fuerza de Reacción Anfibia del Golfo tomó parte con su armamento menor, consistente en ametralladoras M-16 calibre 5-56.

Tiro al blanco antiaéreo no tripulado

Los marinos mexicanos estaban familiarizados con los ejercicios previos, sin embargo, al llegar el turno del tiro antiaéreo al blanco no tripulado, los anfitriones -es decir, el Comando Sur de Estados Unidos- facilitaron a la fragata mexicana un misil BQM-74E, que por su alto costo es inalcanzable en las actuales condiciones de la Armada mexicana.

Este misil alcanza una velocidad de .85 Mach, y supera los 40 mil pies de altura, tiene un peso de 454 libras y 13 pies de largo. Su versatilidad permite que sea lanzado desde una embarcación o desde el aire. El costo estimado de este misil de prueba es de cinco millones de dólares.

En otro ejercicio, la fragata Abasolo disparó un torpedo de práctica proporcionado por el buque Yorktown de Estados Unidos.

Las maniobras concluyeron con el llamado "juego de la guerra", que es un ejercicio táctico en computadora en el que se aplican las reglas de enfrentamiento y ejercicio de mando y control.

En conclusión, estos ejercicios Unitas permitieron fortalecer las relaciones entre las Armadas participantes "dando inicio a una nueva era de cooperación, en la colaboración para combatir el narcotráfico y otros ilícitos en aguas internacionales".

La Armada de México estuvo en condiciones de evaluar el grado de adiestramiento de su personal y la capacidad para operar con otras fuerzas; en el caso de la fragata Abasolo, "las fallas en máquinas fueron mínimas y se resolvieron en tiempos reducidos, la navegación en crucero y en maniobras tácticas fue desempeñada con eficiencia; "el entusiasmo" del personal de radioperadores y electrónicos fue esencial para solventar "la carencia y fallas de equipos".

A pesar de sus limitaciones y de que las condiciones de alistamiento de la unidad "no fueron óptimas", la fragata Mariano Abasolo F-212 se hizo merecedora a la Copa del Almirante, cuya inscripción dice: "Unitas 43-02 Fase Caribe. Ganador de la Copa del Almirante por la mejor actuación operacional y entusiasmo operativo".

Hasta el momento, oficialmente la Armada de México mantiene silencio sobre su participación en la segunda fase de Unitas 2002, que se desarrollará en costas chilenas en junio próximo,