Acusan a empresas de cómputo de facilitar la piratería
Intenta Hollywood acabar con la copia ilegal de material fílmico
DPA
Seattle, 12 de abril. La senadora Dianne Feinstein sostiene un DVD en la mano durante su alocución en el Departamento de Justicia estadunidense. Se trata de una copia pirata de la película de dibujos animados Shrek. Y Washington debe hacer algo en contra de esto, reclama.
La disputa en torno a Napster es sólo el comienzo, sostiene Feinstein. Ahora pueden producirse pérdidas millonarias en la industria del cine y la televisión estadunidense, añade la californiana, que está defendiendo los intereses del sector exportador más importante de su estado natal.
Después de los consorcios musicales, también Hollywood quiere crear marcos claros en la lucha contra la copia ilegal de material fílmico.
En la casa de subastas online Ebay aparecen copias de El señor de los anillos: La comunidad del anillo. En la dirección www.movie88.com se encuentran al precio de un dólar por película copias de clásicos como Apocalipsis Now, siempre que el servidor no esté sobrecargado, como suele ocurrir.
Y los usuarios de la grabadora digital de video ReplayTV 4000 intercambian en Internet copias de las más populares series de televisión. Estas condiciones son intolerables, dijo hace poco el jefe del consorcio Disney, Michael Eisner.
Con tecnologías cada vez más nuevas y mejores, los estudios cinematográficos están siendo estafados, denunció Eisner ante la Comisión de Comercio del Senado estadunidense. Su crítica se dirigió sobre todo contra fabricantes de computadoras como Apple o de software como Microsoft.
Sus productos -desde el reproductor móvil de archivos MP3 iPod hasta el programa multimedia Media Player- facilitan el trabajo de los piratas, afirmó.
Marca de agua digital
Para proteger la propia mercancía, la industria del cine y la televisión reclama ahora a Washington una ley que obligue a instalar sistemas que impidan realizar copias ilegales en PC y otros aparatos electrónicos.
Hollywood tiene de su lado en esta lucha a influyentes políticos como Dianne Feinstein y el senador Ernest Hollings, de quien proviene un proyecto de ley llamado Consumer Broadband and Digital Televisión Promotion Act (CBDTPA), con el que se dificultaría considerablemente la posibilidad de copiar.
En el futuro, todos los productos mediáticos, desde películas hasta canciones, contarían con una marca de agua digital. Y sólo se admitirían reproductores que aceptaran la protección de la marca de agua.
Pero no sólo la Electronic Frontier Foundation se pronuncia contra esa ley, porque teme que de esa manera se limite el derecho legal a realizar copias privadas para consumo propio.
También los representantes de la industria electrónica de consumo tienen sus reservas. La nueva base legal no sólo costaría miles de millones. Además, perjudicaría el negocio de los fabricantes, que justamente se están promocionando con la disponibilidad de datos en todas partes y con cualquier aparato.
Según el proyecto de ley, se prohibirían todos los aparatos digitales interactivos que no dispongan de alguna de las tecnologías de seguridad aprobadas. Si esa formulación realmente se convierte en ley, entonces al menos en Estados Unidos no podría venderse ninguno de los actuales "quemadores" de CD que hay en el mercado.