Apremiante, acuerdo que dé certeza jurídica a trabajadores en esa nación, señala
Pide Fox a la CIDH analizar fallo de corte de EU
México ya no se abstendrá de contribuir a la observancia de derechos humanos en otros países
JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO
San Jose, 12 de abril. Ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el presidente Vicente Fox Quesada demandó que la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, que cancela derechos laborales a los trabajadores indocumentados, sea objeto de "un cuidadoso análisis y atención de los órganos dedicados a la promoción de los derechos humanos".
Dijo, incluso, que su gobierno "estudia la posibilidad" de solicitar una "opinión" a la CIDH sobre la situación laboral de los trabajadores migratorios, "a la luz de las disposiciones pertinentes de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y otros tratados aplicables".
Consideró que aquel fallo "hace aún más apremiante establecer un acuerdo que regularice y dé certidumbre jurídica a la situación de millones de trabajadores" en Estados Unidos.
Por otra parte, y en lo que pudiera interpretarse como un adelanto de la posición que adoptará su gobierno ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, el próximo lunes, cuando se vote la situación en Cuba, el presidente Fox sostuvo que si antes México se abstenía de "contribuir a la observancia" de los derechos humanos en otras naciones, era con la intención de desviar la atención a las violaciones que se cometían en nuestro propio territorio. Eso ha terminado, advirtió.
"Todo Estado tiene la responsabilidad de contribuir a su observancia. Se trata de un principio fundamental que precede a la noción de soberanía: la dignidad intrínseca e inviolable de la persona humana. Esta nueva visión del Estado mexicano es una consecuencia lógica del cambio democrático", expresó.
Y puso el tema a debate: "durante décadas la postura de anteriores gobiernos en materia de derechos humanos procuró aislar a nuestro país, invocando una definición equivocada de soberanía, como un muro que obstruía la mirada y la acción de la comunidad internacional en la promoción de los derechos humanos en México, ofreciendo a cambio su silencio en los foros internacionales.
"Estoy convencido de que esa política se basaba en una noción errónea de la soberanía, y que resultaba contraproducente para la defensa de los principios e intereses fundamentales de nuestro país".
En la continuación de su mensaje, al lado del presidente de la CIDH, Antonio Cancado Trindade, el jefe del Ejecutivo federal abundó en sus apreciaciones sobre el nuevo rol de México en la defensa de los derechos humanos, inclusive en otras naciones, lanzando veladas críticas contra las administraciones pasadas.
"Toda nación tiene el derecho y el deber de preservar y fortalecer su soberanía. Esto no significa, sin embargo, que pueda subordinar el sufrimiento real de miles de sus ciudadanos, cuyos derechos fundamentales son violados, a los intereses de grupos gobernantes, presentados como una supuesta defensa de la autoridad y la independencia del Estado. A eso equivalía, en el pasado, la política que toleraba la violación impune de los derechos humanos en México, negando todo recurso o contribución internacional para su defensa".
Su gobierno, añadió, no tiene intenciones de mantener esa línea ni de "someter los intereses de la sociedad mexicana a los intereses de sus gobernantes, pues se basa en principios humanistas, no en dogmas ideológicos. Creo firmemente que la contribución de los mecanismos y las organizaciones internacionales a la vigencia de los derechos humanos en México no vulnera nuestra soberanía... por eso hemos transformado radicalmente la postura tradicional de la nación en materia de derechos humanos".
La visita de Fox a la Corte Interamericana de Derechos Humanos fue una de sus últimas actividades en esta ciudad, a donde viajó para participar en la 16 cumbre del Grupo de Río. Y no dejó de mencionar el caso del asesinato de la defensora de derechos humanos Digna Ochoa, refrendando el compromiso del Estado mexicano de conducir "una investigación transparente y veraz, independientemente de los resultados que arroje".
En tanto, defendió su iniciativa para crear la fiscalía especial que investiga los crímenes que se cometieron en los años de la llamada guerra sucia en nuestro país durante las décadas de los setenta y ochenta.
"Los mexicanos queremos resolver agravios de nuestra historia reciente, y reconciliarnos con el pasado... y por eso vamos a investigar los crímenes que, en nombre del Estado, pudieron haberse cometido en décadas anteriores", apuntó.
Como último acto antes de emprender el vuelo de regreso a la ciudad de México, el mandatario tuvo un encuentro con connacionales residentes aquí.
Les trajo buenas noticias, pues aunque la televisión "llega derechito", no siempre transmite y difunde las cosas buenas que se están haciendo en el país. Y entre esas buenas noticias aseguró que por el tamaño de su economía y volumen comercial, México, los mexicanos "somos importantes, pues estamos ya entre los diez grandes" del mundo.
Muestra de ello, dijo, fue la reciente realización en Monterrey de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, donde quedamos "requetequebien con todos nuestros visitantes".
Relajado, bromeó con el rechazo que el Senado hizo a su pretensión de llevar a cabo una gira por Estados Unidos y Canadá la próxima semana, pues a pesar de esas diferencias "nuestro compromiso sigue siendo trabajar por la unidad y buscar los consensos para un gran proyecto de nación".
Finalmente, subrayó que se está trabajando fuerte contra la delincuencia y la corrupción, para lo cual "estamos limpiando todos los cuerpos policiacos", para deshacerse de "las orejas y los traidores que todo lo dificultan".