Vidas privadas muestra una nueva patología del horror, afirma el músico cineasta

No podía pasar por mi época sin dejar de contar lo que está sucediendo en Argentina, afirma Fito Páez

JORGE CABALLERO

Vidas privadas, primera película dirigida por el músico argentino Fito Páez, inicia este día su corrida comercial después de participar en varios festivales internacionales. Fito dice que hizo la cinta porque "las canciones no me alcanzaban para contar una historia tan complicada; al pensar de qué manera contar eso que me interesaba tanto, el cine fue el lenguaje apropiado, la forma adecuada de decirlo".

Cierra esta idea: "No tengo ninguna pretensión estética con la película; mi idea es decir: acá pasó algo fuerte. Que venga otro y que aporte otro granito más... que se hable en los barrios... que se diga acá se mataron 30 mil personas y hubo una cantidad importante de gente afectada. Comencemos a hablar de esto, muchacho, porque si no seguiremos en retroceso. Es muy raro vivir en un pueblo que no quiere hablar de lo que le pasa".

Vidas privadas aborda el tema del terrorismo de Estado en Argentina; en la cinta uno de los personajes menciona "estamos condenados al pasado". Antes de concluir la pregunta, Fito arrebata la palabra: "Esta historia tiene 24 años, hay algo en ese personaje que no representa a la Argentina; al cine argentino sí, pero no como una condena. Si me preguntás por qué elegí este tema, me da la sensación de estar en un barrio donde hemos generado una nueva patología del horror, ante circunstancias como la de los chicos identificados como hijos de padres asesinados durante la represión; los chicos que fueron robados y secuestrados; no podía pasar por mi tiempo ni mi época sin dejar de contar eso. Es muy complicado no involucrarte en esas cosas que están pasando aquí y ahora que si me dedicara al tema parabólico; es importante que pongas en funcionamiento las cosas que están sucediendo ahora; en la película no hay flash back, entonces la historia es contar lo que está sucediendo hoy".

Una película muy argentina

-Sobre la maravillosa patología/fantasía sexual que desarrolla la protagonista: el orgasmo por medio de la lectura, como que se te olvida al final, Ƒno?

-Está muy cargado de significancia, lo primero que se nos ocurrió es que esta mujer tenía una sexualidad extraña, es gozosa y dolorosa al mismo tiempo; lo que la calienta son las voces porque el único instinto que desarrolla en cautiverio es el oído; entonces era una buena manera de contar el dolor de esta mujer y una excusa para cruzarla con quien se encuentra.

-Ya vi dos veces tu cinta y la vi con argentinos...

-ƑY qué te contaban?

-Coincidieron en que estaba bien.

-De eso se trata.

-Pero es muy local, porque algunos reporteros no la entendieron.

-Creo que sí es una película muy argentina. Sí está atravesada por la historia del Edipo, pero creo que en Argentina toca cuerdas muy graves que están sucediendo a causa de los niños robados en la dictadura. A mí me gusta decir que es una película política y que a la vez mueve otras cuerdas.

"La película trata sobre comenzar a poner en la pantalla esos silencios, esos 'de eso no se habla', esos 'por algo se los han llevado', esas mentiras... yo lo hice de una manera muy subjetiva, no como lo contaban películas tipo Garage Olimpo o La historia oficial."

-ƑCrees que durante la dictadura hubo gente buena?

-Es muy compleja la pregunta, por ende la respuesta va a ser igual. Creo que había de todo, había generales nobles que no participaron en la represión y había mucha gente que aprovechó la situación para cometer atropellos como robar un hijo o quienes lo aceptaron sabiendo que su madre posiblemente sería asesinada. Creo que hubo gente muy siniestra y perversa sola. Pero en el personaje paterno de Vidas privadas, quería mostrar un aspecto noble, no humano, porque siempre se piensa que el humano es bueno cuando no lo creo.

Cecilia y Gael

-ƑCómo te sentiste rodando, dirigiendo a Cecilia Roth, que es tu esposa?

-Dirigir a Cecilia fue un lujo, es una actriz muy precisa, concentrada, delicada... no tiene miedo y se agradece mucho. Fue complejo, porque en un momento no sabía con quién estaba discutiendo, si con la madre de mi hijo, con la actriz, con el personaje o por la pelea que tuvimos hace una semana; todo eso son zonas muy pantanosas y difusas, pero lo que no te mata te engorda... Y nada, me sentí muy bien dirigiendo, aproveché la experiencia de la música en el sentido de que cuando tenés grupos grandes tenés que ser muy organizado y tratar de sonar bien. No, que no suene bien, sino que suene como querés.

-ƑEl tema hace a Vidas privadas?

-Es uno de los temas importantes que circulan por ahí, pero está hecha de un montón de colores. En el guión se buscaron diálogos estilizados, no coloquialismo ni normalidad ni realidad; trabajamos sobre el género del melodrama que tiene una base muy preciosista en los diálogos, sobre todo con algunos de los personajes. Lo mismo con la luz. No fue una cosa arbitraria, fue pensada para trabajar con ocres, pasteles y sobre la luz de Balthus. Lo mismo que el arte.

-ƑFilmar no es una de las excentricidades de Fito Páez?

-No lo vas a oír de mi boca. El tiempo pone todo en su lugar y me he reído de un montón de cosas que han dicho de mí. Lo excéntrico viene de una imagen mediática. Soy muy conservador, fijáte que el tono que elegí para la película es un tono muy sobrio; la manera de filmarla... quería un cine lento... sin estridencia... Excéntricos Dalí o Charly García. ƑExcéntrico?, qué buena terminología: que fue céntrico.

-ƑA Gael García, cómo lo elegiste?

-Estaba haciendo el casting para los pibes en Buenos Aires y me mandan la invitación para la premier de Amores perros. Me impactó muchísimo, sus ojos... su belleza. Sabía que había un tipo detrás que estaba interpretando... me recordó un poco cuando vi a Alain Delon en Rocco y sus hermanos. Qué bien por el pibe Alejandro Gonzáñez Iñárritu que descubrió esa cara... esa mirada. Le hablé por teléfono y al mes y pico ya estaba en Buenos Aires aprendiendo hablar el argentino... Y nada, estuvimos en la filmación, pero muy bien.

Tres bandas sonoras para una cinta

-La música me recordó a Hitchcock.

-Hay momentos que sí. En realidad la había hecho con menos alteraciones. La música fue lo más complejo de toda la película, estaba muy goleado y presionado por llegar a San Sebastián; casi no tuve tiempo de revisarla. Compuse en tres estilos diferentes para cada momento que pensaba que necesitaba música; en realidad compuse tres bandas sonoras diferentes. Cuando la escuchó Gustavo Gandini, uno de los músicos más grandes del mundo y último pianista de Piazzola, me dijo: "Sacar el bajo, la batería, los metales...", y ordenó: "Después vamos a pasar todo a 16 cuerdas, una marimba y un sax alto". Tomé las piezas que me interesaban y él arregló tres piezas extraordinarias: la de la lluvia, la de la escena de amor y la visita del pibe a sus padres; él le dio el orden y tímbricamente el sonido a la película.

-ƑCuál es tu opinión del exilio de músicos argentinos?

-Más que de músicos me preocupa el exilio obligado al cual es sometido un montón de gente. Por otro lado, Argentina está aplastada por nosotros mismos; hemos hecho gala de toda nuestra mezquindad durante muchos años; votando nuevamente por un presidente que aseguraba que el dinero no se iba a mover... votando a un presidente que indulta a los militares... entonces tenemos la culpa de que todo esto se haya desbarrancado poco a poco... nos hemos desmoralizado como nación en el sentido de que no hay valores éticos en nuestra sociedad y no podemos edificar nada.