En 3 comunidades ya se registraron enfrentamientos con piedras, palos y machetes
Entrega selectiva de apoyos económicos en Chiapas genera disputas entre indígenas
ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL
Tuxtla Gutierrez, Chis., 11 de abril. Una docena de familias que habitaban la comunidad Nuevo San Martín, del municipio de Altamirano, desmantelaron sus viviendas y se trasladaron a otra localidad ante el temor de ser expulsadas de forma violenta, presuntamente por zapatistas del municipio autónomo Ernesto Che Guevara.
El conflicto entre ambos bandos supuestamente surgió de las diferencias suscitadas entre simpatizantes del EZLN e indígenas de 12 comunidades que pertenecieron al movimiento insurgente; en tres de ellas se han suscitado enfrentamientos con piedras, palos y machetes.
Según los zapatistas, el origen de las diferencias se deriva de los recursos económicos que de manera selectiva han entregado los gobiernos estatal y federal.
Unas 12 familias de militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quienes dijeron que pertenecieron a las filas del EZLN, abandonaron su poblado el pasado miércoles; antes, desmantelaron sus viviendas construidas con tablones de madera y láminas de zinc.
Según los indígenas tzeltales Miguel Pérez y Domingo López, 12 de las 25 familias de Nuevo San Martín tomaron la determinación de abandonar las tierras a las que llegaron en 1994, cuando los integrantes del EZLN invadieron unas 80 mil hectáreas en los municipios de Altamirano, Las Margaritas y Ocosingo.
Tras renunciar al movimiento armado, Domingo López dijo que recibieron la orden de las autoridades autónomas del municipio zapatista Che Guevara -al que pertenece su poblado- de abandonar las tierras.
Según la versión de los afectados "en otras comunidades (los zapatistas) ya quemaron viviendas, tenemos miedo, mejor dejamos en paz que vengan a vivir ellos".
Cuarenta y dos puntos en los que se disputan tierras
Según el subsecretario de Desarrollo Agrario, Arturo Luna, existen 42 puntos neurálgicos en los que se registra la disputa por la tierra entre zapatistas y miembros de distintas organizaciones sociales, en el municipio de Ocosingo.
Precisó que en los puntos en los que prevalecen los conflictos, el gobierno ha otorgado apoyo para poner en marcha proyectos de desarrollo, mismos que han solicitado organizaciones sociales como Aric, Orcao y CNC.
Al referirse al enfrentamiento que el pasado fin de semana sostuvieron zapatistas y militantes de la Orcao en el poblado Patria Nueva, el gobernador de Chiapas, Pablo Salazar, reconoció que en tres comunidades de Ocosingo -San Salvador, Chamizal y Sibacá- las diferencias entre el grupo rebelde y los militantes de otras organizaciones han derivado en agresiones físicas mutuas.
"Recientemente tuvimos conocimiento de que hay por lo menos ocho grupos de familias más en esa situación. Esas personas habitan en Sacrificio, La Esperanza, Santa Martha, Jerusalén, Patria Nueva, Patwitz y Moisés Gandhi".
El gobernador añadió que ambos grupos -el EZLN y la Orcao- "durante mucho tiempo caminaron juntos, construyeron sus métodos de lucha y ahora por diversas circunstancias, que no tienen que ver con este gobierno, se separaron".
Por su parte, las autoridades autónomas del municipio Primero de Enero acusaron a los gobiernos estatal y federal de provocar las diferencias que ahora sostienen los propios indígenas.
En una carta pública los zapatistas manifiestan su inconformidad por la desigual entrega de apoyos gubernamentales: "busca (el gobierno) problemas y delitos para obligarnos a negociar las tierras porque lo que ellos quieren es volver a la propiedad privada y no a la propiedad comunal, y mucho menos a la propiedad colectiva".
Según los zapatistas, los apoyos económicos y proyectos de desarrollo se entregan a sus opositores, "dividen a las comunidades. No estamos de acuerdo con que nuestra tierra se llene de vacas, de alambre (que sirve para cercar)".
Acusan a quienes se han beneficiado de los recursos gubernamentales de "buscar cualquier cosa para tener más dinero y puestos dentro del gobierno. La lucha por la dignidad indígena ya la olvidaron, ahora se han vuelto gobiernistas, ambiciosos de dinero y de poder".
Los indígenas zapatistas señalan que se mantendrán "en resistencia" y no aceptarán ningún apoyo o relación con las autoridades estatales y federales, en tanto no se cumplan los acuerdos de San Andrés.