En nombre de la Anago, Ricardo Monreal arremete contra la actual política exterior

Calendario de giras presidenciales y comparecencia de Castañeda, anuncia Creel ante gobernadores

Pide abrir el debate para derogar la disposición que obliga al permiso para esos viajes

ALONSO URRUTIA

En un nuevo cambio de discurso sobre la polémica generada en torno a los viajes presidenciales, el secretario de Gobernación, Santiago Creel, anunció ante gobernadores de todos los partidos que se enviará al Senado la información pormenorizada de las giras a realizarse este año. Ofreció que, ahora sí, el canciller Jorge G. Castañeda comparecerá las veces que sea requerido y pidió abrir el debate para derogar la disposición del siglo XIX que obliga al Presidente a pedir permiso cada vez que pretenda salir del país, rubro sobre el cual -dijo- ya existen iniciativas en el Legislativo.

No era el tema. Los gobernadores estaban ahí para firmar un acuerdo de descentralización de la gestión ambiental, pero las formas se rompieron y el ambiente político enrarecido del país se apropió del acto a instancias del mandatario zacatecano, Ricardo Monreal.

Apenas unas palabras sobre la ecología para cumplir el protocolo y de inmediato Monreal Avila -a nombre de la Asociación Nacional de Gobernadores- soltó la andanada contra la política exterior y el escándalo injustificable por el ejercicio del Senado de una atribución constitucional: ''Es parte de un sistema de pesos y contrapesos, es la independencia del Congreso por la que tanto pugnó este país''.

Con rostro adusto, ante el inesperado discurso sobre la confrontación de poderes en un encuentro diseñado para concretar la descentralización de la gestión ambiental, Creel deslizó unas líneas en una tarjeta, cuando Monreal enfatizó en las maniobras en el extranjero de buques de la Armada de México.

El secretario contuvo la irritación y su respuesta derivó en un nuevo cambio del discurso gubernamental: el ofrecimiento de retomar los cauces de diálogo y la petición de abrir el debate sobre los permisos al Presidente, a cambio de ofrecer desde ahora su bitácora anual y enviar al canciller cada que el Senado lo pida con tal de resolver la crisis.

Congregados en el Salón Revolución de la dependencia, 11 gobernadores de las diversas fuerzas políticas atestiguaron el intercambio. Momentos antes de la ceremonia, y a la espera de la llegada de Creel, las opiniones versaban sobre el desencuentro presidencial con el Senado, sobre las razones o sinrazones de cada uno.

El michoacano Lázaro Cárdenas Batel censuró la falta de energía del gobierno federal para defender a los indocumentados, tras el fallo de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos: ''Creo que debe ser (la defensa de sus derechos) la prioridad en la relación bilateral y hasta ahora no sentimos que esa sea la prioridad''. La actuación del Senado es plenamente justificable por la falta de información sobre los viajes presidenciales y el descontento de muchos sectores por el viraje en la política exterior, consideró.

Monreal fustigó -en entrevista previa- al gobierno federal, entre otras razones, por su tibieza ante la decisión de la corte estadunidense. ''Hubiera esperado que México presentara una nota diplomática o hubiera actuado más enérgicamente.''

Las justificaciones también vinieron de los mandatarios del PRI. El veracruzano Miguel Alemán reivindicó las cuatro razones del Senado como válidas, pero ''no es la manera ni fue la forma ni fue el momento''. Y luego sostuvo que la resolución del tribunal estadunidense obligaba a estar más vigilantes.

El tema de la reunión era el medio ambiente, pero Monreal optó por hablar del ambiente político. Formuló algunos parabienes para el secretario del ramo, Víctor Lichtinger, como preámbulo de las motivaciones reales de su discurso: ''La decisión del Senado ha generado un escándalo político que es injustificable. La decisión es el escenario normal en un gobierno con división real de poderes, es el freno del sistema de pesos y contrapesos diseñado por Montesquieu hace dos siglos. Es el esquema de gobierno que la ciudadanía decidió el 2 de julio con su voto dividido en las urnas. Nadie debe llamarse a ofendido o sorprendido''.

Monreal citó las interpretaciones que se han dado de los posibles motivos de la oposición: que si el PRI reaccionó al Pemexgate o que es una venganza perredista por haber perdido ''la liebre que correteó 12 años'' o que la familia González se cobró que no les hayan dado la Semarnat. Todo ello para concluir enunciando los argumentos de la oposición para negar los viajes: la salida intempestiva de Fidel Castro de la cumbre de Monterrey; el envío de buques de la Armada de México a prácticas de guerra; la firma de un acuerdo con Estados Unidos sobre fronteras inteligentes, y el silencio oficial sobre el fallo de la Suprema Corte estadunidense, además de la negativa del canciller a comparecer.

Monreal concluyó con un llamado -en nombre de la Anago- a la prudencia y serenidad de los actores para dar salida al rencauzamiento institucional entre los poderes y no a su polarización.

Llegó el final del discurso y los aplausos protocolarios de los presentes, con excepción del secretario de Gobernación. Ni una mueca; su rostro, casi petrificado. En su turno, el secretario volvió al medio ambiente, a la ponderación de la importancia de la descentralización de la gestión ambiental, pero era ineludible salir al paso a lo dicho por Monreal.

La divisa del gobierno de Vicente Fox -según dijo- ha sido la disposición al diálogo, la búsqueda de coincidencias sobre las diferencias. Y por ello ''en este diferendo que hemos tenido con el Senado estamos ciertos de que vamos a poder remontarlo buscando puntos en común que estimamos deben ser muchos para buscar formas de entendimiento''.

Vino el anuncio de que se enviaría al Senado ''un planteamiento integral y completo sobre los viajes del Presidente al exterior''. Se presentará calendario de todos los viajes de este año con la información anticipada para que se conozcan los objetivos y las diversas especificaciones. Sugirió la conveniencia de debatir sobre la pertinencia de la disposición constitucional -que viene de siglos atrás- y sobre la cual existen varias iniciativas. El Ejecutivo hará los planteamientos, pero estará muy atento a lo que el Congreso determine, señaló.

''Por supuesto, anuncio la plena disposición del canciller a comparecer al Senado las veces que sea necesario; las veces que sea demandada su comparecencia ahí estaremos esgrimiendo nuestras razones, arguyendo nuestras ideas con el respeto a las competencias constitucionales.'' Todo ello para concluir que los actores políticos y sociales deben sentarse ya a operar el Acuerdo Político para el Desarrollo Nacional que permita concretar los cambios que requiere el país.

Concluido el intercambio público, no hubo despedida entre Creel y Monreal.