Olvidaron la electricidad
Inútil, el centro de acopio de naranja de la Huasteca
CARLOS CAMACHO CORRESPONSAL
San Felipe Orizatlan, Hgo., 10 de abril. A quienes lo proyectaron se les olvidó la instalación de la energía eléctrica, y la maquinaria, que costó 2 millones 600 mil pesos, está "arrumbada en la bodega". Esta es la historia, a 20 meses de creado, del centro de acopio de naranja de la Huasteca, una obra que permitiría almacenar la producción anual de 150 mil toneladas del producto.
No funciona, pero eso sí, una gigantesca manta colocada en el lugar alude orgullosamente a esa "magna obra" realizada en "Mil días de gobierno".
El centro, "orgullo" de la comunidad de Huitzizilingo, serviría para liberar a 7 mil productores de la zona de los intermediarios, quienes pagan 20 centavos por el kilogramo del cítrico y lo venden hasta a dos pesos.
Las acusaciones de los naranjeros van contra el secretario de Agricultura del gobierno estatal, Gonzalo Rodríguez Anaya, y de Ignacio Ibargüengoitia, quien, según los denunciantes, hizo el negocio de la compra de maquinaria barata y advirtió que la llevaría aunque no estuviera lista la instalación de luz.
De 7 mil productores sólo se afiliaron 257
Cuando llegó la maquinaria, procedente de Coahuila, "ni siquiera había luz y los vendedores se indignaron", acusó Fernando Santos, quien ve en esto un "fondo político": los funcionarios de Agricultura "vinieron a la comunidad y para calmar a esta gente inconforme y ganar votos el nuevo gobierno les prometió construirles un centro de acopio y ahí están los resultados".
Muchos de los 7 mil productores de la región vieron con malos ojos el proyecto y desconfiaron, y al final, de los 7 mil, sólo 257 se afiliaron a la Federación de Citricultores de la Región, encabezada por Juan Agustín Felipa, quien dijo que la idea era meterse directamente a la comercialización de su producto y no seguir en manos de los "coyotes".
Muchos consideran como un primer error decidir que la planta fuera manejada como cooperativa, pues sólo incluyó a cinco asociaciones, que aglutinan a los 257 socios; el resto ahora padece lo mismo, pues en el centro de acopio les reciben su naranja a 20 centavos por kilogramo, lo que en suma les deja "ganancias" por cien pesos.
Así ocurre a Gumersindo San Juan, quien por años se ha dedicado a la cosecha de naranja, mucha de la cual se le pudre en los campos, pues prefiere eso que el mal pago.
Critican que desde la elaboración de los planos hubo errores y para colmo no hay permiso de la Comisión Federal de Electricidad para tener la red eléctrica adecuada, por lo que no se puede operar la planta, situación que consideran "una burla del gobierno".
Incluso, acusan a las autoridades de Agricultura que presionaron a los productores y les retiraron sus cheques de Procampo cuando dos veces se opusieron a que el gobernador viniera a inaugurar la planta. Al final el ejecutivo estatal acudió y "echó" a andar el centro de acopio, que dos años después está convertido en un "elefante blanco".