MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
El Senado dijo no y el presidente Fox -šcon lo que le gusta agarrar el avión!- tendrá que quedarse en casa, por esta ocasión. Ni modo: el Ejecutivo propone y el Legislativo dispone, de acuerdo con la machaco-na frase del inquilino de Los Pinos, con la diferencia de que ahora sí se le cumplió.
CON LA DECISION de los chiquillos de Xicoténcatl, de acuerdo con la versión -en cadena nacional- del presidente Fox, se menoscaba la promoción de los intereses nacionales y de los mexicanos que residen en Estados Unidos y Canadá, porque -entre otros objetivos- la gira de trabajo pretendía -así fuera de manera tardía- "fortalecer los esquemas de protección de nuestros connacionales en el extranjero, indistintamente de su situación migratoria" y "establecer, de manera inequívoca, la posición y la preocupación de México con respecto al fallo de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos en perjuicio del mexicano José Castro y, potencialmente, de muchos otros" paisanos que buscan la vida por aquellos territorios.
EN ESTE SENTIDO, una de las intenciones presidenciales era la de ampliar el Programa de Trabajadores (Agrícolas Mexicanos) Temporales (o de Temporada, como lo cita la contraparte) firmado por los gobiernos mexicano y canadiense, "que ha beneficiado a miles de mexicanas y mexicanos desde 1974... De haber concretado este acuerdo, habríamos sumado miles de trabajadores temporales más por año", dijo el presidente Fox.
NO SE SABE cuántos miles de empleos adicionales se habrían concretado por medio del referido programa, de haberse concretado la gira de trabajo -como él la llama- del presidente Fox. Sin embargo, el gobierno canadiense, por medio de su embajada en México, reveló que en 2001 alrededor de 9 mil personas viajaron a ese país en el marco del Programa de Trabajadores Agrícolas Mexicanos de Temporada, poco conocido por los millones de connacionales que terca y permanentemente rechazan las inagotables oportunidades que su país de origen les ofrece y optan por migrar.
DE ACUERDO CON información oficial, como resultado de la firma de un memorándum de entendimiento entre los gobiernos de México y Canadá, en 1974 se inició el Programa de Trabajadores Agrícolas Mexicanos de Temporada. Ni la embajada de Canadá en México ni los consulados canadienses localizados en varias ciudades de la República participan en la selección de trabajadores para este programa. Tampoco lo hacen otras organizaciones locales. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social es la única autoridad responsable de la selección conforme a los requerimientos específicos de los granjeros canadienses.
EN ESTE REDUCIDO programa, creado para satisfacer necesidades de granjeros y trabajadores, los gobiernos de México y Canadá han mantenido una participación continua a fin de asegurarse de que las leyes migratorias de ambos países se cumplan, que se seleccione al personal competente y se protejan los derechos de los trabajadores. Este programa bilateral no tiene ninguna relación `con el Tratado de Libre Comercio de Norte América y ha estado vigente por 28 años, sostiene la representación diplomática.
CERCA DE 200 trabajadores mexicanos y un número reducido de granjeros canadienses iniciaron un camino de esfuerzos que ha continuado y crecido a través de los años, para abarcar las provincias de Ontario, Quebec, Manitoba y Alberta. Los participantes firman un contrato para laborar con un patrón determinado por un mínimo de seis semanas y un máximo de diez meses. Realizan tareas en diferentes cultivos, invernaderos y empacadoras. Si el empleador está satisfecho con su desempeño, los vuelve a nominar para la siguiente temporada; actualmente más de 70 por ciento de los participantes en este esquema entran en esa dinámica, de tal suerte que la incorporación de nuevos elementos es limitada. "Es una labor muy ardua que los trabajadores realizan de manera voluntaria y bajo su propia responsabilidad", establece el gobierno de Canadá.
NUEVE MIL, pues, es el número que proporciona oficialmente el tercer socio de México en el Tratado de Libre Comercio. Sin embargo, la Secretaría del Trabajo aporta una cifra ligeramente mayor: 10 mil 529 trabajadores "enviados" a Canadá entre enero y septiembre de 2001, más otros 2 mil que fueron "atendidos" entre octubre y diciembre de ese mismo año que podrían ser aceptados dentro del Programa de Trabajadores Agrícolas Mexicanos Temporales, o de Temporada.
La descrita es la situación imperante en el referido programa, destacando el hecho que el propio gobierno canadiense reconoce que la posibilidad de incorporar más trabajadores mexicanos a ese esquema laboral -negociado entre ambas autoridades- es limitada, de tal suerte que las palabras del presidente Fox referentes a la ampliación de este acuerdo ("de haberse concretado... habríamos sumado miles de trabajadores temporales más por año...") parecen formar parte de la retórica de las buenas intenciones, que no siempre conllevan buenos resultados.
Pero como siempre hay un roto para un descosido, qué mejor que las buenas intenciones -o pretextos- del secretario del Trabajo, monseñor Carlos Abascal, para quien la decisión senatorial de frustrar el viaje presidencial retrasará la firma del acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos. El problema no es si a Vicente Fox no se le autorizó a viajar a esas naciones, sino que "hay miles de trabajadores indocumentados desprotegidos a los cuales el gobierno mexicano quiere ayudar... Nuestro temor, particularmente en el caso de Estados Unidos, gira alrededor de las 250 mil o 300 mil personas que están encontrando empleo temporal allá y quisiéramos construir los mecanismos que den cauce legal y ordenado a esta necesidad... Uno de los principales objetivos era reunirse con legisladores estadunidenses para avanzar en el tema, pero ahora, con la negación del permiso, este asunto se retrasará." Así es: Han sido los legisladores de oposición y no el gobierno amigou del vecino del norte los causantes de que los migrantes mexicanos sean tratados como trabajadores de tercera y que sistemáticamente sean violados sus derechos humanos, sin que el gobierno mexicano actúe en consecuencia.
Las rebanadas del pastel:
DINAMICO Y VELOZ, como siempre, el presidente Fox tenía programado asistir a 30 actos oficiales durante las poco más de 48 horas que duraría su desautorizada gira de trabajo por Canadá (Vancouver y Calgary) y Estados Unidos (Seattle y San Francisco). Sin duda una veloz proeza -de hecho un récord mundial-, toda vez que habría utilizado una hora y 36 minutos para atender cada uno de los eventos agendados, dejando a un lado el lapso que el inquilino de Los Pinos obligadamente consumiría en cubrir el trayecto entre la ciudad de México y las ciudades referidas, así como el destinado a la alimentación, las declaraciones a la prensa y a uno que otro sueñito entre una y otra actividad.
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