Manifestaciones en Caracas y otras ciudades venezolanas para apoyar la huelga petrolera

Violentas protestas en el segundo día del paro contra Hugo Chávez

El gobierno minimiza las dimensiones de los disturbios y los atribuye a "una conspiración"

REUTERS Y AFP

Caracas, 10 de abril. Múltiples protestas, algunas violentas, se registraban este miércoles en Caracas y en ciudades del interior de Venezuela, en apoyo a los gerentes que mantienen una huelga en la petrolera estatal PDVSA, en el segundo día de paro convocado por sindicalistas y empresarios.

Las manifestaciones con violencia se daban en dos zonas de Caracas: en Petare, zona populosa del extremo este capitalino, donde manifestantes se enfrentaban a pedradas con estudiantes, y en la carretera Panamericana, puerta de salida de la ciudad hacia la población de los Teques.

Los líderes de la huelga convocaron el miércoles, al iniciarse el segundo día de paro, a una manifestación contra el gobierno del presidente Hugo Chávez y amenazaron con extender la medida de fuerza por tiempo indefinido, en tanto el gobierno ha minimizado el alcance del paro, que atribuyó a una "conspiración".

El representante de la empresarial Fedecámaras afirmó que el diálogo está suspendido. La mayoría de los comercios, supermercados y centros comerciales permanecieron cerrados el miércoles, a pesar de que el movimiento de personas y el tránsito eran mayores que el martes. Las unidades de transporte público y el tren subterráneo de Caracas funcionaban con normalidad.

Reportes radiales daban cuenta de diversas manifestaciones frente a instalaciones petroleras en el estado occidental de Zulia, en el suroccidental Barinas, y en los orientales Monagas y Anzoategui.

El atraso en la salida de cargueros, especialmente en el complejo de Paraguana, el mayor del mundo, que incluye las refinerías Amuay y Cardón, y en la planta El Palito, amenaza el suministro interno y externo de productos petroleros, al cumplirse el séptimo día de la huelga de gerentes de la estatal PDVSA.

La situación en PDVSA, una de las diez más grandes empresas del mundo y la mayor petrolera de América Latina que figura entre los cuatro principales suministradores de crudo a Estados Unidos, incrementa los vaivenes del mercado petrolero internacional, conmocionado ya por el embargo petrolero decretado por Irak para protestar por la ofensiva israelí en los territorios palestinos.

Una alta fuente de PDVSA y dirigentes sindicales de la zona corroboraron a AFP el retraso en la salida de los buques, que no reciben a tiempo las órdenes de embarque provenientes de las oficinas administrativas de Caracas, paralizadas por la huelga gerencial contra la nueva directiva designada por el presidente Hugo Chávez.

Rafel Ruiz, secretario de Reclamo y Trabajo del Sindicato de Trabajadores Petroquímicos y Similares de Cardón (STPP), aseguró que en el complejo de Paraguana, el mayor del mundo (955 mil barriles diarios), se encontraba virtualmente paralizado desde el martes. La refinería Cardón trabaja a 30 o 40 por ciento de su capacidad, mientras la de Amuay lo hace en 50 por ciento.

En Washington, el secretario de Energía estadunidense, Spencer Abraham, dijo que funcionarios de la administración de George W. Bush mantienen conversaciones con el gobierno venezolano a raíz de la huelga que ha paralizado a la industria petrolera del país andino, tercer proveedor de crudo a Estados Unidos.

Dos refinerías de petróleo de Venezuela han suspendido el suministro por la huelga y los funcionarios estadunidenses temen que si ésta se extiende -lo que se suma a la decisión e Irak de interrumpir su suministro de petróleo- provoque un alza de los precios de la gasolina en Estados Unidos al comienzo del verano, cuando se inicia la temporada vacacional.

En Caracas, el ministro del Interior, Ramón Rodríguez, afirmó que en Venezuela no está planteado decretar un estado de excepción, a propósito del paro nacional opositor de 48 horas, que arrancó el martes.

Tras afirmar que el país se encuentra en "absoluta normalidad", el ministro acusó a los convocantes de la huelga de pertenecer a grupos "fascistas" y de adelantar un plan "conspirativo" contra el gobierno del presidente Hugo Chávez, el cual ya fue "develado y controlado".