Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 11 de abril de 2002
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Política
El tema, ajeno al celibato, aclara Martín Rábago

CEM: hay curas pederastas en México, no somos ángeles

"Aunque hombres de Dios, somos muy hombres": Macías

JOSE ANTONIO ROMAN

En un hecho inusitado, la jerarquía católica reconoció la existencia de casos de sacerdotes y religiosos mexicanos pederastas. "No somos ángeles, estamos metidos en el ambiente de un mundo donde efectivamente se da este problema", señaló el vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), José Guadalupe Martín Rábago, quien dijo que esta situación de ninguna manera obliga a la Iglesia católica a replantear el tema del celibato.

"No tienen ninguna conexión", aseguró.
Sin embargo, el prelado, quien primero dijo que nadie puede dar cifras veraces de cuántos casos de abuso sexual contra menores se registran anualmente, al insistirle sobre el número de denuncias que ha debido atender en sus más de 10 años de obispo respondió que éste es "absolutamente reservado" y de ninguna manera se debe hacer público.

En conferencia de prensa, la segunda de la 73 asamblea episcopal que se desarrolla durante la presente semana, varios obispos accedieron, con algunas reservas, a abordar la situación en la Iglesia mexicana, luego de que en los últimos meses estos hechos han provocado una serie de escándalos en Estados Unidos y Europa.
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El también obispo de la diócesis de León señaló que el Vaticano incluso ha "endurecido" las penas para aquellos clérigos que han cometido ese tipo de "faltas". Así, con las nuevas disposiciones de la Pontificia Congregación para el Clero, del 30 de abril de 2001, la curia romana establece como "pena máxima", en caso de comprobarse las denuncias con todas las agravantes, que el clérigo sea reducido al estado laical. Esta es la "pena máxima".

Dijo que en este "endurecimiento" en las disposiciones legales de la Iglesia, que tienen la finalidad de impedir que se sigan cometiendo ese tipo de "faltas", el Vaticano ha ampliado el tiempo en que prescriben las denuncias presentadas contra los clérigos, al pasar de cinco a 10 años, y en algunos casos a un periodo mayor.

No obstante, reconoció que las puras leyes no serán suficientes para erradicar esa clase de problemas; también es necesario trabajar en una formación integral y permanente de los seminaristas, sacerdotes y religiosos, que abarque todas las dimensiones de la persona. Sobre este punto, el presidente de la Comisión del Clero del Episcopado, José Ulises Macías Salcedo, dijo que la Iglesia católica pone especial atención en la selección de los candidatos al sacerdocio, pero también hay equivocaciones.

La frágil condición humana

"Puede ser que los muchachos tengan vocación y deseen guardar el celibato, pero la condición humana es frágil. El sacerdote es humano y es tomado de entre los hombres. Nos interesa mucho la formación integral, en primer lugar porque somos hombres y, aunque hombres de Dios, somos muy hombres", respondió el arzobispo de Hermosillo, José Ulises Macías Salcedo, participante en la conferencia de prensa.

Martín Rábago reconoció que "se trata de un tema ciertamente nada agradable, del cual uno preferiría no tener que tratar, pero también hay que ser valientes y claros para dar una respuesta que pudiera, de alguna manera, satisfacer la pregunta, la curiosidad y a lo mejor también el legítimo derecho de conocer sobre este fenómeno".

Aunque dijo que en México no existen datos estadísticos sobre esta problemática, citó declaraciones recientes del prefecto de la Pontificia Congregación para el Clero, cardenal Darío Castrillón Hoyos, sobre los abusos sexuales a menores en Estados Unidos. Por lo que sabemos, dijo el obispo mexicano citando al cardenal colombiano, con base en un estudio de la Universidad de Pensilvania, alrededor de 3 por ciento del clero de Estados Unidos tendría tendencias al abuso de menores, y 0.3 por ciento de ese mismo clero sería pederasta. Pero para el caso mexicano, agregó, no hay ni siquiera estimaciones.

"No somos ángeles, estamos metidos en el ambiente de un mundo donde efectivamente el problema se da. ¿Con qué incidencia? ¿Con qué periodicidad? Es prácticamente imposible saberlo. No es que no queramos, no tenemos ese tipo de cifras", argumentó.

En todo caso, sostuvo, lo que sí podemos afirmar es lo siguiente: la situación moral de México y Estados Unidos es diferente. La manera en que la familia aquí acompaña el desarrollo de los hijos en todos los campos, inclusive en el sexual, no es igual a la situación de Estados Unidos. La manera liberal de comportarse y el uso de los medios de comunicación son también muy diferentes, y todo tiene una incidencia real en el fenómeno al que se está haciendo referencia.

Martín Rábago señaló que en el caso de la Iglesia católica de México la situación "no tiene el dramatismo y la gravedad" de las que se presentan en Estados Unidos y Europa, y que las cifras del país vecino del norte "ponen con mayor realismo la verdadera dimensión del problema". Pero dijo que seguramente hay un mayor número de sacerdotes que cumplen, hasta con heroísmo, su misión y trabajo pastorales.

Respecto al celibato, Martín Rábago subrayó que este tema "no tiene nada que ver" con el de los abusos sexuales a menores. Dijo que el celibato es una opción en la que se requiere equilibrio y madurez en el campo sexual, pues de lo contrario no se puede ser candidato al sacerdocio.

"No hay ninguna conexión" entre el celibato y los lamentables casos de pederastia, dijo el prelado, quien argumentó que en los casos de abusos sexuales a menores también han estado involucrados pastores protestantes, que de acuerdo con sus propias normas viven casados.

El vicepresidente de la CEM, junto con el arzobispo José Ulises Macías y el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño, criticaron que en los medios de información se presente con mucha frecuencia al sacerdote como sinónimo de homosexual.

"Nos resulta verdaderamente ofensivo, como si fuera idéntico dedicarse a la actividad de ser ministro de culto y ser homosexual, esto es realmente una ofensa que nos parece denigrante y que de ninguna manera puede ser aceptada", señaló Martín Rábago.

Ulises Macías explicó que cuando llegan denuncias contra sacerdotes por abuso sexual, el obispo trata "objetivamente" el caso, pues "algunas veces las acusaciones son falsas". Agregó: "Hablamos con las personas involucradas. Llamamos la atención cuando la denuncia resulta positiva, tratamos de curarlo, hay centros especiales para tratar esos casos. Con cambiar a un sacerdote de lugar el problema no se resuelve. Además, cada vez tratamos de hacer una mejor selección de los candidatos al sacerdocio, pero no siempre se acierta". Y recordó: "Nosotros no escapamos a las leyes civiles".

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