El tema, ajeno al celibato, aclara Martín
Rábago
CEM: hay curas pederastas en México, no somos
ángeles
"Aunque hombres de Dios, somos muy hombres": Macías
JOSE ANTONIO ROMAN
En un hecho inusitado, la jerarquía católica
reconoció la existencia de casos de sacerdotes y religiosos mexicanos
pederastas. "No somos ángeles, estamos metidos en el ambiente de
un mundo donde efectivamente se da este problema", señaló
el vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), José
Guadalupe Martín Rábago, quien dijo que esta situación
de ninguna manera obliga a la Iglesia católica a replantear el tema
del celibato.
"No tienen ninguna conexión", aseguró.
Sin embargo, el prelado, quien primero dijo que nadie
puede dar cifras veraces de cuántos casos de abuso sexual contra
menores se registran anualmente, al insistirle sobre el número de
denuncias que ha debido atender en sus más de 10 años de
obispo respondió que éste es "absolutamente reservado" y
de ninguna manera se debe hacer público.
En conferencia de prensa, la segunda de la 73 asamblea
episcopal que se desarrolla durante la presente semana, varios obispos
accedieron, con algunas reservas, a abordar la situación en la Iglesia
mexicana, luego de que en los últimos meses estos hechos han provocado
una serie de escándalos en Estados Unidos y Europa.
El también obispo de la diócesis de León
señaló que el Vaticano incluso ha "endurecido" las penas
para aquellos clérigos que han cometido ese tipo de "faltas". Así,
con las nuevas disposiciones de la Pontificia Congregación para
el Clero, del 30 de abril de 2001, la curia romana establece como "pena
máxima", en caso de comprobarse las denuncias con todas las agravantes,
que el clérigo sea reducido al estado laical. Esta es la "pena máxima".
Dijo que en este "endurecimiento" en las disposiciones
legales de la Iglesia, que tienen la finalidad de impedir que se sigan
cometiendo ese tipo de "faltas", el Vaticano ha ampliado el tiempo en que
prescriben las denuncias presentadas contra los clérigos, al pasar
de cinco a 10 años, y en algunos casos a un periodo mayor.
No obstante, reconoció que las puras leyes no serán
suficientes para erradicar esa clase de problemas; también es necesario
trabajar en una formación integral y permanente de los seminaristas,
sacerdotes y religiosos, que abarque todas las dimensiones de la persona.
Sobre este punto, el presidente de la Comisión del Clero del Episcopado,
José Ulises Macías Salcedo, dijo que la Iglesia católica
pone especial atención en la selección de los candidatos
al sacerdocio, pero también hay equivocaciones.
La frágil condición humana
"Puede ser que los muchachos tengan vocación y
deseen guardar el celibato, pero la condición humana es frágil.
El sacerdote es humano y es tomado de entre los hombres. Nos interesa mucho
la formación integral, en primer lugar porque somos hombres y, aunque
hombres de Dios, somos muy hombres", respondió el arzobispo de Hermosillo,
José Ulises Macías Salcedo, participante en la conferencia
de prensa.
Martín Rábago reconoció que "se trata
de un tema ciertamente nada agradable, del cual uno preferiría no
tener que tratar, pero también hay que ser valientes y claros para
dar una respuesta que pudiera, de alguna manera, satisfacer la pregunta,
la curiosidad y a lo mejor también el legítimo derecho de
conocer sobre este fenómeno".
Aunque dijo que en México no existen datos estadísticos
sobre esta problemática, citó declaraciones recientes del
prefecto de la Pontificia Congregación para el Clero, cardenal Darío
Castrillón Hoyos, sobre los abusos sexuales a menores en Estados
Unidos. Por lo que sabemos, dijo el obispo mexicano citando al cardenal
colombiano, con base en un estudio de la Universidad de Pensilvania, alrededor
de 3 por ciento del clero de Estados Unidos tendría tendencias al
abuso de menores, y 0.3 por ciento de ese mismo clero sería pederasta.
Pero para el caso mexicano, agregó, no hay ni siquiera estimaciones.
"No somos ángeles, estamos metidos en el ambiente
de un mundo donde efectivamente el problema se da. ¿Con qué
incidencia? ¿Con qué periodicidad? Es prácticamente
imposible saberlo. No es que no queramos, no tenemos ese tipo de cifras",
argumentó.
En todo caso, sostuvo, lo que sí podemos afirmar
es lo siguiente: la situación moral de México y Estados Unidos
es diferente. La manera en que la familia aquí acompaña el
desarrollo de los hijos en todos los campos, inclusive en el sexual, no
es igual a la situación de Estados Unidos. La manera liberal de
comportarse y el uso de los medios de comunicación son también
muy diferentes, y todo tiene una incidencia real en el fenómeno
al que se está haciendo referencia.
Martín Rábago señaló que en
el caso de la Iglesia católica de México la situación
"no tiene el dramatismo y la gravedad" de las que se presentan en Estados
Unidos y Europa, y que las cifras del país vecino del norte "ponen
con mayor realismo la verdadera dimensión del problema". Pero dijo
que seguramente hay un mayor número de sacerdotes que cumplen, hasta
con heroísmo, su misión y trabajo pastorales.
Respecto al celibato, Martín Rábago subrayó
que este tema "no tiene nada que ver" con el de los abusos sexuales a menores.
Dijo que el celibato es una opción en la que se requiere equilibrio
y madurez en el campo sexual, pues de lo contrario no se puede ser candidato
al sacerdocio.
"No hay ninguna conexión" entre el celibato y los
lamentables casos de pederastia, dijo el prelado, quien argumentó
que en los casos de abusos sexuales a menores también han estado
involucrados pastores protestantes, que de acuerdo con sus propias normas
viven casados.
El vicepresidente de la CEM, junto con el arzobispo José
Ulises Macías y el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño,
criticaron que en los medios de información se presente con mucha
frecuencia al sacerdote como sinónimo de homosexual.
"Nos resulta verdaderamente ofensivo, como si fuera idéntico
dedicarse a la actividad de ser ministro de culto y ser homosexual, esto
es realmente una ofensa que nos parece denigrante y que de ninguna manera
puede ser aceptada", señaló Martín Rábago.
Ulises Macías explicó que cuando llegan
denuncias contra sacerdotes por abuso sexual, el obispo trata "objetivamente"
el caso, pues "algunas veces las acusaciones son falsas". Agregó:
"Hablamos con las personas involucradas. Llamamos la atención cuando
la denuncia resulta positiva, tratamos de curarlo, hay centros especiales
para tratar esos casos. Con cambiar a un sacerdote de lugar el problema
no se resuelve. Además, cada vez tratamos de hacer una mejor selección
de los candidatos al sacerdocio, pero no siempre se acierta". Y recordó:
"Nosotros no escapamos a las leyes civiles".