Revanchismo contra partidarios de Beatriz Paredes
Persiste el verticalismo en el PRI, a pesar de las
promesas de Madrazo
ENRIQUE MENDEZ
Una semana antes de asumir la presidencia del PRI, Roberto
Madrazo Pintado ofreció que los primeros cien días al frente
del partido aplicaría un programa de política social que
le permitiera al tricolor recuperar credibilidad entre los electores.
Pero ya van 35 días, y como esa, otras ofertas (convocar a la renovación
de los consejos políticos estatales desde marzo) no se han cumplido.
El PRI no es un partido de puertas abiertas, pues tanto
el presidente como la secretaria general, Elba Esther Gordillo Morales,
rehúyen a la prensa, la mayoría de sus reuniones son cerradas;
los temas de coyuntura los evaden, y cuando se les piden respuestas a decisiones
de gobierno ?como en el caso del recorte presupuestal-- no responden ellos,
sino que turnan los cuestionamientos a instancias todavía sin mando;
dejan plantados a sus seguidores; el desorden financiero persiste; se incrementan
los despidos y al personal que ha trabajado con ambos desde hace nueve
meses todavía no se le paga.
Un mes después del relevo, el PRI continúa
siendo un partido político con decisiones verticales, en contra
del llevado y traído discurso de campaña respecto de que
el cambio de dirigencia implicaría soluciones "de abajo hacia arriba".
Hoy, por ejemplo, Madrazo impondrá como presidente
del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político (Icadep)
a José Fernando González Sánchez, de quien sólo
se sabe que es yerno de Gordillo Morales.
El ex gobernador de Tabasco juega además con una
sola carta para renovar ?con el aval del Consejo Político Nacional?
la dirigencia del Frente Juvenil Revolucionario (FJR), por lo que se anticipa
una guerra entre los juniors y jóvenes disidentes, y le da
alas al diputado Nabor Ojeda Delgado para quedarse con el control de la
Confederación Nacional Campesina.
Además, la mano de la revancha ha pretendido alcanzar
a los dirigentes estatales, senadores y diputados federales que participaron
en la campaña de Beatriz Paredes Rangel, pero ahí el ex gobernador
de Tabasco se ha encontrado con una oposición más fuerte.
Recientemente, por conducto de la secretaria de Organización,
María Esther Scherman Leaño, la nueva dirigencia pretendió
destituir de sus cargos a los presidentes de los comités directivos
estatales de Morelos, Maricela Sánchez Cortés, y de Baja
California Sur, Miguel Vega Pérez, ambos diputados federales.
La respuesta fue agria, incluso con denuestos, y la morelense
retó: "si Roberto quiere quitarme, que me lo pida él, a ver
si puede".