En la cumbre de Monterrey pobres y ricos ignoraron la ciencia y la tecnología ƑAyuda para el desarrollo o migajas? Esther Orozco Recientemente fuimos anfitriones de importantes mandatarios y funcionarios de diversas naciones. Monterrey fue sede de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, en la que se discutió la necesidad de que los países ricos "ayuden a los pobres".
La política asistencial no solucionará los problemas de ningún país. Lo que se necesita es desarrollar un campo productivo, subsidiado por el Estado, un sistema de salud óptimo, que incluya la investigación como prioridad, una planta industrial nacional, generadora de empleos y promotora del desarrollo tecnológico, y en forma prioritaria, requerimos atender la educación, la ciencia y la tecnología. Pero la educación, la ciencia y la tecnología no fueron invitadas a la conferencia. De la cumbre, preocupan las sentencias del presidente George W. Bush; su decisión explícita, como nunca antes, de marcar los destinos de otros países, condenando a sus autoridades, interviniendo militarmente, condicionando la "ayuda" a los pobres y sumando a muchos a sus políticas anti-terroristas. Sus palabras suenan como una cortina de humo para justificar la guerra, llevan una fuerte carga del binomio domino-sumisión. Preocupa la aceptación gozosa de su discurso por la mayoría de los presentes en la cumbre. Muchos, muchas, pensábamos que los genocidios, la esclavitud y la colonización de los pueblos se iban alejando de una humanidad que camina aprisa por el avance científico y tecnológico, recreándose en el acervo cultural, magnífico por su tamaño y su calidad, construido por el Homo sapiens sapiens en sus 40 mil años de existir. ƑPor qué la especie humana, que ha sufrido y estudiado las consecuencias de la intolerancia y la guerra sigue a una voz que, sin más bases que las del poder, pretende convertir al mundo en una enorme cárcel, entre cuyos prisioneros hay soldados con un espíritu bélico aterrador? Sólo los fuertes intereses económicos de unos pocos pueden explicar la amenaza que vive el mundo entero. Esa voz que nos llegó del norte, tendrá eco sobre los aprendices de dictadores. Desde jefecitos de oficina hasta individuos con importante jerarquía burocrática, estarán tentados a querer decir a los demás cómo vestirse, en qué creer, cómo hacer el amor, cómo hablar, quiénes tienen el derecho y qué es lo que deben de decir. Algo que causa mayor preocupación es que en una cumbre para el desarrollo de los pueblos no se mencione a las palancas del desarrollo económico: la ciencia y la tecnología; ni a la educación, como los cimiento de éstas. La ciencia y la tecnología no pueden resolver por sí solas el hambre y la pobreza. Hacen falta la economía, la política y mucho más. Pero sin ciencia y tecnología no puede haber un avance sólido y a largo plazo del desarrollo económico. Los hombres y mujeres sin educación están condenados a ser esclavos.
Varias de estas características pueden ya reconocerse en la ciencia mexicana. Se nos está haciendo tarde para corregir el rumbo. Profesora-investigadora del Departamento de Patología Experimental del Cinvestav-IPN y ganadora del reconocimiento internacional Medalla Louis Pasteur |