Dispara el ejército israelí a
los activistas en un campamento de refugiados
Tel Aviv realiza guerra de exterminio contra Palestina,
acusan observadores internacionales
Denuncian: el toque de queda es permanente; no hay agua,
electricidad ni alimentos
JESUS RAMIREZ CUEVAS
El ejército israelí disparó ayer
contra un grupo de observadores internacionales en el campamento de refugiados
palestinos de Deheishe. "Ahí unos 37 italianos, franceses y estadunidenses,
que permanecieron varios días encerrados en un centro social, negociaron
con los israelíes un viaje de Deheishe a Jerusalén con escolta
diplomática, vehículos blindados y presencia de la Cruz Roja
Internacional. Antes de partir, mientras se despedían de la población,
sin previo aviso, aparecieron tanques y los soldados comenzaron a dispararles.
Los observadores corrieron despavoridos hacia los carros blindados y los
palestinos al campo de refugiados. Después iniciaron su camino desde
Belén, aterrados", informó a La Jornada Federico Mariani,
uno de los activistas internacionales que se encuentran en Palestina.
Entrevistado
vía telefónica, el integrante de la delegación italiana
explicó desde Ramallah que más de 200 observadores internacionales
de la Misión Civil por la Paz permanecen desde hace una semana bajo
el sitio del ejército israelí en varias ciudades palestinas.
"En estos días hemos sido testigos de una guerra
de exterminio que realizan los soldados israelíes contra la población
civil. Esta es una guerra que debe detener la comunidad internacional.
Aquí no se respetan los derechos de nadie. Incluso nosotros estamos
en riesgo."
Federico Mariani, presidente de la asociación Ya
Basta, de Italia, relató a La Jornada la "dramática"
situación que se vive en esa ciudad.
"Es un estado de guerra total de un ejército contra
mujeres, niños y ancianos desarmados. La situación de la
población es insostenible. El toque de queda es de 24 horas. No
hay agua, ni luz, ni alimentos; no hay atención médica y
los soldados israelíes disparan contra todo lo que se mueve. Nosotros,
que hemos participado en misiones en otros países, nunca hemos visto
nada igual; ni en Kosovo, ni en Yugoslavia, ni en Chiapas."
El activista subraya que la presencia de activistas internacionales
en Palestina "es parte de la solidaridad, pero también de la diplomacia
popular, de la hermandad de los pueblos en momentos en que nuestros gobiernos
están haciendo muy poco para acabar con esta matanza.
"Sabemos que al gobierno de Israel le molesta la presencia
internacional, porque no quieren testigos de lo que está haciendo
aquí. Estamos tensos y muy nerviosos porque en cualquier momento
nos pueden atacar", advirtió.
Activistas contra la globalización
La mayoría de los observadores internacionales
que están en Medio Oriente han participado en misiones de paz en
otros lugares del mundo donde hay guerras y conflictos, desde Sarajevo
hasta Chiapas.
Pero llama la atención que pertenecen a los grupos
y movimientos que han también protestado contra la globalización
en todo el mundo. Esto explica la asistencia de personajes como José
Bové, líder de los campesinos franceses. Su presencia se
ha vuelto tan incómoda para Israel que incluso ha expulsado con
malos tratos y amenazas a varias centenas de ellos. En una semana 10 han
resultado heridos. Ha sido tal el impacto de su estancia, que hoy The
Wall Street Journal publica un artículo titulado "La nueva causa
de los enemigos de la globalización: Palestina".
Procedentes de una decena de países, sobre todo
europeos, los observadores por la paz arribaron a Israel y Palestina el
28 de marzo. Además de diseminarse en varias ciudades palestinas,
han participado en protestas contra la guerra, junto con pacifistas judíos.
Un grupo de ellos permanece desde el 30 de marzo al lado del presidente
Yasser Arafat en la sede de la Autoridad Nacional Palestina (APN), donde
el dirigente es acosado por tanques y soldados de Israel.
"Desde el 30 de marzo vivimos bajo fuego del Ejército
israelí", cuenta Federico Mariani, quien con una treintena de activistas
se encuentra encerrado en un hospital de Ramallah.
Mariani llegó a Palestina acompañado por
unos 200 activistas italianos de su asociación y de los llamados
Monos Blancos, entre ellos varios diputados, como Mauro Bulgarelli.
Explica: "Justo poco antes de llegar a los territorios
ocupados, el ejército israelí comenzó su operación
Muralla de Defensa, que ordenó Sharon contra los palestinos.
Nos juntamos con José Bové, un grupo de franceses, del Movimiento
Sin Tierra de Brasil, dos suizos y un vasco de Vía Campesina.
"En los retenes militares se nos impidió la entrada
a Ramallah ?continúa?, por lo que tuvimos que entrar de forma clandestina.
El 30 de marzo hicimos una pequeña manifestación por la ciudad.
Con mantas y pancartas blancas caminamos entre tanques israelíes
y en medio de los tiroteos, llegamos hasta el cuartel de Arafat y llevamos
ayuda médica, alimentos y baterías para teléfonos
celulares.
"De esa manera rompimos el cerco militar contra la autoridad
palestina. Con Arafat quedaron 32 observadores como escudo humano.
"Actualmente estamos 50 internacionalistas en el hospital
de Ramallah. El director del hospital nos pidió permanecer aquí
para proteger los derechos humanos de los civiles y los heridos. Pero los
soldados israelíes les disparan a todos, incluso a miembros de la
Cruz Roja Internacional. Hemos visto cómo los soldados israelíes
han matado gente civil a unos metros de donde nos encontramos.
"Hay decenas de heridos y de muertos en el hospital. Frente
al edificio hay otro hospital que funciona como morgue, dada la cantidad
de cadáveres. Hace dos días se pidió al ejército
que permitiera enterrarlos y levantaron el toque de queda por dos horas.
"Cavamos una fosa común en el estacionamiento del
hospital, salió gente de sus casas para rezar por ellos, pero todavía
no acabábamos de enterrar los cuerpos cuando volvieron a disparar
los francotiradores israelíes. La gente corrió despavorida,
como pudimos nos regresamos, en medio de los tiros."
Mariani sigue su relato de terror: "Las ambulancias no
pueden recoger a nadie, ni muertos ni heridos, porque les disparan. También
hemos visto los cuerpos de civiles ejecutados a quemarropa, con disparos
en la cabeza".
"Ayer, tres tanques intentaron entrar al hospital, salimos
los 50 observadores con nuestras pecheras blancas; nos dispararon al aire
y nos apuntaron con los cañones."
Luisa Morgantini, eurodiputada que realiza labores de
auxilio, fue agredida por soldados israelíes cuando trasladaba a
un anciano herido, a quien se llevaron los militares.
Mariani denuncia, indignado: "Esta no es una guerra contra
el terror, como dice Ariel Sharon. Es una guerra contra la población
civil. Por eso no quieren testigos de lo que hacen, porque están
cometiendo un crimen de lesa humanidad.
"Tenemos miedo de un ataque mayor. Hay 200 tanques al
sur de Ramallah, que tiene apenas cien mil habitantes. Es desproporcionada
la fuerza desplegada. Hay un tanque en cada esquina y francotiradores por
todas partes.
"Esta no es una operación policiaca para acabar
con el terrorismo; es una guerra contra un pueblo indefenso. No hay resistencia
armada a la ocupación, los palestinos sólo tienen fusiles
pero no pueden hacer nada frente a los tanques, aviones F-16 y helicópteros
Apache estadunidenses que utilizan los israelíes."
Mariani sintetiza el drama: "Ante esta situación
los jóvenes palestinos están dispuestos a morir, porque son
gente que ha vivido toda su vida encerrada en campos de concentración.
Este oprobio y humillación lleva a la gente a la desesperación
de hacerse estallar".
Y concluye: "Hay un ejército que asesina a civiles,
destruye sus casas, mantiene un estado sitio permanente, hace una guerra
de exterminio contra los palestinos. Es terrorismo de Estado.
"La política de Israel es la que provoca la multiplicación
de los kamikazes, considerados mártires por sus familias
y por su pueblo. Aquí se está cometiendo un genocidio. Israel
está llevando a cabo una guerra racista contra los árabes.
Los soldados entran a las casas, dinamitan las habitaciones y dejan escritos
mensajes en las paredes: 'Mueran los negros de Palestina'. Es increíble."